Una semana en la que Sevilla se vuelca en su fiesta más internacional, y a la vez más popular, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. La Feria de Abril entronca con la esencia de la identidad sevillana y sin embargo fue creada como feria de ganado en 1847 por el catalán Narciso Bonaplata y el vasco José María Ybarra. Comenzó como una fiesta de la primavera que se celebraba en el mes de abril, pero actualmente se celebra dos semanas después de Semana Santa con lo que algunos años llega a celebrarse en mayo.  

La feria de Sevilla comienza con el alumbrao el sábado y la noche del pescaíto, que es la cena de inauguración de las casetas.  A las doce  se congrega la multitud para ver el encendido de las luces de la portada de la feria. Una semana después termina con el espectáculo de fuegos artificiales junto al Guadalquivir.  

El recinto Ferial, en el barrio de Los Remedios, se convierte en una pequeña ciudad donde todas las calles tienen nombres de toreros sevillanos. El Real se divide en quince calles iluminadas con farolillos y cubiertas de albero, tierra de color amarillo  que se utiliza en las plazas de toros. En total es un recinto con más de mil casetas, cuyo singular estilo fue creado por el pintor Gustavo Bacarisas. Lonas con rayas verdes y blancas o rojas y blancas con cortinas con encajes y volantes, y mesas y sillas de madera. 

La portada del recinto ferial, que cada año conmemora algún monumento de la ciudad, se ilumina con miles de bombillas. Puede alcanzar hasta 50 metros de altura. Los días pasan entre música, guitarras, sevillanas, jamón, gambas, rebujitos y buñuelos. Nunca puede faltar el caldo del puchero con un chorreón de fino para recuperar fuerzas y continuar la fiesta.  

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Feria de Abril

Casetas públicas y privadas

Las casetas son entendidas como un espacio familiar donde se recibe a amigos e invitados con los productos típicos, se canta y, por supuesto, se bailan sevillanas. La mayoría de las casetas son privadas y sólo se puede acceder a ellas por invitación de algún socio, pero hay algunas casetas públicas de acceso libre, incluso una dedicada especialmente al turista con personal con idiomas. Entre otros servicios se puede reservar mesa para comer o cenar en los horarios más afines a los países de origen de los visitantes. A la entrada de la feria se instala una oficina de información que índica a los visitantes cuales son las casetas públicas. Éstas tienen un horario de 12 de la mañana a tres de la madrugada y son instaladas por los distritos de la ciudad, partidos políticos y sindicatos. 

En la mayoría de ellas, las consumiciones se abonan con tickets que previamente se compran en unas taquillas dentro de la propia caseta o en la propia barra.  

A pesar de que hay zona de aparcamiento, lo mejor es llegar a la feria andando, en coche de caballos, en moto, en taxi o en transporte público.  

Paseo de Caballos en la Feria de Abril

Es un espectáculo ver llegar los coches de caballos con las sevillanas vestidas de flamenca. Un traje que se consagró en la capital hispalense a partir de la Exposición de 1929. De hecho, es el único traje regional que tiene una pasarela dedicada en la que se presentan las novedades de cada temporada: SIMOF. Los hombres acuden con la indumentaria campera tradicional. En cualquier caso, los hombres por la noche van con chaqueta y corbata y por el día más o menos formal.  

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Feria de Abril

Cualquiera puede participar en el paseo de caballos durante el día alquilando una calesa con conductor y así acompañar a las amazonas, jinetes y carruajes. La mejor hora para verlo es a las dos de la tarde, antes de acercarte a una caseta a tomar unas tapas con manzanilla (que no la infusión) o un rebujito que se hace con un tercio de fino o manzanilla y dos tercios de refresco de soda o limón, hierbabuena y mucho hielo.  

En la calle del Infierno es donde se instala la tómbola, el circo y las atracciones mecánicas. Es como un gran parque de atracciones. 

Toros en la Maestranza

A las seis de la tarde es hora de dirigirse hacia la plaza de toros de la Maestranza para presenciar el festejo taurino. Sevilla es una de las ciudades con más tradición taurina y su plaza de toros es la más antigua del país. Salir a hombros por la Puerta del Príncipe supone, para un diestro, hacer historia en el mundo del toreo. La plaza, enclavada en el barrio de El Arena, tiene forma ovalada. Este barrio formó parte, durante  los siglos XVI y XVII, de uno de los puertos más importantes del mundo desde donde se ponía rumbo al nuevo mundo 

Algunas casetas tienen un grupo de flamenco que anima la tarde. Después de los toros, a las nueve de la noche, los asistentes se dirigen al Real a cenar y disfrutar de la Feria hasta el amanecer, tras unos buenos buñuelos o churros con chocolate.