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Aruba es famosa por sus magníficas playas de suave oleaje y por los constantes vientos alisios que refrescan toda la costa. Con unas temperaturas estables de 27 grados y poca lluvia, la isla ofrece unas idílicas vacaciones de sol y playa, especialmente en Palm Beach, en la costa caribeña, donde se encuentran los mejores hoteles de Aruba. Los resorts de lujo dan la bienvenida a los viajeros que desean pasar el tiempo nadando, tomando el sol y degustando deliciosas comidas gourmet con bebidas tropicales. Sin embargo, las playas son sólo el principio. Los turistas de los mejores hoteles en Aruba también podrán practicar deportes acuáticos y visitar lugares de interés realmente fascinantes.
Al norte de Palm Beach, los visitantes de los hoteles en Aruba se encontrarán con la playa de Hadicurari, cuyos fuertes vientos la hacen ideal para el windsurf. Las velas de colores destacan sobre las aguas relucientes de Hadicurari, que una vez fue un pueblo de pescadores y ahora se ha volcado con los deportes de agua. El torneo de windsurf y kite-boarding de Hi-Winds se celebra aquí cada mes de junio. Siguiendo hacia el norte, los viajeros llegarán al faro de California, que vigila la punta noroeste de la isla. Llamado así por un buque de vapor que naufragó en la zona (no por el estado americano) el faro ofrece vistas asombrosas de 360 grados. Si recorren la costa atlántica, los turistas contemplarán unas espectaculares vistas de acantilados escarpados y fuertes olas que forman el lado más salvaje de la isla. Otro punto de interés turístico lo conforman las ruinas de Bushiribana, los restos de una mina de oro que extrajo más de 3 millones de euros de metal precioso en el siglo XIX. Volviendo al interior, los viajeros descubrirán el Santuario de burros de Aruba, donde estos simpáticos animales acarician las manos de los visitantes con el hocico y se comen con gusto las golosinas que les ofrecen. En la cercana granja de avestruces, estas aves de grandes ojos se pasean y picotean la comida de cualquiera que les ofrezca algo. Los guías expertos se encargarán de explicar las costumbres del avestruz. ¿Sabías que lo de esconder la cabeza bajo la arena es un mito? Un viaje a Aruba no estaría completo sin visitar el Parque Nacional de Arikok, con ricos paisajes de cuevas, dunas de arena y acantilados de piedra caliza, todos ellos densamente poblados por la fauna local. Cabras, burros e iguanas viven libres en el árido terreno.
Los placeres urbanos se concentran en Oranjestad, la capital de la isla de Aruba. La ciudad exhibe su influencia holandesa con los pequeños edificios de estilo neerlandés. Estructuralmente, estas casas son como las de Amsterdam, pero las versiones de la isla están pintadas con tonalidades tropicales de rosa, aguamarina y verde lima. Aruba es un miembro autónomo del Reino de los Países Bajos, que adquirió la isla en 1636 a sus antiguos gobernantes españoles, los cuales la regalaron después de no encontrar oro. Con el tiempo se convirtió en un importante búnker de suministro para el comercio internacional. Como resultado de esta mezcla de habitantes, el dialecto local es una mezcla de español, portugués, holandés e inglés conocido como Papiamento. Bon Bini significa “bienvenidos” en su idioma, y también es el nombre de un festival folclórico que se celebra cada martes en Oranjestad. Bailarines tradicionales, carritos de comida y vendedores de artesanías toman las calles durante varias horas. Esta es una muestra de la cultura amerindia que dominó Aruba antes de que llegaran los europeos.