Sometido a un intenso proceso de transformación, el mercado de la Bretxa es, sin duda, uno de los lugares más emblemáticos de la Parte Vieja de San Sebastián. La propia historia de la capital guipuzcoana da nombre a este espacio ya que, allá en el siglo XVIII y a principios del XIX, las tropas invasoras se abrieran paso hacia la ciudad a través de sus murallas.

Aunque su origen data de 1870, las instalaciones han ido evolucionando con el paso del tiempo. Lo que inicialmente fuera un mercado tradicional, es ya un auténtico centro comercial que combina la esencia de sus orígenes con nuevas propuestas de tiendas y restauración.  Sin duda, una visita obligada por su carácter histórico, pero también un escenario perfecto para disfrutar de una jornada de compras y ocio en San Sebastián.

La Bretxa: de mercado a centro comercial

Con casi dos siglos de historia, el mercado de la Bretxa de San Sebastián es toda una referencia para el comercio local. Antonio Cortázar fue el ideólogo del emblemático edificio a finales del siglo XIX, unas instalaciones que casi treinta años después, en 1898, ampliaría José de Goicoa. En su estado original, La Bretxa, tenía forma de U, además de un patio central que, posteriormente, fue cubierto al tiempo que se incluía la fachada que aún hoy se conserva.

El devenir de los años ha ido marcando la evolución de este complejo convertido en la actualidad en un compendio de tiendas y locales que dan vida al centro comercial La Bretxa. Las instalaciones, no obstante, están conformadas por dos edificios diferenciados, el de Pescadería y el de Arkoak que, al margen de las grandes cadenas, dejan hueco a los puestos tradicionales que ofrecen productos locales de todo tipo.

Un paseo por el exterior del emblemático mercado revela otro de sus encantos. Los puestos conocidos como ‘las caseras’ ofrecen al visitante una interesante selección de frutas, verduras, flores y hasta quesos.

Qué comprar en el centro comercial La Bretxa

Mercado de la Bretxa
Tarta de queso en Mercado de la Bretxa

El centro comercial La Bretxa es, en la actualidad, mucho más que un mercado. La oferta de los productos frescos que pueden encontrarse en el edificio de Pescadería se completa con las tiendas, locales y otros establecimientos de su homólogo Arkoak. Además, el exterior de las instalaciones cautiva con el aroma de flores, verduras y quesos de los caseríos.

Ubicado en la alameda del Boulevard, entre los cubos del Palacio de Congresos Kursaal y el Ayuntamiento donostiarra, el mercado de la Bretxa es parada obligada tanto para quienes estén haciendo turismo como para todo aquel que esté pensando en disfrutar de una jornada de shopping en San Sebastián.

  • Edificio Arkoak.

Locales amplios con acceso directo desde el exterior son los protagonistas del edificio Arkoak. La oferta incluye desde moda a restauración, pasando por instalaciones deportivas y otros servicios que conforman una parte importante del moderno centro comercial.

  • Mercado  de la Bretxa (edificio Pescadería).

Los puestos tradicionales ocupan la planta baja del emblemático edificio Pescadería, ubicado en la parte posterior de la construcción original –aunque separado del principal por la plaza que ambos comparten–. Puestos de embutidos, de carnes, de pescados, de encurtidos o de bacalao, entre otros productos, se dan cita en este lugar donde la calidad es la seña de identidad. Es, en conclusión, una delicia para los amantes de la gastronomía.

  • Caseras.

Antes incluso de caer rendidos a los encantos de los diferentes puestos del Mercado de la Bretxa es posible adivinar por qué la fama de la cocina vasca trasciende nuestras fronteras. En el exterior de los imponentes edificios, concretamente en la parte trasera del mercado, los productores locales reciben al visitante con una impresionante selección de verduras, frutas, quesos y hasta flores.

Muchos de ellos proceden de los típicos caseríos vascos, seña de identidad de la comunidad y la propia capital guipuzcoana. El cuidado y mimo de los productores se aprecia en los aromas y sabores de estos productos a los que cuesta resistirse.

Alternativas al Mercado de La Bretxa

La calidad de la materia prima es uno de los secretos del éxito de la cocina típica de San Sebastián. Aunque el mercado de la Bretxa es uno de los lugares más recomendables para comprobarlo, existen multitud de escenarios que pueden proporcionar al visitante una amplia selección de productos y experiencias gastronómicas a la altura de sus expectativas:

  • Mercado de San Martín.

Es, junto al mercado de la Bretxa, uno de los escenarios más representativos de la oferta donostiarra. El nuevo edificio del mercado de San Martín aúna tradición y modernidad en unas instalaciones inauguradas en 2005. Junto a los clásicos puestos de los ‘asentadores’, conviven locales de moda y espacios gastronómicos que proporcionan una experiencia de compra singular.  Loyola, s/n.

  • Tiendas gourmet.

Por si el encanto de los mercados de San Sebastián no fuera suficiente para revelar la esencia de la cocina vasca, la ciudad está llena de tiendas gourmet. Estos establecimientos, muchos de ellos de tradición familiar, ofrecen todo tipo de productos autóctonos de calidad, además de ser garantes de la cultura gastronómica donostiarra.

Encontrarás quesos artesanos y productos autóctonos de fabricación propia, en Aitor Lasa Gaztategia (Aldamar, 12), dulces tradicionales en Garrarte (Portu Kalea, 3), cervezas artesanas en Kañabikaña Craft Beer Shop (Zurriola Hiribidea, 36) y productos ecológicos en Izarbide (Aldamar, 16).

Otros mercados próximos a San Sebastián.

Para quienes gusten de hacer turismo gastronómico y hacerse con productos de primera calidad, las proximidades de Donosti también ofrecen buenas opciones. A escasos kilómetros de la capital guipuzcoana encontramos dos buenos ejemplos: los mercados de Ordizia y Tolosa.

El primero de ellos tiene una larga tradición y es que sus orígenes se remontan al siglo XI. Cada miércoles, reúne a vendedores de toda la comarca que ofrecen a los visitantes productos agrícolas y ganaderos. En el caso del mercado de Tolosa la cita es cada sábado en tres escenarios de la localidad. El Tinglado está reservado a los productos autóctonos mientras que la plaza Euskal Herria lo hace a los foráneos y textiles y, en Plaza Verdura, a las flores y las plantas.