El Proceso artesanal del soplado del vidrio se remonta al siglo II a.C. En la actualidad puedes ver a los sopladores de vidrio manejar el material incandescente con gran arte y  pericia.

Los fenicios, pueblo de grandes mercaderes, trajeron el vidrio al litoral balear instalando sus primeros hornos vidrieros en el siglo II a.C. Los artistas baleares crearon, con gran imaginación, formas similares a las de la alfarería y lograron el favor de los emperadores romanos, lo que permitió gran esplendor de las vidrieras, que vivieron su primera edad de oro del vidrio mallorquín en el reinado de Séptimo Severo.

En los siglos XVI y XVII llega la época dorada del vidrio de Venecia, con el cristal de Murano. Los mallorquines importan estos vidrios para aprender su técnica y, a pesar de que los maestros vidrieros no estaban autorizados a salir de Italia para no difundir los secretos de su oficio, algunos de ellos llegaron a Mallorca.

Proceso del soplado

La ancestral técnica del soplado del vidrio consiste en introducir en vidrio fundido lo que se llama la canya, que en realidad es un tubo hueco de hierro. El vidrio tiene que estar previamente fundido durante al menos 8 horas a una temperatura superior a 1.000 ºC.

Cuando está caliente, se sopla por el otro extremo y se hincha. Sin parar de girar, se le va dando forma, en ocasiones ayudado por algún molde o unas pinzas que ayudan a estirar el vidrio fundido. Para formar piezas con volumen en su interior, se utilizan pajillas metálicas. Esto debe hacerse rápidamente ya que el vidrio se enfría enseguida y deja de ser moldeable.  Cuando la pieza tiene su forma definitiva se separa del tubo con el tallant.

En ese momento se introduce la pieza en un horno donde va disminuyendo la temperatura controladamente durante cuatro horas hasta llegar a una temperatura ambiente. Este enfriamiento lento impide que el vidrio se fisure al bajar la temperatura de forma brusca.

Programa una visita a alguna de sus fábricas para ver a los maestros vidrieros realizar su oficio con gran maestría.

 

 

Can Gordiola

A principios del siglo XVIII llegó a Mallorca un vidriero que instaló el primer horno de vidrio artístico de Mallorca. Procedía de Aragón y era de la familia Gordiola. Actualmente los vidrios Gordiola han visto pasar a siete generaciones por sus talleres. La Primera Guerra Mundial frustró los planes de industrialización de la fábrica, pero la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 permitió a la familia volver a la producción tradicional del vidrio. Actualmente, la singularidad y colorido de sus vidrios están representados en todos los continentes.

 

 

El primer taller estaba en Palma junto a la muralla y no fue hasta 1977, cuando se trasladan al actual edificio. Su puerta está enmarcada por dos estatuas de Nerón y Octavio Augusto, antiguos patronos de los vidrieros.

La vidriería se fundó en 1719, aunque el edificio que se visita actualmente es de 1960. Te llevará más de una hora recorrer el museo de la primera planta.  En su interior podrás ver maquinaria antigua, piezas del siglo XVIII y vidrio procedente de otras zonas del mundo, además de los retratos de los fundadores y una biblioteca. La familia cuenta con una amplia colección de piezas de cristal que ha ido recopilando en sus viajes alrededor del mundo durante siglos.

Consulta los horarios que te dejamos en la Información de Interés para poder organizar tu visita de forma que puedas ver el proceso de soplado del vidrio. Te admirará la destreza con la que trabajan el vidrio a altísimas temperaturas y le van dando formas de una manera aparentemente sencilla. Suelen enseñar a los niños cómo hacen su trabajo.

 

 

Por supuesto, después de este recorrido por el mundo del vidrio, seguramente sucumbas a la tentación de adquirir alguna pieza de cristal en la tienda.

Menestralia

Fundada en 1965, este horno de vidrio, situado en el pueblo de Campanet, elabora cristalerías, lámparas y piezas de ornamentación. En su tienda exposición puedes ver trabajando a los maestros soplando el vidrio. De los colores tradicionales como el caramelo, el verde y el rojo rubí, en la última década han innovado con piezas moradas, naranjas, turquesa e incluso negras. Sus diseños tradicionales continúan siendo el farol mallorquín y las lámparas de araña. Especializado en un vidrio más rústico con tonalidades exclusivas elabora objetos artísticos y decorativos.

Lafiore

Esta fábrica de vidrio de Esporles permite durante tu visita soplar tu propia pieza de vidrio y llevártela a casa después de unos días de enfriado. De su fábrica salen objetos domésticos de vivos colores, conseguidos con diferentes óxidos, y piezas decorativas.  No te podrás resistir a sus aceiteras y jarrones.