“Prohibido no tocar, no pensar, no sentir”, con este lema se resume el concepto sobre el que gira el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. Situado en un sorprendente edificio ubicado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, este innovador espacio vio la luz en el año 2000 con el objetivo de divulgar temas científicos y tecnológicos. Ocupa un edificio de más de 40.000 m2 donde se pretende, según recogen en su ideario, “mejorar el nivel cultural de la población que lo visita, provocando la reflexión y reactivando la capacidad crítica”.
Sorpresas en el museo
El espacio más icónico de Valencia, la Ciudad de las Artes y las Ciencias, acoge el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, además de otros no menos emblemáticos como el Hemisféric, el Oceanogràfic, el Palau de les Arts, el Umbracle y el Ágora. El edificio en el que se sitúa, diseñado por el reconocido arquitecto valenciano Santiago Calatrava, recuerda al esqueleto de una ballena y está dividido en tres pisos.
El Museo de la Ciencia de Valencia exhibe representaciones científicas que te sorprenderán desde el primer momento. En la denominada Calle Mayor cuelga desde la cristalera del museo un péndulo de Foucault, un invento que demostró que el planeta Tierra gira sobre su propio eje. Con 30 metros de largo es uno de los mayores péndulos del mundo. Para que se produzca el giro completo es necesario que transcurran 34 horas. Aunque no lo parezca, no es realmente el péndulo el que se mueve, sino el planeta; es decir, es el museo el que gira alrededor del péndulo.
No es menos llamativa la imagen artística de una molécula de ADN, que mide 15 metros de altura, con la que se pretende rendir homenaje al Ácido Desoxirribonucleico, como uno de los principales componentes de la vida. Por otro lado, en la tercera planta se exhiben varias máquinas voladoras como un Mirage III, un mono reactor supersónico de ala delta; una reproducción del avión de Gaspar Brunet, el primero que pudo volar en nuestro país; y una maqueta de Leonardo da Vinci.
Lo que no debes perderte en el Museo de la Ciencia
Gracias a las salas interactivas, las exposiciones y las actividades organizadas en el Museo de la Ciencia, el aprendizaje científico es entretenido sin dejar de lado el rigor científico. La participación activa de los visitantes es primordial en este entorno de aprendizaje donde la animación por parte de los monitores juega un papel fundamental. En el apartado de “La ciencia a escena”, por ejemplo, el público puede presenciar en directo determinados experimentos que explican principios científicos. Es importante organizar la visita para que no te pierdas sus espacios más interesantes. A continuación te enumeramos algunos de los lugares que debes contemplar en tu visita:
- El Teatro de la Electricidad. Un laboratorio simulado es el escenario donde un científico expone de forma didáctica y teatral diversos conceptos que explican fenómenos físicos que generan electricidad. Es uno de los lugares favoritos de los más jóvenes por la espectacularidad de algunos experimentos como los tubos de neón que se encienden al tocarlos o los rayos que produce la bobina de Tesla.
- Exposición Mediterrani. Esta muestra permanente, organizada por la Obra Social La Caixa, pretende no solo mostrar la biodiversidad del mar Mediterráneo, sino hacer reflexionar sobre la relación del ser humano con el mar. En la visita escucharás sonidos de cetáceos y conocerás la importancia biológica de un mar donde viven más de 17.000 especies.
- L’Espai del Xiquets. Es un espacio pensado para niños de entre 3 y 8 años que está atendido por monitores especializados en público infantil.
- El legado de la ciencia: Ramón y Cajal. En la segunda planta del Museo de la Ciencia se sitúa una exposición dedicada a la vida y obra de este científico, uno de los investigadores más relevantes de todos los tiempos. Recibió en 1906 el Premio Nobel de Medicina por sus trabajos sobre el sistema nervioso. El guión de la muestra fue realizado por José María López Piñero, médico y especialista en Historia de la Ciencia.
Otros legados que también se recogen extensamente son el de Severo Ochoa, que fue Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959 por su hallazgo en torno a la síntesis biológica del ARN y del ADN. Y, también, de otro Nobel más: Jean Dausset. A través de las investigaciones de los tres y de algunos objetos de su propiedad los conocerás mejor a ellos y a sus importantes hallazgos.
- El Bosque de cromosomas. Los particulares árboles de este bosque son la representación gigante de los 23 cromosomas del genoma humano. Tendrás a tu disposición más de cien módulos interactivos a través de los que aprender sobre este apasionante tema y curiosidades.
- Gravedad Cero. Si te interesa lo que ocurre en el universo, todo lo relacionado con las estaciones especiales y tienes curiosidad por ver algunas piezas originales de un telescopio, no te pierdas este espacio de la tercera planta. Además, podrás experimentar la sensación de estar en el espacio gracias a un simulador espacial donde el astronauta Pedro Duque (su voz) es quien dirige la misión. Los menores de 12 años deben ir acompañados en esta instalación.
- El Hormiguero. En esta instalación situada en la primera planta se recrean los túneles en los que habita una especie de hormiga capaz de cultivar su propia plantación de hongos.
Actividades y entradas del Museo de la Ciencia
La visita al Museo de la Ciencia se puede completar con una amplia oferta de actividades complementarias, observaciones astronómicas, conferencias y exposiciones temporales. Existen también numerosos talleres adaptados a todas las edades. A los más pequeños, entre 4 y 8 años, les gustará especialmente el denominado “Científico por un día”, donde los niños experimentan con las materias y sus distintas propiedades. A los más mayores les encantarán los talleres de robots, drones o los de televisión.
Si has decidido dedicar un día a la visita de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, te interesa combinar la entrada al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe con la de otros espacios como Hemisfèric y Oceanogràfic. Se pueden reservar dos espacios, los tres, o bien incluir en la entrada la visita al cine IMAX, para asistir a la proyección de una película.
Y antes de marcharte, no olvides hacerte una foto en el Paseo de la Ciencia, que simula al de las estrellas de Hollywood, pero con científicos reconocidos.