Badajoz es una tierra de castillos donde antaño las plazas olían a especias y se celebraban justas. Famosa por sus antiguas villas mudéjares, sus calles empedradas con soportales y sus galerías arcadas. En definitiva, una mezcla de edificios medievales, musulmanes y construcciones de la Edad Moderna, que hacen que pasear por el casco antiguo de la ciudad sea una experiencia completa.
Qué hacer y que visitar en Badajoz
La Alcazaba de Badajoz
Esta fortaleza del siglo XII es la más grande de España y fue construida sobre un cerro, adaptando sus murallas a las fuertes pendientes y aprovechando el río como foso defensivo. En su interior se ubicaba la ciudad original, protegida por sólidos muros de piedra y enormes torres. Aunque hoy se encuentra el Museo Arqueológico Provincial y el Palacio de los Duques de Roca.
Torre de Espantaperros
Es la más importante de las que conforma la Alcazaba de Badajoz. También conocida como la torre de la Atalaya, esta construcción de vigilancia almohade sirvió como inspiración para la Torre del Oro de Sevilla. Su nombre proviene del fuerte sonido que emitía la campana de la torre cuando avisaba a los cristianos de sus cultos, el cual ahuyentaba a los infieles, llamados perros en aquella época.
Plaza Alta de Badajoz
Esta plaza rectangular, antiguo centro de la ciudad, se divide en dos zonas. La primera, y más antigua, es la zona norte, caracterizada por su estilo medieval y donde se ubica el arco del Peso. La segunda, más moderna, es la zona sur, que destaca por el arco del Toril. Su estilo es más barroco.
Catedral de Badajoz
La plaza de España da cobijo al Ayuntamiento y a la catedral de San Juan Bautista. Aunque externamente pueda parecer una fortaleza, ya que cuando se comenzó su construcción se encontraba fuera del recinto amurallado, el interior del templo aúna estilos góticos, barrocos y renacentistas, además de piezas y obras de gran riqueza.
La Giralda o Giraldilla de Badajoz
Esta réplica de la torre de Sevilla se encuentra en la plaza de la Soledad, y está coronada por el dios Mercurio, símbolo del comercio. Antiguamente era un establecimiento comercial conocido como “Almacenes La Giralda”.
Puerta de Palmas
Esta es una de las puertas más emblemáticas de la ciudad y principal acceso medieval. Sus dos torres almenadas se utilizaron como prisión. Está conectada al puente de mismo nombre, el más antiguo de Badajoz, que cruza el río con una treintena de arcos de medio punto.
Convento de San José
Con una fachada neogótica y un interior barroco, este convento se sitúa junto a la Alcazaba. Fue construido sobre los restos de la antigua ermita de San José, del siglo XII, que quedó derruida tras los bombardeos de la Guerra de Independencia.
Parque de Castelar y otros jardines de Badajoz
Las zonas verdes en medio de la ciudad son una gran oportunidad para jugar con los niños, hacer deporte, pasear al aire libre o, simplemente, descansar del bullicio de la capital. En tu visita a Badajoz te recomendamos que le des una oportunidad al parque Castelar. Está ubicado en las antiguas huertas del convento de Santo Domingo, donde antaño crecían los olivos. Este espacio cuenta con zonas infantiles, palmeras tropicales y estatuas.
También vale la pena visitar los jardines de la Galera, de estilo árabe y ubicados entre la torre de Espantaperros y el recinto amurallado de la ciudad. Cuenta en su interior con impresionantes restos arqueológicos.
Nuestra última recomendación es el parque de la Legión, ubicado en el foso amurallado, entre los baluartes de la Trinidad y San Pedro. Durante su construcción, se aprovecharon los antiguos elementos exteriores de la fortaleza para crear paseos, avenidas y plazoletas con fuentes.
Disfruta de la cocina extremeña
Visitar la ciudad también significa conocer los platos típicos extremeños y sus productos con denominación de origen. Los amantes de los embutidos disfrutarán con la patatera, elaborada con cerdo, puré de patata y pimentón, y por supuesto con el jamón ibérico, criado a base de bellota. Además, la cocina extremeña no se caracteriza por ser precisamente ligera, algunos de sus clásicos son la sopa de antruejo (con diversas partes del cerdo, chorizo, cebolla, pan duro, ajo y vinagre), las migas y los molletes con manteca colorá. Y de postre: unas perrunillas, una pasta redonda elaborada con manteca de cerdo, azúcar, huevo, harina, aceite, canela y limón.