El arquitecto catalán Antoni Gaudí i Cornet es una de las figuras que acompaña de forma permanente al viajero en su visita a Barcelona. Sus grandes obras arquitectónicas son un buen reflejo de su personalidad, pero no hay nada mejor que su propia vivienda para hablar de él mismo en su reducto más íntimo. Si te intriga la figura de uno de los catalanes más admirados de todos los tiempos, te recomendamos que visites la Casa Museo Gaudí donde estuvo viviendo entre 1906 y 1925.

  1. Cómo vivía Gaudí
  2. De vivienda a Casa Museo
  3. Qué ver en la Casa Museo Gaudí
  4. Gaudí como diseñador
  5. Ampliar la visita al Park Guëll

La historia de este edificio es muy curiosa, ya que se construyó como la vivienda de muestra de una urbanización del Park Güell, cuyo arquitecto, Francesc d’Assís Berenguer i Mestres, era amigo de Gaudí. Muchos biógrafos lo consideraban su mano derecha. Tras la muerte de Gaudí en 1926 el inmueble fue vendido al comerciante italiano Francesc Chiappo Arietti y a su esposa Josefina Sala Barucchi. Esta pareja adaptó los espacios a sus necesidades y se instaló en la casa. Los familiares obtuvieron con esta venta algunos beneficios que se destinaron, por deseo de Gaudí, a continuar las obras de la Sagrada Familia. Desgraciadamente, sus objetos personales se dispersaron.

Cómo vivía Gaudí

La trayectoria profesional del arquitecto dejó en un segundo plano su vida personal, solo se sabe que en esta vivienda se instaló en 1906 con su sobrina y su padre. Cuando fallecieron ambos continuó en la casa sin compañía, pero atendido en las labores domésticas por las monjas carmelitas. Sus amigos siempre estuvieron pendientes de su estado de salud y lo visitaban frecuentemente.

Durante las dos décadas que permaneció en este lugar, su trabajo era la mayor prioridad y se centraba en todo lo relacionado con la Sagrada Familia. De hecho, a partir de 1914 se convirtió en su principal labor. Estaba tan entregado a esta grandísima obra que optó por instalarse en un taller de la iglesia para velar continuamente por la construcción.

De vivienda a Casa Museo

Tras la venta de la vivienda hubo que esperar casi cuarenta años, hasta el 28 de septiembre de 1963, para que se abriese al público como Casa Museo Gaudí (tras rechazar la idea de convertirla en residencia de estudiantes). Pero la historia continúa ya que en 1992 la adquiere la Fundación Junta Constructora del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia. Su finalidad con esta compra era complementar la visita de la Sagrada Familia dando a conocer la vida y legado de Gaudí. Para ello, adaptaron el interior a la época en la que estuvo el arquitecto.

Qué ver en la Casa Museo Gaudí

La recreación de la vivienda, con las habitaciones amuebladas y el dormitorio que ocupaba dan algunas pistas de su religiosidad. En su habitación se pueden ver crucifijos en las paredes y reclinatorio para rezar. Otras estancias acogen mobiliario, documentos y objetos diseñados por él mismo que hablan de su genio creativo.

La Casa Museo Gaudí era una vivienda-reclamo, como comentamos inicialmente, que iba a formar parte de una gran urbanización promovida por el empresario catalán Eusebi Güell i Bacigalupi, pero dicha zona residencial no llegó a prosperar y las obras se detuvieron en 1914. Sólo se construyeron dos de las sesenta previstas. El inmueble consta de tres plantas, un sótano y una bonita torre. Si subes a esta última podrás admirar el trencadís cerámico con el que está decorada y las preciosas vistas. En la página web de la Casa Museo Gaudí ofrecen una visita virtual en tres dimensiones al jardín, la terraza, la torre y la fresquera.

Gaudí como diseñador

Aunque su faceta más conocida es la de arquitecto, Antoni Gaudí también se involucraba en todo lo que tenía que ver con el interiorismo de sus proyectos. No separaba ambas cosas de la imagen final concebida. Sus primeros diseños parece ser que imitaban los estilos tradicionales históricos pero, poco a poco, fue inspirándose en la naturaleza y encontrando soluciones funcionales.

La procedencia de los muebles que se muestran en la Casa Gaudí proceden de la Casa Batlló, de la Cripta de la Colonia Güell y de la Casa Calvet, por lo que se podría estudiar la evolución en su faceta de diseñador. Es importante que tampoco pases por alto en el jardín otros elementos que son una maravilla, como los detalles de las verjas de hierro de la Casa Vicens y de la Casa Milà, y la cruz de la finca Miralles. No olvidemos que el arquitecto conocía bien los oficios artesanos ya que su padre era calderero y se crió en una masía en contacto con la vida rural.

Ampliar la visita al Park Guëll

Aprovecha tu visita a la casa museo para conocer el Park Guëll, uno de los proyectos más famosos de Gaudí. Este espacio fue creado para ser la zona verde de la urbanización fallida de Eusebi Güell. El empresario había conocido áreas residenciales similares en otros países europeos y pensó que en Barcelona también funcionaría. Tras la muerte de Güell, el Ayuntamiento compró la finca y la convirtió en un parque público para el uso y disfrute de los barceloneses.

Vistas del Park Güell
Vistas del Park Güell

Pasear por Park Guëll donde la fantasía es la protagonista absoluta del espacio es un privilegio que no puedes dejar escapar. Fue inaugurado en 1922 y declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984. La arquitectura y la naturaleza se dan la mano aunque son los detalles los que te dejarán boquiabierto como la escalinata del Drac, con una gran salamandra acabada en trencadís. Si subes por dicha escalera llegarás a la Sala Hipóstila, que tiene 86 columnas de estilo dórico y fue concebida para albergar un mercado.