Su privilegiado emplazamiento, su atractiva arquitectura y, cómo no, su interesantísima oferta gastronómica han convertido al mercado de San Miguel en uno de los referentes culinarios de la capital española. Si estás paseando por el barrio de los Austrias y quieres hacer una pausa para tapear, no lo dudes, aquí encontrarás una propuesta selecta y variada que te cautivará.

En este artículo te ofrecemos todos los detalles para que disfrutes de este singular mercado que se halla a tan solo unos pasos de la mítica plaza Mayor.

  1. Los orígenes del mercado de San Miguel
  2. El mercado de San Miguel a día de hoy
  3. Qué tipo de comida puedes encontrar en el Mercado de San Miguel
  4. Tapeo en el Mercado de San Miguel
  5. Otros mercados gastronómicos en Madrid

Los orígenes del mercado de San Miguel: de colmado provisional a referente gastronómico

El actual mercado de San Miguel está pensado como un centro gastronómico de primer nivel donde degustar tapas concebidas, en algunos casos, por relevantes chefs con estrellas Michelin. Podríamos englobarlo en esa corriente de renovación que en los últimos años han vivido otros mercados europeos, como el barcelonés de la Boquería o el Time Out Market de Lisboa, la cual pretende dar otra oportunidad a comercios tradicionales que, ante la competencia de los grandes supermercados y centros comerciales, ven menguadas sus ventas. Así pues, la nueva tendencia es la de apostar por espacios que, sin perder del todo su esencia, se renuevan y conjugan la venta tradicional de géneros con su degustación in situ.

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El mercado de San Miguel

Sin embargo, antes de que este atractivo espacio gastronómico fuera siquiera imaginado, en su solar se encontraba la iglesia de San Miguel de Octoes, hoy recordada especialmente por ser el templo donde se bautizó a Lope de Vega. El edificio fue demolido por un incendio que se originó en la plaza Mayor a finales del siglo XVIII, comenzándose a instalar años después en el espacio libre que dejó la iglesia diferentes puestos provisionales en los que se vendía comida.

 

 

Ya en 1916, el que hasta entonces había sido un espacio comercial efímero adquirió su condición de mercado permanente de abastos al construirse el bello edificio que hoy podemos contemplar, declarado en el año 2000 bien de interés cultural en la categoría de monumento. Y es que el inmueble posee un gran interés constructivo, pues es uno de los escasos ejemplos de arquitectura de hierro conservados en Madrid.

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El mercado de San Miguel

Así pues, además de deleitarnos con los bocados que salen de sus fogones, vale la pena detenerse en la elegante estructura del edificio, apreciando sus altos techos, las alargadas columnas de hierro fundido y las cresterías ejecutadas en cerámica. El edificio dispone de dos plantas: la principal, cuyo espacio de tránsito es más amplio de lo que puede apreciarse a simple vista, pues siempre está lleno de turistas, y un sótano.

El mercado de San Miguel a día de hoy

El magnífico estado de conservación del inmueble que acogía el antiguo mercado de abastos se debe a la remodelación llevada a cabo por la Comunidad de Madrid en 1999, que fue financiada con fondos europeos. Posteriormente, en 2009, el mercado reabrió bajo un nuevo concepto, el de aunar su primigenia función comercial con el tapeo, apostando además por una oferta culinaria de gran nivel. De esta forma, hoy podemos recorrer su treintena de puestos disfrutando bajo un mismo techo de lo mejor de la comida típica madrileña, pero también de sabrosos productos llegados de toda España y, por supuesto, de una selección de tapas inspiradas en gastronomías más remotas.

Qué tipo de comida puedes encontrar en el Mercado de San Miguel

El Mercado de San Miguel no está concebido como un mercado de abastos tradicional, sino como un espacio gastronómico de alto nivel donde es posible encontrar productos, siempre de primera calidad, de toda la geografía española. En este sentido, lo más elegido de nuestra huerta está representado en el puesto de Felixia, donde las frutas y verduras son las reinas también de sus ensaladas, “bowls” y zumos saludables.

El puesto de MAS Gourmets Carrasco Ibéricos es la casa del jamón ibérico, por lo que podrás comprobar que está siempre rodeado de turistas que saben apreciar este producto genuinamente español. Junto al jamón ibérico, también existe la posibilidad de comprar una buena selección de paletas y lomos.

Las carnes de razas autóctonas se exponen con orgullo en el stand de Raza Nostra, una empresa madrileña que cuenta con más de 40 años de experiencia en la venta de carnes exclusivas de ternera, vaca, buey, cerdo y cordero.

Por su parte, los pescados y mariscos también forman parte importante de la oferta del Mercado de San Miguel. Así, el puesto de Morris siempre muestra mariscos frescos y de calidad traídos a diario desde las costas gallegas.

Tapeo en el Mercado de San Miguel

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El mercado de San Miguel

Conviene probar los diferentes arroces (de marisco, verduras, negro…) o la fideuá del chef Rodrigo de la Calle, quien tiene en su haber 1 estrella Michelin. Los amantes de las tapas más castizas deben degustar los callos de Casa Lhardy o las raciones ofertadas por el Grupo Arzábal, quien, además de cervezas tradicionales, proporciona una deliciosa variedad de croquetas de queso Idiazábal, boletus, bacalao, jamón ibérico o gambas. Otras parada muy exitosa es la de El Señor Martín, una pescadería gourmet que dispensa langostinos de Sanlúcar, gambas de Huelva y los míticos “cartuchitos” gaditanos de pescado frito. La oferta no acaba aquí, paseando por el mercado encontraremos mariscos gallegos, ibéricos de Guijuelo, conservas de pescado y un largo etcétera.

La Casa del Bacalao pone a disposición de los usuarios una amplia variedad de tapas elaboradas con ahumados, salazones y conservas de pescado. Y Crab Crab Crab es el territorio del cangrejo, un producto que saben combinar con surimi, wakame, jengibre o huevas de lumpo, por ejemplo.

Mención aparte merecen las famosas ostras “claires” de Daniel Sorlut, traídas diariamente de los estanques de purificación al mercado de San Miguel, y que conviven con el caviar más selecto que llega de la mano de Caviar Petrossian. Tanto las ostras como el caviar resultan espectaculares si se acompañan con una copa de vino o champán francés a sugerencia de su sumiller.

También es muy interesante estudiar la carta de vinos de El 19 de San Miguel o Pinkleton & Wine. En este último caso, además de vino tinto o blanco, se pueden degustar cavas, champagnes y otras bebidas espirituosas. Y si la idea es tomar el aperitivo, podemos detenernos en La Hora del Vermut, el lugar ideal para disfrutar de este momento, ya que podemos combinar esta bebida tan madrileña (el vermut) con diferentes clases de encurtidos o empanadillas.

Llegado el momento de los postres, uno de los puestos más tradicionales es el de la pastelería Horno de San Onofre, que elabora turrones, chocolates y dulces típicos. Otro imprescindible es el Rocambolesc, heladería dirigida por el 3 estrellas Michelin Jordi Roca, responsable de la carta de postres en el mítico restaurante catalán El Celler de Can Roca.

En definitiva, entrar al mercado de San Miguel es ingresar a un templo de la gastronomía emplazado en el corazón de Madrid. Tal vez tengas que luchar por conseguir un hueco en una de sus mesas o barras. Sin embargo, merecerá la pena.

Otros mercados gastronómicos en Madrid

El Mercado de San Miguel fue uno de los primeros mercados gastronómicos de Madrid, pero el éxito de su fórmula ha conseguido que otros mercados de abastos le sigan los pasos. A continuación, se enumeran algunos mercados que cuentan con puestos gastronómicos donde podrás probar tapas y propuestas culitarias tradicionales y exóticas:

Mercado de San Antón.

Situado en el barrio de Chueca (Augusto Figueroa, 24), en el Mercado de San Antón hay espacios destinados tanto a la compra de productos frescos como a la gastronomía. También acoge multitud de eventos, presentaciones de películas, obras de teatro o “flahsmobs”. El mercado consta de tres plantas: la primera está destinada al producto perecedero, en la segunda hay una taberna y 10 puestos gastronómicos, y en la terraza, se encuentra el restaurante “La cocina de San Antón”, con diferentes espacios.

Mercado de San Ildefonso.

Fue el primer mercado de abastos cubierto de Madrid y hoy se ha transformado en un “street market food” en pleno Malasaña (Fuencarral, 57). Distribuido en tres plantas, tiene 20 puestos y tres barras de servicio de bebidas. El Mercado de San Ildefonso cuenta también con un patio con un jardín urbano y con un Espacio Sorpresa donde se sirven cócteles de vanguardia. El mercado acoge presentaciones de libros, fiestas, cursos, exposiciones, rodajes, etc.

Mercado de la Cebada.

Situado en La Latina (Plaza de la Cebada, s/n), es uno de los mercados de abastos más grandes de Madrid. Tiene más de 6.000 metros cuadrados, en los que se distribuyen sus 80 comercios y puestos. Además, cuenta con un espacio infantil, el Cebada Kids, donde se organizan actividades vinculadas a la alimentación saludable, los productos frescos de temporada y el funcionamienmto del mercado.

Mercado de San Fernando.

Con una fachada monumentla y ubicado en pleno barrio de Lavapiés (Embajadores, 41), este mercado fue inaugurado en 1944 y entre sus puestos figura “La Casquería”, donde se venden libros al peso a 10 euros el kilo. Aquí se organizan actividades, espectáculos y talleres de cocina. Existe un espacio participativo, denominado “La Cocina del Mercado”, donde los ciudadanos comparten sus conocimientos culinarios.

Mercado Barceló.

Es uno de los mercados más jóvenes de Madrid. Se inauguró en 2014 en el barrio de Malasaña (Barceló, 6) y cuenta con más de 7.000 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas. Hay puestos para comprar y para comer y en la segunda planta existe un “Malasaña Market”, con propuestas de artesanos, diseñadores y creadores del barrio.

Platea Madrid.

En el barrio de Salamanca (Goya, 3-5), este moderno espacio gastronómico ocupa el lugar que antes tuvo el cine Carlos III. Decorado por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, tiene unos 6.000 metros cuadrados repartidos en cinco plantas, donde se distribuyen sus más de 20 puestos: “El Palco”, “Pintxoteka”, “Canalla Bistro”, “Vuelta y vuelta”, “Gold Gourmet”, “Oído Cocina”, “Dbellota”, “La Vermutería”, “Huerto y Cucharón”, etc.