Lo que conocemos como la República Checa lleva tan solo un par de décadas bajo ese nombre. Antes, este próspero país de castillos, torres medievales y aspecto de cuento, formaba parte de Checoslovaquia y, hace aún más tiempo, de Moravia y Bohemia. Se trata, nada menos, que del corazón de la Antigua Europa.  Un corazón que late en los Barceló Hotels & Resorts en República Checa para trasladar a sus huéspedes la esencia de un país encantado.

Pasear por el centro de Praga, Patrimonio de la Humanidad, será la primera incursión de los huéspedes de Barceló Hotels & Resorts en República Checa en este recorrido hacia el pasado. No se trata solo de la apariencia de lugares como el puente Carlos (con sus 30 estatuas), la Catedral de San Vito, el Castillo de Praga o el reloj astronómico: toda la ciudad posee una atmósfera histórica.

Pero la capital de la República Checa tiene también un perfil innovador visible en sus modernos restaurantes –donde abunda la cerveza checa-; los edificios vanguardistas como la Casa danzante de Frank Gehry, y en su dinámica vida cultural, de la que participa Barceló Hotels & Resorts en Praga con propuestas que combinan explorar la ciudad con lujo experiencial.

Brno es la segunda ciudad del país y un destino muy recomendable para viajeros ávidos de experiencias únicas y poco exploradas, como las que ofrece Barceló Hotels & Resorts en Brno. También tiene su propio castillo -el de Spilberk- , un viejo Ayuntamiento, la catedral de San Pablo y San Pedro—que dan las campanadas a las 11 h. y no a las 12h.—y un circuito del Mundial de Motociclismo.

El pasado industrial de la ciudad ha sido reconvertido y prueba de ello es uno de los grandes orgullos de Brno: la vanguardista villa Tugendhat, construida por Mien Van del Rohe y considerada Patrimonio de la Humanidad.

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