En 1855, los marqueses de la Casa Loring decidieron crear en su residencia de la finca La Concepción un jardín de recreo a imagen de los parques y villas palaciegas que habían conocido durante su viaje de novios por Europa. Jorge Loring Oyarzábal y Amalia Heredia Livermore, adinerados malagueños de ascendencia anglosajona, contrataron los servicios del jardinero francés Jacinto Chamoussent, quien plantó el exuberante jardín tropical que hoy conforma el jardín histórico del Jardín Botánico de Málaga, germen de este recinto de 23 hectáreas ubicado al norte de Málaga, a orillas del río Guadalmedina. Solo mucho más tarde, en los años 90 del siglo XX, nacería el gran espacio público que hoy conocemos, con la incorporación de jardines modernos de colecciones de plantas ordenadas bajo un criterio científico. En definitiva, un lugar cautivador cuyo mayor aliciente no son solo sus 50.000 plantas, pertenecientes a más de 2.000 especies tropicales, subtropicales y autóctonas, sino también los restos arqueológicos que reunieron aquellos aristócratas amantes del arte y los románticos espacios en los que transcurrió una vida cotidiana perdida hoy en el polvo de 150 años de historia.

  1. El Jardín Botánico La Concepción: un breve recorrido por su historia
  2. Recorriendo el jardín histórico de los marqueses de Loring
  3. Los jardines modernos: un viaje vegetal por los cinco continentes
  4. La Casa-Palacio y otros rincones con encanto que no puedes perderte/strong>

El Jardín Botánico La Concepción: un breve recorrido por su historia

Ya desde su creación a mediados del siglo XIX, el jardín de La Concepción se ganó una gran fama, pero no solo por la labor del jardinero Chamoussent, sino por la magnífica colección de restos arqueológicos que los Loring fueron reuniendo en el llamado Museo Loringiano, que todavía hoy podemos ver en el jardín.

En 1911 la familia se fue a la bancarrota, por lo que se vio obligada a vender la finca al matrimonio bilbaíno Echevarría Azcarate, quienes se convirtieron en los segundos propietarios. Ellos crearían nuevos espacios de aire romántico, como el Mirador o el Estanque de la Ninfa, e intensificarían el carácter artístico del jardín con la instalación de varias esculturas entre la vegetación. Su labor llevaría a que la finca fuera declarada Jardín Histórico-Artístico (hoy Bien de Interés Cultural) en 1943.

La Concepción se mantendría en buen estado de conservación hasta 1963, cuidado primero por el matrimonio vasco y después por un hermano de ella. Después de que todos fallecieran, el jardín cayó en el olvido hasta que en 1990 el Ayuntamiento de Málaga compró la finca para rehabilitarla y constituir un jardín botánico a la altura de otras grandes ciudades europeas.

 

 

Recorriendo el jardín histórico de los marqueses de Loring

El corazón del jardín botánico, de 3,5 hectáreas y recostado sobre una ladera, se mantiene intacto desde que los marqueses de la Casa de Loring lo crearon a mediados del siglo XIX. De estilo inglés, en él encontramos los ejemplares más antiguos y colosales del recinto: enormes y centenarios ficus, araucarias, casuarinas, magnolios, cipreses, cedros… También una colección de palmeras centenarias que puede considerarse única en Europa.  Se trata de un lugar de una enorme belleza y un aura romántica que invitan a pasear tranquilamente, descubriendo sus pequeños estanques y puentecitos de hierro, sus cascadas y miradores, los antiguos invernaderos…

 

 

Destacan en el paseo algunos puntos como el antiguo cenador, una enorme pérgola de hierro bajo la que los marqueses, que tenían una ajetreada vida social, celebraban fastuosos banquetes. Lo hacían especialmente a comienzos de la primavera, cuando entre finales de marzo y principios de abril florecía la glicinia, una planta trepadora procedente de China que todavía hoy vemos enredándose por todas partes. Otro punto destacado es el Estanque de la Ninfa, alimentado por un torrente de agua y construido en 1911 por los Echevarría Azcarate: la escultura de una ninfa que deja caer el agua de un cántaro, a modo de fuente, es de una gran belleza.

Por último, llamará nuestra atención un templete de estilo dórico que se levanta en mitad del jardín: es el llamado Museo Loringiano. El marqués de Loring mandó construirlo en 1858 para albergar un mosaico romano que se había descubierto en Cártama. Durante años también acogió la Lex Flavia Malacitana, un bronce con las leyes que regían en la Málaga romana que hoy se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.

 

 

Los jardines modernos: un viaje vegetal por los cinco continentes

Rodeando el jardín histórico encontramos los jardines modernos plantados a partir de los años 90, que conforman el jardín botánico propiamente dicho. Se trata de colecciones de plantas ordenadas de acuerdo a criterios científicos que ofrecen varias rutas con las que descubrir la increíble biodiversidad del planeta. La más popular es La vuelta al mundo en ochenta árboles, un camino por el que pasaremos junto a 80 ejemplares de árboles representativos de los cinco continentes. En el jardín llamado Mapamundi de palmeras podemos encontrar hasta 75 especies de este árbol tropical, lo que junto al palmeral del jardín histórico conforma una de las mejores colecciones de palmeras en Europa.

Otras colecciones destacadas son la de Plantas prehistóricas, la Rocalla de la biodiversidad -con flora típica del clima mediterráneo-, el Jardín de Suculentas y Las plantas de nuestra tierra, con olivos y variedades de vides de la zona. La Concepción cuenta también con un invernadero que reproduce las condiciones de temperatura y humedad propias de los bosques tropicales, dando cobijo a varias plantas carnívoras, bromelias y orquídeas.

La Casa-Palacio y otros rincones con encanto que no puedes perderte

Entre sus frondosos jardines, La Concepción atesora varios edificios que nos recuerdan que durante más de 100 años aquí vivieron dos familias. El principal es la Casa-Palacio, una mansión de estilo clásico que los marqueses de Loring mandaron construir en lo alto de la colina. Su privilegiado enclave permite disfrutar de hermosas vistas de toda la finca, con Málaga y el Mar Mediterráneo al fondo. En su restaurado interior, donde podemos ver los salones y aposentos donde transcurría la vida de los aristócratas, tuvieron lugar tertulias y fiestas a las que asistieron personajes de la alta sociedad como el político Cánovas del Castillo o la Emperatriz Sissi de Austria.

En nuestro paseo también daremos con otros edificios como las antiguas casas del jardinero y del administrador de la finca, los invernaderos del siglo XIX y la vieja escuela que los Echevarría Azcarate construyeron a principios del siglo XX para sus hijos y los de las familias a su servicio en la finca. El mejor lugar para divisar los alrededores es el mirador histórico construido por el matrimonio vasco en 1920, un lugar mágico que hoy muchos malagueños eligen para pedir la mano a sus futuras esposas.