Salpicada de palacios y fuentes, Xàtiva ha escrito grandes capítulos de la historia de España. Dos de sus hijos ilustres fueron los Papas Borja: Calixto III y Alejandro VI.

Xàtiva, cuna de dos Papas de Roma

La familia Borja llegó a Xàtiva en el s XIII tras la reconquista por parte del Rey Jaume I. Varias familias procedentes de Aragón, que habían participado en la contienda, son recompensadas con terrenos por parte del rey y así se va asentando en la zona población cristiana. La familia Borja, procedente del pueblo aragonés del mismo nombre, es una de ellas. Eran agricultores que se dedicaban a la caña de azúcar. Cuenta la leyenda que San Vicente Ferrer le dijo al pequeño Borja al verle: “niño, tú serás Papa” y le tuvo bajo su protección hasta que llegó a ser el Papa Calixto III. Su papado solo duró tres años.

Fue su sobrino el que tuvo un papado más largo y polémico bajo el nombre de Alejandro VI. Como Papa extranjero tuvo que lidiar con las familias más poderosas de Roma: los Sforza y los Farnesio. El papel de este Papa fue fundamental para el desarrollo de la historia de España, ya que es él quien dicta la Bula para que Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, puedan casarse y quien distribuye, en la Bula de la Raya, el reparto del Nuevo Mundo. Este documento marcó un meridiano, al oeste del cual, todas las tierras conquistadas y por conquistar pertenecían a los Reyes de Castilla y Aragón. En compensación, Fernando El Católico le otorga el ducado de Gandía a un hijo de Alejandro VI.

En la plaza Calixto III, en el atrio de la fachada principal de la Colegiata, podrás ver las dos estatuas en bronce dedicadas a los dos Papas nacidos en Xàtiva. Dentro de la propia Seu, en el Museo Colegial, se exponen numerosas piezas relacionadas con los Borja como el retablo de Santa Anna o del Papa Calixto III, el cáliz de Calixto III o la Custodia Mayor del Corpus realizada con plata de las minas del Potosí.

Frente a la Colegiata, verás el antiguo hospital de pobres, aunque te llamarán la atención las máscaras en su fachada. Esta decoración se debe a que, para poder financiarse, se realizaban comedias y corridas de toros en la plaza.

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Xàtiva

Un recorrido por las estrechas calles de Xàtiva te permitirá ir descubriendo palacios de nobles que llegaron a la ciudad, conventos e iglesias. Siempre, en cada callejón a lo lejos, se divisa el castillo. La calle Montcada conserva palacios urbanos, residencia de la nobleza local, y varios conventos. Toda familia que se preciara debía tener una casa en esta calle.

Felipe V cabeza abajo

Una de las imágenes icónicas de Xàtiva es la del cuadro de Felipe V cabeza abajo. Está en el Museo de Bellas Artes, Casa de l’Ensenyança. Durante la Guerra de Sucesión, Xàtiva se convierte en una ciudad austracista, a favor del candidato de los Austrias. Los borbónicos entraron en la ciudad arrasando, y Felipe V expulsa a los supervivientes a África y quema la ciudad. Le cambió el nombre a Nueva Colonia de San Felipe, y no lo recuperó hasta las Cortes de Cádiz. Ya en el siglo XX, el director del museo decidió poner este cuadro al revés en señal de protesta por lo que Felipe V hizo a la ciudad, y se ha convertido en un símbolo de rebeldía.

El museo también expone tablas góticas y lienzos de Ribera El Españoleto, una colección de pintura barroca del Museo del Prado o colecciones de grabados “Caprichos y Disparates de Goya”, entre otros.

Xàtiva, Ciudad de las 1.000 fuentes

Xàtiva es conocida como la ciudad de las 1.000 fuentes, aunque en realidad “solo” hay 750. La Fuente de la Trinidad es la más antigua ya que data del siglo XIV. Es de estilo Gótico y en el prisma de la copa alternaban escudos de Xàtiva y del Reino de Valencia policromados, aunque apenas se percibe debido al desgaste. El número de chorros de cada fuente es señal de la cantidad de agua que tiene permitido. Ésta depende de las plumas que tiene asignada la fuente, cuanto más importante, más tiene. Una de las más importantes es la Fuente Real de los veinticinco caños, un monumental abrevadero neoclásico levantado entre 1788 y 1804, que sustituyó a la Pila Islámica del Siglo XI que se conserva actualmente en el Museo Arqueológico de la ciudad. El recorrido de las Fuentes es una ruta en sí misma que te permite conocer el conjunto histórico-artístico de la ciudad. Puedes descargarte una audioguía o el mapa de la ruta desde la página de turismo de Xàtiva para seguir la ruta in situ.

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Xàtiva

Las fuentes de Xàtiva se dividen en tres tipos:

  • Las fuentes reales están en el centro de las plazas, están más decoradas y cuentan con un basamento, un fuste y la copa de donde mana el agua.
  • Las  fuentes vecinales son de uso público y las mantenían los propios vecinos. Las distinguirás porque están adosadas a las casas.
  • Las fuentes privadas están en el patio de las casas y eran para uso personal. Se las podían permitir solo las clases pudientes.

Castillo de Xàtiva

La vista del Castillo iluminado junto con la muralla es increíble y se divisa desde casi cualquier punto de Xàtiva. Pero, tienes que subir de día a verlo, eso sí, lleva calzado cómodo. También hay un tren turístico que te sube hasta la entrada del castillo.

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Castillo de Xàtiva

Se trata de una construcción defensiva inexpugnable, que en realidad lo conforman dos castillos. Su origen  es ibérico y romano, aunque la mayor parte de lo que se conserva es islámico y gótico. En el siglo XIV fue una cárcel destinada para nobles, de hecho Diego de Borja estuvo aquí preso una sola noche y al día siguiente fue ajusticiado. Durante la subida desde la taquilla hasta la cima, irás pasando por torreones, cañones, aljibes y, como no, fuentes. A mitad de camino, incluso hay una zona de picnic para comer y recuperar fuerzas. Merece llegar hasta arriba, donde están los restos de los calabozos de la torre, por las espectaculares vistas de la ciudad y de todo el recinto del castillo.

Arroz al horno de Xàtiva

La gastronomía de Xàtiva es contundente, quizás para recuperar fuerzas después de la subida al castillo. El arroz típico de Xàtiva se hace en una fuente de barro al horno y lleva morcilla, chorizo, tomate, costillas y garbanzos. Ideal tras  una intensa mañana de ruta.