Zona centro de Gran Canaria
El centro de Gran Canaria es el destino ideal para el viajero que busque estar en contacto con la naturaleza, aproximarse a los modos de vida de los aborígenes canarios y, en definitiva, explorar la esencia de la isla. Este sorprendente entorno natural de origen volcánico puede apreciarse incluso desde algunos de sus núcleos rurales más relevantes, pues, gracias a su ubicación, actúan de miradores urbanos ante los barrancos revestidos de pino canario y majestuosos roques.
Es lo que sucede con la tranquila localidad de Tejeda, famosa por sus postres elaborados con almendra, y Artenara, el pueblo más alto de Gran Canaria. El propio Miguel de Unamuno describió el sorprendente paisaje que rodea esta población rural con los términos “tempestad petrificada”.
Asimismo, vale la pena visitar Teror, ya sea por conocer la basílica de Nuestra Señora del Pino, que alberga la imagen de la patrona de la isla; por recorrer la calle Real, con sus coloridas fachadas y sus típicos balcones de madera; o por probar el chorizo de untar que se vende en el convento del Císter. Como ves, motivos no faltan para acercarse a Teror.
Ahora bien, el gran valor de la franja central de Gran Canaria es su riqueza paisajística. Y es que en ella se concentran espacios tan significativos como la caldera de Bandama, un cráter de un kilómetro de diámetro al que podemos asomarnos desde el mirador del pico homónimo, o bien descender 170 metros hasta su base mientras avanzamos entre silos y lagares de época prehispánica. Pertenecen también al periodo aborigen de la isla las casas cueva situadas en el barranco de Guayadeque, accidente geográfico que puede ser recorrido tanto a pie como en coche.
No muy lejos del mismo se encuentra el pico de las Nieves, que es la cumbre de la isla y una privilegiada atalaya para disfrutar de atardeceres únicos. Las panorámicas que se obtienen desde este mirador son siempre espectaculares, incluso los días encapotados en los que un mar de nubes cubre las islas de Gran Canaria y Tenerife. Desde el pico de las Nieves se puede contemplar también el cercano roque Nublo, una de las peñas naturales más grandes del planeta —con cerca de 90 metros de altitud— y uno de los espacios simbólicos más importantes de Gran Canaria, al tratarse de un destacado lugar de culto entre los primeros habitantes de la isla.
Avanzando rumbo al suroeste encontramos un paraje estupendo para desconectar en la naturaleza. Nos referimos a la presa de las Niñas, un agradable lago rodeado de pinos canarios y equipado con todo tipo de servicios para almorzar, merendar e incluso acampar en sus inmediaciones.
Finalmente, el parque natural de Tamadaba, situado en el extremo occidental de Gran Canaria, presenta atractivos bosques de pino canario e imponentes acantilados sacudidos continuamente por el océano Atlántico. Para contemplarlos como se merece hay que dirigirse al mirador del Balcón, que se halla literalmente suspendido sobre el mar.
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