Calella es un pequeño rincón del Maresme, a 50 kilómetros de Barcelona, que reúne toda la esencia del Mediterráneo en sus playas, su gastronomía y su gente. La Plaza del ayuntamiento, antiguo Mercadal, es el lugar de encuentro de este antiguo pueblo de pescadores hoy convertido en centro turístico de sol y playa. Aquí se organizaba todos los miércoles un mercado dedicado al Dios Mercurio, patrón de comerciantes.
- Playas de Calella
- Playas para perros
- Calella desde el mar
- El Faro de Calella
- El refugio antiaéreo
- Museo Archivo Municipal de Calella
- Rutas por el Montnegre
- Camino de ronda
- Gastronomía a la orilla del mar
- Fiestas populares, colorido y tradición
- Qué más ver en los alrededores de Calella
Playas de Calella
En el entorno de Calella encontrarás todo tipo de playas para todos los gustos y públicos.
Calas y pequeñas playas
La llamada playa de Las Rocas, al Sur de Calella, es en realidad una sucesión de pequeñas calas rodeadas y separadas entre ellas por rocas de diferente tamaño. Se caracterizan por la transparencia del agua que las baña y por su superficie de grava fina y arena. Se trata de las calas Rocapins, la Vinyeta, Cala d’en Pere (en estas dos se suele practicar el nudismo) y Roca Grossa, todas ellas muy próximas al Faro y a las Torretas. En este mismo espacio hay un restaurante-chiringuito en el que se puede comer sobre la misma arena.
La gran playa de los hoteles
Frente a la zona hotelera está la playa de Garbí, galardonada con la Q de Calidad y con Bandera Azul, aunque en realidad se trata de una parte más de la propia playa urbana de Calella, de la que hablamos a continuación. La de Garbí es una playa perfecta para disfrutar en familia y ofrece deportes náuticos. Dispone de un chiringuito para poder refrescarte. En paralelo a la misma discurre el Paseo Marítimo (de Les Roques), donde también hay un parque infantil.
La playa de la ciudad
También conocida como Playa Grande o Playa de Calella, es la continuación de la anterior y el epicentro de todo tipo de eventos culturales y lúdicos. Sin duda, es la más animada de esta localidad y también la más larga, con cerca 1,4 kilómetros y una anchura de 60 metros. En ese espacio se puede disfrutar de sus tres restaurantes-chiringuitos, dos campos de fútbol playa, nueve campos de vóley y una canasta. Y también la puedes recorrer en largos paseos bajo los plataneros centenarios del Paseo Marítimo.
Playas para perros
La zona autorizada para perros está en la propia Playa Grande, en concreto la situada entre las calles de Sant Isidre y Escoles Píes. Es un espacio relativamente amplio que se encuentra perfectamente señalizado y delimitado con un cercado de madera en el interior del cual los perros pueden estar sin correa. Para poder hacer uso de esta playa se pide a los propietarios de las mascotas que éstas comporten de una forma responsable, sin molestar a otros usuarios, que tengan microchip y que recojan las deposiciones.
Calella desde el mar
Tanto la práctica del snorkel como la natación a mar abierto ganan cada vez más adeptos en la zona de Calella. De hecho, existe un itinerario, denominado Vías Bravas, que recorre el litoral por un carril náutico perfectamente señalizado. Nos permite descubrir, desde el agua, pequeñas calas salpicadas entre los acantilados, a la vez que se explora el fondo marino. En verano se organizan travesías en grupo para descubrir la maravillosa naturaleza de la zona desde el mar.
El Faro de Calella
Supone el símbolo de Calella y está situado sobre un acantilado a 50 metros sobre el nivel del mar, el lugar donde antaño había una torre de defensa contra los ataques de los piratas. Hoy en día está en funcionamiento y su luz es divisable por los barcos a 35 millas de distancia. Para los visitantes, las vistas que ofrece son inigualables, especialmente al atardecer. Durante el verano se celebra el Festival Nits d’Estiu a Calella.
Desde su mirador, te espera una vista 360º del mar y de las montañas del Parque Natural del Montnegre y Corredor.
El refugio antiaéreo
Durante la Guerra Civil se construyeron en Calella tres refugios antiaéreos. El del Parque tiene una galería de 66 metros con tres galerías transversales y se ha convertido en un Bien Cultural de Interés Local adscrito al Museo Archivo. Calella sufrió dos bombardeos aéreos y este refugio es un recuerdo de la defensa de la población civil. Desde 2010 se puede visitar y entender un poco más la historia de la ciudad, gracias a los paneles explicativos y el audiovisual “Testigos de la Guerra”, donde habitantes de Calella explican cómo pasaron la contienda y la postguerra.
Museo Archivo Municipal de Calella
En el centro de la población encuentras este museo pluridisciplinar, instalado en un gran casal de tres plantas del siglo XVII, que conecta con el archivo por un gran patio. Lo más destacado de su colección es la pinacoteca Gallart, la Farmacia Valle, de estilo modernista de principios del siglo XX y la reproducción de una cocina antigua. Supera los quince mil objetos expuestos que van desde restos arqueológicos de las excavaciones en la villa romana hasta muestrarios de géneros de punto con su maquinaria, actividad relevante en la ciudad desde el siglo XVIII.
Rutas por el Montnegre
Los contrafuertes del Parque Natural del Montnegre Corredor van a morir al mar, no sin antes configurar diversas rutas de senderismo. Se trata de rutas perfectamente señalizadas que forman parte de los senderos y caminos del Maresme
- Ruta de la Ardilla: Los pinos piñoneros alimentan y dan cobijo a las numerosas ardillas que habitan en el Parque Dalmau, al que llegarás tras recorrer el paseo de mar bajo los plataneros y palmeras datileras.
- Ruta del Cormorán: En esta ruta podrás descubrir gran diversidad de pájaros. Desde el mirador de Las Rocas se ven los cormoranes secándose y las gaviotas alrededor de las Torretas.
- Ruta del Zorro: La sierra de los zorros, salpicada de encinas, es un corredor biológico donde habitan el zorro, la ardilla, la jineta y el tejón, además de varias especies de pájaros.
Camino de ronda
En realidad no se trata de un solo camino, sino de varios, que discurren en paralelo a la costa y que continúan, hacia el Norte, por el Cabo de Creus hasta llegar a la frontera con Francia. Se trazaron por los pescadores de la zona para facilitar su trabajo. Luego los hizo suyos el cuerpo de carabineros (en el siglo XIX) para el control del contrabando y a ellos les siguió la Guardia Civil a finales de la Guerra (1936-39).
Hoy permiten recorrer parte del litoral del Maresme y de la Costa Brava, aunque el trazado de diversas carreteras y de las líneas del tren han borrado muchos de los tramos. En cualquier caso, los caminos existentes son un auténtico placer para senderistas, pues pasan por espacios naturales de gran valor y belleza y por las magníficas vistas al Mediterráneo que hay desde muchos puntos de la ruta.
Gastronomía a la orilla del mar
No te puedes ir de Calella sin tomar un arroz en la playa ¿Hay algo más mediterráneo? Quizás sí: la siesta. Entre los pescados de la zona destacan el gallo de Sant Pere, pargo, dorada, lubina o bacalao y como plato típico los langostinos y gambas a la plancha. Para los más carnívoros, recetas de la tierra como patas de cerdo a la cazuela, butifarra a la brasa con frijoles, caracoles, ternera con setas o cordero al horno.
Fiestas populares, colorido y tradición
Calella ha conservado sus fiestas populares que se celebran a lo largo del año, desde el Carnaval, Sant Jordi hasta el Aplec de la Sardana o la Noche de San Juan.
Una de las más coloridas es la celebración de las alfombras del Corpus. Las calles se engalanan con flores de alfombras realizadas por los vecinos. Una explosión de colores y aromas en dibujos diseñados por los voluntarios. Un día para recorrerlo y verlos antes de que los –gigantes y cabezudos los deshagan durante el pasacalles.
Pero la fiesta mayor de Calella es la dedicada a Sant Quirze y Santa Julita que se celebra el 16 de junio. Una semana de fiesta que comienza la víspera con las populares cenas al aire libre. Gigantes, correfoc y, sobre todo, mucha música y baile junto al mar en el paseo Manuel Puigvert o bajo los balcones de la calle Bruguera.
Sin duda, un destino para disfrutar del Mediterráneo en toda su esencia.
Qué más ver en los alrededores de Calella
Tan atractivas como la propia Calella son las localidades vecinas de Blanes, Sant Pol de Mar y Pineda, a las que, incluso, se puede acceder a pie en un cómodo paseo costero. En Blanes, por ejemplo, está la Fundación Palau des Caldes d’Estrac, dedicada a la vida y la obra de Pablo Picasso.
A espaldas de Calella se encuentran los bosques y Sierra del Montnegre, verdadero pulmón de la comarca del Maresme y que los recorren numerosas rutas senderistas. No muy lejos se encuentra el macizo del Montseny, del que se puede afirmar que es uno de los espacios naturales más impresionantes de esta zona del país y también con numerosos senderos y rutas en coche que permiten conocerlo.