El Museo Picasso de Barcelona proporciona a todo aquel que lo visita una pieza importante en el puzle que compone la vida del genio malagueño Pablo Ruiz Picasso. En un magnífico espacio arquitectónico se exhibe un conjunto importante de obras que narran los años de formación del pintor. La colección permanente, para que te hagas una idea, está formada por 4.251 obras. Esta pinacoteca, que abrió sus puertas en 1963, se puede considerar el templo del arte picassiano en Barcelona. Es, por tanto, una visita imprescindible en la capital catalana para los enamorados del arte en general.

Tesoros en un palacio

Como suele ocurrir en Barcelona, hay muchas joyas que contienen otras tantas, y en el caso del Museo Picasso se repite la misma historia. El espacio que alberga la colección de Picasso es un conjunto palaciego formado por cinco mansiones datadas en los siglos XIII y XIV pero con remodelaciones importantes en el siglo XVIII. Los rasgos que se perciben desde el exterior indican que se pueden encuadrar en el gótico civil catalán. Todas se articulan de una forma similar, en torno a un patio y con una escalera exterior que conduce a la planta superior. Te las enumeramos para que las puedas distinguir y apreciar a primera vista:

 

 

  • Palacio Aguilar. Esta casona construida por familias nobles de la corte de Aragón ha pasado de mano en mano entre la alta burguesía catalana hasta que en 1953 la adquirió el Ayuntamiento. La entidad tuvo que llevar a cabo una profunda restauración, dado el estado del inmueble. Lo más llamativo en su interior es el patio del siglo XV rodeado por una bonita galería de arcos apuntados y esculturas del gótico flamígero. Cuando subas a la primera planta, fíjate en su bello artesonado gótico.
  • Palacio del Baró de Castellet. De época medieval y articulado en torno a un patio, también tuvo diversos propietarios aristócratas y burgueses adinerados. Su nombre proviene del título otorgado por Carlos IV, en el siglo XVIII, al dueño en aquel momento: Marià Alegre d’Aparici i d’Amat. Este noble añadió al edificio un salón neoclásico en el que destacan los mármoles y la ornamentación barroca. Tras varios usos públicos, como el de hospital, fue adquirido por el consistorio.
  • Palacio Meca. Este inmueble, que se anexionó al conjunto en 1982, tiene unos curiosos artesonados medievales policromados en la planta superior. No dejes de subir a verlos.
  • Casa Mauri. Situada junto al palacio de Finestres y con una fachada muy estrecha, se unió al edificio colindante en 1872. Desde ese momento, parte de las dependencias fueron usadas para servicios y usos industriales. En 1943 la compró Confiterías Mauri, pero medio siglo después volvió a lucir como debía dentro del Museo Picasso.
  • Palacio Finestres. Como los edificios anteriores, conserva una parte medieval y una restaurada en los siglos venideros. Tras pasar por varios propietarios, la adquirió el Ayuntamiento de Barcelona en 1970. Actualmente alberga las exposiciones temporales.

Dotar a este conjunto de uniformidad no ha sido tarea sencilla, aunque el éxito de la misión se le debe al arquitecto Jordi Garcés. Hoy día nos encontramos con un espacio de 11.500 metros cuadrados donde se distribuyen 22 salas que acogen la colección permanente.

Picasso y su vínculo con Barcelona

Quizás te haya sorprendido saber que este artista, nacido en Málaga, cuente con un museo que homenajee su figura en Barcelona. Lo entenderás cuando sepas que Pablo Ruiz Picasso estuvo viviendo en esta ciudad con su familia durante sus años de formación, volvió en numerosas ocasiones y él mismo quiso tener en esta ciudad un museo. Corría el año 1960 cuando el artista y su amigo (y secretario) Jaume Sabartés decidieron proponer al consistorio la creación de una pinacoteca que acogiese parte de su obra. Sólo tuvieron que pasar tres años para que ese deseo se tradujese en un espacio real situado en el Palacio Aguilar.

En sus inicios, el Museo Picasso contaba exclusivamente con la colección de Sabartés y las obras distribuidas en otros museos de arte barceloneses. Algunos de ellos eran lienzos tan conocidos como Arlequín, los grabados de Las metamorfosis de Ovidio, litografías, carteles y los dibujos legados por Lluís Garriga Roig.

Qué ver en el Museo Picasso

Además de disfrutar de la arquitectura de los palacios mencionados también querrás conocer las obras más representativas del Museo Picasso. La entidad ha seleccionado un total de 39 lienzos imprescindibles de su colección permanente para el visitante que tenga un tiempo reducido. Algunos son tan conocidos como:

  • Hombre con boina (1895). Este retrato fue pintado por Picasso durante su estancia en La Coruña.
  • Retrato de la tía Pepa (1896). La modelo es su tía Josefa Ruiz y esta obra la realizó durante una visita a su Málaga natal en unas vacaciones de verano.
  • Ciencia y caridad (1897). Este lienzo de gran tamaño, enmarcado dentro del realismo social, lo pintó el artista con solo 15 años.
  • El diván (1899). Con una técnica que mezcla carboncillo, pastel y lápices de colores se refleja la vida de los locales nocturnos de Barcelona. Es una escena simple que lo cuenta todo sobre un momento y un estrato social determinado.
  • La mujer de la cofia (1901). Producto de las vivencias de su etapa parisina, Picasso comienza a retratar a personajes víctimas de la sociedad. La figura estilizada de la mujer recuerda a la de algunos cuadros de El Greco.
  • El abrazo (1900). En este lienzo ejecutado con la técnica de pastel muestra un hombre y una mujer que se funden en un abrazo.
  • El Arlequín (1917). Este óleo sobre tela fue realizado cuando pasaba una estancia en Barcelona. El modelo fue un bailarín de la compañía de los ballets rusos de Serge Diagilev.
  • Las Meninas (1957). Es una obra muy interesante donde el pintor ofrece su particular visión de Las Meninas, aunque con una distorsión bastante menor de lo que era habitual.

Una visita al Museo Picasso de Barcelona

Como habrás intuido por la dimensión del museo y por la amplia obra que cobija, es necesario que planifiques bien tu visita. En primer lugar debes decidir si recorrerás las salas a tu aire (deberías alquilar, al menos, la audioguía), en una visita guiada en grupo o en una particular para ti mismo o tu familia. En esta pinacoteca también organizan actividades que pueden completar el conocimiento de la colección de Picasso. Algunas de ellas adaptadas para familias, para niños o para ancianos. Incluso si tienes alguna deficiencia visual, el museo dispondrá de una propuesta adaptada.

Las exposiciones temporales tienen como elemento común al artista, obviamente, pero luego se suelen entablar diálogos con otros artistas, coetáneos o no. Algunas de las muestras que han pasado o pasarán por allí son: ‘Pablo Picasso y los editores Gustavo Gili’, ‘Eluard y Picasso’ y ‘Picasso, la mirada del fotógrafo’.