Por su tonalidad rosada y su aspecto neocolonial, el Mercado de Nuestra Señora de África, más conocido como La Recova, es imposible que pase desapercibido en un paseo por Santa Cruz de Tenerife. Y, de hecho, debería incluirse en todos los recorridos turísticos por varias razones: es un edificio histórico, se puede palpar la vida cotidiana de la ciudad, es perfecto para conocer los productos autóctonos y se pueden degustar in situ algunos de los sabores más auténticos de la isla. Sobre todo, hay que aprovechar la visita para conocer los ricos quesos canarios, los vinos, las salsas de mojo y la fruta tropical. Más de 200 comerciantes te esperan para hablarte de sus exclusivos productos. ¡Qué mejor lugar para llevar un souvenir gastronómico a casa!
- Cómo comenzó el Mercado de Nuestra Señora de África
- Construcción en tiempo exprés
- Compras diarias y degustaciones gourmet
- Más mercados que se pueden visitar en Tenerife
Cómo comenzó el Mercado de Nuestra Señora de África
Este mercado abrió sus puertas en 1943 y es el heredero de la antigua recova del siglo XIX situada al otro lado del barranco de Santos. Este mercado fue en sus inicios un espacio imprescindible de venta de alimentos, no sólo en Santa de Cruz de Tenerife sino en toda la isla. Gran parte del comercio de alimentación se realizaba en sus instalaciones, también el mayorista. Con ese importante papel se mantuvo hasta 1974.
En el año mencionado comenzó una segunda etapa en el Mercado de Nuestra Señora de África en la que se decía adiós a esos años dorados al crearse un mercado mayorista, Mercatenerife, adonde se trasladaría gran parte de este negocio. Aunque la actividad comercial se reduce continúa su labor hasta 1985. Se podría estimar que ese año comienza a ser palpable que los hábitos alimentarios de los ciudadanos han ido cambiando y que suelen optar por otro tipo de comercios y grandes superficies. La venta de productos frescos desciende y el número de supermercados, que restan venta a La Recova, suben. Las consecuencias no tardan en llegar y los puestos comienzan a abandonarse (un 30% se quedan vacíos). Durante una década esta situación apenas cambia y no son muchos los vecinos que demandan la fórmula tradicional de los mercados.
En esta situación crítica surge una voz dentro del mercado que aboga por la autogestión del espacio, una propuesta que acepta el Consistorio. Desde ese momento, el Mercado de Nuestra Señora de África gestiona las instalaciones e intenta adaptarse a los nuevos tiempos. Funciona como una cooperativa sin ánimo de lucro que vela por sus intereses y que estudia nuevos modos de rentabilizar el espacio. Esta fórmula continúa vigente hoy en día y ha sido reconocida con diversos premios, como la medalla de Oro del Gobierno de Canarias, y la medalla de Oro de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.
Construcción en tiempo exprés
Es curiosa la historia de la construcción de este mercado, ya que fue posible gracias a la donación de un millón y medio de pesetas por parte del capital general Ricardo Serrador Santés, quien impuso dos condiciones al ofrecer el dinero: que se edificase en un máximo de seis meses y que fuese fiscalizado por un representante del Mando Económico de Canarias. El resultado, aunque se terminó en 18 meses, no pudo ser mejor, ya que se levantó un impresionante edificio que fue declarado Bien de Interés Cultural en 2004. El acceso principal se realiza a través de un gran arco de ocho metros de radio y en el interior se sitúan diversos espacios en torno a tres patios que se comunican a través de galerías porticadas. El nombre del mercado, Nuestra Señora de África, le fue otorgado en recuerdo de la onomástica de la esposa del capitán general.
En sus comienzos, los productos debían venderse en el mismo día, ya que no contaba con neveras. El pescado se estuvo conservando con hielo hasta 1957 cuando se instaló la primera cámara frigorífica en el semisótano. El sótano, que inicialmente funcionaba como almacén, se incorporó al mercado tres años más tarde debido a la demanda de los comerciantes.
Hoy día en la planta baja se encuentran la Pescadería, 16 tiendas que venden productos variados y el aparcamiento (gratuito para los clientes). En la planta primera se sitúan el resto de puestos y una zona de juegos para niños. Y anexo al mercado se sitúa la Rambla Azul, donde se venden productos artesanos, libros y objetos de bazar.
En tu paseo por el mercado fíjate bien en esculturas como ‘La lechera’ y el ‘Homenaje al chicharrero’, y en el mecanismo de un reloj de finales del siglo XX.
Compras diarias y degustaciones gourmet
El Mercado de Nuestra Señora de África ofrece en su día a día un práctico servicio a los vecinos de la capital de Tenerife que se acercan a realizar sus compras cotidianas. Allí pueden encontrar frutas, verduras, aves, conservas, charcutería, pastelería, panadería, salazones y, entre otros productos, carnes y pescados.
Los quioscos de flores, situados en el patio central, aportan la nota de color y el aroma con el que se comienza a disfrutar de esta experiencia.
Además de comprar, en este lugar también se puede disfrutar de las mejores degustaciones gourmet. Esta tendencia, tan habitual en toda Europa también ha llegado hasta aquí. Para el viajero es una oportunidad excelente de probar en un solo lugar los mejores productos de Canarias. No se puede dejar el mercado sin probar un ‘barraquito’ o unas papas arrugadas con mojo picón. La gastronomía tinerfeña es muy rica, así que hay que aprovechar la ocasión.
Además de disfrutar con el paseo por el mercado y de probar algunos bocados, también es posible asistir a algunas jornadas que organizan periódicamente como ‘Las noches de La Recova’ y ‘Los sabores de La Recova’.
Más mercados que se pueden visitar en Tenerife
La isla de Tenerife y su buen clima propician que tanto vecinos como visitantes se decanten por mercados y mercadillos al aire libre a la hora de hacer sus compras. A continuación encontrarás otros espacios donde adquirir productos locales.
Mercado de La Laguna
No es tan bonito estéticamente como el mercado de Santa Cruz de Tenerife pero el mercado de La Laguna también merece una visita. Además, está ubicado en el casco histórico, en la plaza del Cristo, por lo que seguro que te pilla de paso en una ruta turística por esta hermosa ciudad. Los puestos de esta plaza de abastos están surtidos de todo tipo de alimentos, como pescados, carnes, frutas y verduras, y también de una zona donde las flores son las protagonistas. Si se desean adquirir tejidos, zapatos u otro tipo de género, hay que dirigirse a una nave anexa. Además, junto al mercado se instala también el mercadillo del Agricultores los martes, jueves y sábado, si se prefiere comprar sin intermediarios.
Mercadillo del Agricultor de Tacoronte
Si pasas tus vacaciones en la zona norte de Tenerife, toma nota de ese mercado que se sitúa en el barrio de San Juan, en la población de Tacoronte. Es un punto de encuentro con solera que se comenzó a colocar en torno a 1980 y que brinda la oportunidad a los vecinos de interactuar directamente con los agricultores. El ambiente es muy animado, y los puestos están bien surtidos de fruta, hortalizas, pescado, etc. Si lo que buscas es comprar un recuerdo gastronómico para llevarte a casa, es muy recomendable la miel, el queso, e, incluso, la repostería. Como los vinos de Tacoronte tienen fama, no está de más llevarse alguna botella para degustar al regresar. La única pega es que sólo abre sábados y domingos por la mañana (de 9 a 14 horas), por lo que debes tenerlo en cuenta al hacer el plan del viaje.
Mercadillos de los Verdes
Aunque el concepto es diferente, también te comentamos que existe una serie de mercadillos que se va colocando cada día de la semana en una población distinta y que proporciona buenas compras y una experiencia muy auténtica. No es habitual que dispongan de puestos de alimentación, sino que se centran en artesanía, ropa, complementos y regalos. En el artículo de Mercadillos en Tenerife encontrarás la información más completa.