La emblemática torre de Bujaco de Cáceres es un viejo testigo de la historia de la ciudad, ya que su construcción se remonta nada menos que al siglo XIII. También es muy conocida con la denominación de Torre Nueva. En cualquier caso, es uno de los grandes símbolos de la Historia de la capital extremeña, pues no hay que olvidar que este icono de la arquitectura civil cacereña se edificó en estilo árabe sobre unos antiguos sillares romanos y que en el pasado formó parte de las murallas de Hizn Qazris (Cáceres).
Dentro del recinto amurallado, existió otra torre que se llamaba Buraca, Butaca o de la Basura, por lo que no falta quien asegura que el nombre de Bujaco procede de su hermana gemela. Y es que la muralla de Cáceres estaba jalonada de torres o pequeñas fortalezas, entre las que cabe destacar la torre de la Hierba y la torre del Horno.
Torre de Bujaco, un nombre heredado del califa de Sevilla
Los más eruditos señalan que el nombre de Bujaco fue atribuido a esta torre por una corrupción del nombre del califa de Sevilla Abú-Ya’qu, que conquistó la ciudad con sus tropas en 1173, después de seis meses de asedio y tras pasar por el cuchillo a 40 fratres defensores de la torre. Los fratres constituían una orden religiosa y militar formada por caballeros que dio origen después a la Orden de Santiago. Sin embargo, y aunque son muchos los que defienden esta teoría sobre el nombre de Bujaco, lo cierto es que éste comenzó a usarse en el siglo XX.
Hay otros que indican que su nombre procede de la palabra “buhazo”, que tiene como significado “trapo” o “muñeco de paja y fieltro”, un término que se usaba para referirse a la escultura romana de “Genio andrógino”, conocida popularmente como la diosa Ceres.
La torre Bujaco es un símbolo de Cáceres
Situada al lado de la ermita de la Paz y junto al arco de la Estrella, esta torre, hoy todo un símbolo de la ciudad de Cáceres, ha estado a punto en varias ocasiones de ser demolida para utilizar sus piedras en otras construcciones. Afortunadamente, se ha salvado de la piqueta y hoy luce para orgullo de los cacereños que descubren en su interior vestigios de los periodos más importantes de la vida de la ciudad: la época romana, la árabe y la cristiana.
¿Sus características? Tiene una planta cuadrada, con dos matacanes laterales y uno frontal. Este último se añadió a la torre en el siglo XVIII, por lo que su estilo es diferente a los originales. ¿La altura de la torre? 25 metros sin contar las almenas con que está coronada la edificación. ¿El ancho? 10 metros. En la cara occidental, la que mira hacia la Plaza Mayor, se encuentra el balcón de los Fueros, del siglo XVIII.
Una torre que perdió el reloj
Otro nombre que ha recibido la torre Bujaco es el de torre del Reloj, ya que desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII tuvo empotrado un reloj que daba servicio a los ciudadanos y comerciantes de la villa, un reloj que fue trasladado más tarde a la iglesia de San Mateo, donde sigue dando las horas en la actualidad.
La torre fue construida con diferentes materiales. Sus lienzos se hicieron con mampostería y en sus esquinas se utilizó sillería para reforzar las partes más débiles. La edificación permaneció encalada durante varios siglos hasta que en la restauración de los años 60 se decidió dejar el mampuesto a la vista en la mayoría de los edificios del conjunto histórico.
Centro de interpretación de las Tres Culturas
Hoy la torre de Bujaco acoge el centro de interpretación de las Tres Culturas que, por cierto, ofrece unas vistas espectaculares, desde su mirador, sobre el casco antiguo de la ciudad. Aquí se puede contemplar un facsímil de los Fueros de la Ciudad firmados por el rey Alfonso IX, así como escudos de las familias nobles más importantes de Cáceres y una fotografía del Pendón de San Jorge, la bandera más antigua de la ciudad dedicada a su patrón. Todo ello se puede ver en una gran sala, con bóvedas de ladrillo y columnas, donde el visitante descubre los diferentes periodos históricos de la ciudad y los restos arqueológicos más sobresalientes de Cáceres.
Durante las fiestas de San Jorge, se suele enarbolar, desde el balcón del Ayuntamiento, el pendón, una réplica del que se utilizó durante la reconquista de la ciudad en 1229. Antes, este mismo acto se realizaba desde el balcón de la torre de Bujaco, también denominado Balcón Juradero. Y la leyenda cuenta que aquí se elevaban los pendones con motivo del nombramiento de los nuevos reyes y que, cuando algún monarca pasaba por Cáceres, tenía que jurar los Fueros recibidos de Alfonso IX.
Una hilera de torres defensivas
Si tienes curiosidad y subes a la torre de Bujaco, observarás el alineamiento de las torres con que los árabes fueron reforzando la muralla con el fin de defenderse de los ataques cristianos. Todas son torres albarranas, es decir, unidas a la muralla por un pequeño muro, y hacían de atalaya de observación y de punto defensivo.