Lo mejor de la comida típica de Girona es que, por lo general, es el resultado de una sabia combinación de ingredientes procedentes de sus huertas, los campos de cultivo, pequeñas ganaderías y el mar. Con todos ellos se elaboran platos bastante equilibrados desde el punto de vista nutricional y francamente convincentes por su sabor y textura.
A continuación detallamos las preparaciones más representativas de la comida tradicional de Girona, en qué consisten y la mejor temporada para disfrutarlas.
- Escudella i carn d´olla
- Suquet de peix
- Xató
- Arrós a la cassola
- Faves a la catalana
- Botifarra amb mongetes
- Xuixo
- Panellets
- Mejores hoteles en Girona
Escudella i carn d’olla
La escudella es el equivalente catalán del cocido o puchero que se consume en numerosos lugares de España. Es decir, un guiso de garbanzos que cuecen en una gran olla con verduras y carnes de cerdo, vacuno y ave. La principal particularidad de este plato es la pilota, una especie de albóndiga alargada elaborada con carne, huevo, pan rallado, ajo y perejil que se cuece con el resto de los ingredientes y que se reparte entre los comensales.
Como curiosidad, los fideos o el arroz de la sopa que constituye el primer plato se sustituyen aquí por galets, un tipo de pasta con forma de caracolas.
Suquet de peix
En todo el Arco Mediterráneo son habituales los guisos de pescado. No podía ser menos en una ciudad tan próxima a algunos de los mejores puertos de la región (como Palamós, Roses o L’Escalala) y el plato en cuestión se llama suquet de peix.
Aunque en origen se usaban pescados de morralla, es decir, los que no podían comercializar los pescadores por su aspecto, con el tiempo se han ido introduciendo productos del mar cada vez más nobles (como el rape y la gamba roja), hasta convertir el plato en una delicia que se cotiza a precios elevados en algunos restaurantes.
Las otras protagonistas del plato son las patatas, que se cuecen con el resto de ingredientes en un sustancioso caldo de pescado. Y luego hay tantas variantes como personas lo cocinen.
Xató
Este plato es una ensalada marinera con la escarola como protagonista principal. A ella se suman bacalao desalado, anchoas de L’Escala, atún en conserva y aceitunas. Todo ello se aliña con una deliciosa salsa vinagreta a base de aceite de oliva, vinagre, ñoras, ajo, almendras, avellanas y otros ingredientes (como la cebolla) en función de las preferencias de quien la elabore.
Como los platos anteriores no es específico de la ciudad, sino de toda Cataluña, aunque en Girona se elabora con sus propias particularidades, aprovechando la dimensión marinera de este territorio.
Arròs a la cassola
El arroz a la cazuela, traducción de este plato al castellano, tiene numerosas variaciones, fundamentalmente marcadas por cada una de las estaciones de año y los productos predominantes en ellas. Por ejemplo y aparte del arroz, tiene más verduras en primavera y verano, setas en otoño, carne de matanza hacia el invierno…
Este era un plato típico de las bodas y celebraciones mayores. Por eso resulta sorprendente que hoy sea el plato del almuerzo de los jueves en muchas casas y restaurantes, tanto en Girona como en el resto de Cataluña
Faves a la catalana
Se trata de un plato específico de la primavera, que es cuando se pueden encontrar en el mercado las habas frescas, protagonistas principales de la preparación. En la cocción se acompañan de otras hortalizas como la cebolleta y los ajos tiernos. Y para dar suculencia al guiso, también hay butifarra negra, panceta y plantas aromáticas como la mejorana, la hierbabuena y el laurel.
El resultado es un plato de cuchara bastante equilibrado y de intenso sabor, que también se puede degustar en otras épocas del año (con habas congeladas), aunque la textura es muy distinta a cuando se consumen en temporada.
Botifarra amb mongetes
La butifarra con alubias blancas es una de las recetas más populares de la cocina típica de Cataluña y, por tanto, también de la gerundense. La clave de su éxito es que las alubias, una vez cocidas, se rehogan con trocitos de ajo en el mismo aceite de oliva y sartén en el que se ha dorado la butifarra.
Pese a su extendida popularidad se trata de un plato relativamente reciente de la cultura gastronómica catalana, pues empezó a aparecer en las fondas de las principales ciudades bien entrado el siglo XIX.
Rovellons amb alioli
Los rovellons (níscalos) son una seta típica de los otoños húmedos, así que es fácil entender que se trata de un plato muy estacional dentro de la comida típica de Girona. Aunque hay variaciones respecto a la forma de prepararlo, los rovellons se saltean con un poco de aceite de oliva en la sartén y, una vez cocinados, se acompañan de la salsa alioli.
Mejor si esta salsa se elabora de forma tradicional: con aceite, ajo, sal y unas gotas de limón y sin huevo, aunque por la dificultad que supone conseguir la emulsión, en la mayoría de los restaurantes se hace con huevo.
Xuixo
El xuixo es, sin duda, el dulce más popular del recetario de comida típica de Girona. Se trata de un bollo a base de una masa frita de harina, huevo, leche, mantequilla, azúcar y sal, luego bañada en azúcar y rellena de crema pastelera.
Nació en el obrador de un pastelero gerundense, Emili Puig, en colaboración con un repostero francés que solía ayudarle algunas temporadas y que se trajo de su país la receta de los choux a la crème. De ahí el nombre en catalán (suso o chucho en castellano). Desde este obrador, el dulce se extendió a las pastelerías del resto de la ciudad y el país.
Panellets
El ingrediente fundamental de los panellets tiene mucho que ver con la dimensión agrícola de Girona y su provincia: las almendras. Con ellas se elabora una masa que también contiene huevo, azúcar o miel y, según la versión, boniato, ralladura de limón, piñones, coco, café… Todo ello se dora al horno, convirtiéndose en un obsequio típico de los días de Todos los Santos y de Difuntos. En esencia y en sabor, los panellets son muy parecidos a los mazapanes.
Mejores hoteles en Girona
Una buena opción de alojamiento en la provincia de Girona y a menos de una hora en coche de la capital es el Hotel Roses Platja. Situado en primera línea de playa, tiene 167 habitaciones, todas ellas muy luminosas y decoradas con tonos cromáticos suaves, todo ello para favorecer el descanso de los huéspedes.
Muchas de ellas cuentan con vistas al mar, además de un amplia terraza. Además, este hotel tiene una gran zona ajardinada desde la que se puede acceder directamente al mar y también una agradable piscina con solárium. En el capítulo gastronómico, destaca su restaurante-buffet en el que disfrutar de los mejores sabores de las cocinas típicas mediterráneas, incluida la de Girona.