La plaza Taksim, situada en el distrito de Beyoglu, es ese rincón de Estambul donde el viajero siente que se encuentra en una ciudad a medio camino entre Oriente y Occidente. La mezcla de acentos y de culturas se percibe especialmente en este enclave turístico, moderno, bullicioso y cargado de simbolismo. Aquí se encuentra un importante monumento, el conjunto escultórico dedicado a la República.
Bares, restaurantes, comercios, centros culturales y hoteles de lujo confluyen en la zona. Pero la plaza es, además, uno de los lugares habituales para la celebración de actos públicos. Y se ha hecho famosa por ser escenario de destacadas manifestaciones y protestas. En 2013 fue el punto de concentración de un importante sector de la ciudadanía que se movilizó contra el plan urbanístico que pretendía acabar con una de las pocas zonas verdes del centro de Estambul, el Parque Gezi, punto destacado de un recorrido por Taksim.
Qué hacer en la plaza Taksim de Estambul, punto de encuentro
El colorido y los contrastes aguardan al viajero que se acerca a la plaza Taksim. Merece la pena sentarse en una terraza de la zona y dejar pasar las horas. Simplemente observar a la gente y contemplar el entorno se convierte en un placer. En Taksim se percibe el pulso de este rincón de Oriente que ha querido abrirse a Europa. El cosmopolitismo de la zona, su sabor occidental, contrasta con el cariz más tradicional de otros barrios de costumbres musulmanas.
Al recorrer el lugar, la mirada se detiene ante el monumento de la República, un grupo escultórico que representa a su fundador, Atatürk, junto a otras figuras destacadas del nacionalismo turco. Siempre hay gente fotografiándose en este rincón, una especie de lugar de peregrinación. También es muy frecuentado, en uno de los laterales de la plaza, el popular Mercado de las Flores.
De compras por la vibrante calle Istiklal
En los alrededores de Taksim se encuentran teatros, centros culturales, galerías de arte y salas de conciertos. Desde la plaza parte la calle Istiklal, una vía peatonal recorrida por un antiguo tranvía que hace las delicias de los turistas y que llega hasta la estación del Funicular de Tünel. Aquí se encuentran algunos edificios de embajadas y lujosos hoteles, pero lo más destacado del lugar es su intensa actividad comercial.
A mitad de la calle sorprenden las elegantes galerías Çicek, un bonito pasaje cubierto con tiendas, bares y cafeterías. La mezcla de voces y culturas impregna el entorno. Muchos músicos callejeros se concentran en la zona y también vendedores ambulantes, con sus puestos de populares “simits” (pan circular que se decora con semillas de sésamo) y castañas en invierno.
Modernidad y tradición se dan la mano en Taksim. En las proximidades de la plaza cautivan las pequeñas calles con soportales. En ellas se ubican típicos cafés tradicionales donde probar los deliciosos baklavas, pasteles elaborados con una pasta de pistachos o nueces. Algunos de los locales cuentan con encantadoras terrazas desde las que contemplar espléndidas vistas de la ciudad y enamorarse de la mezcla de mezquitas, minaretes y rascacielos.
Taksim también es una de las zonas más animadas y vibrantes en la vida nocturna de Estambul. Cuenta con muchos restaurantes, locales en azoteas, hammams, bares y clubes, algunos de ellos destinados al público gay.
Historia de la plaza Taksim
La palabra Taksim, que da nombre a esta plaza tan popular de Estambul, significa “división” o «distribución» en turco y nos conduce a los orígenes del lugar. Aquí, desde 1723, época del sultán otomano Mahmud I, se recogían las principales líneas de agua, provenientes del norte de Estambul. Se concentraban en un embalse de piedra y se distribuían a otras partes de la ciudad.
Históricamente la plaza es un enclave muy simbólico. En ella se rinde homenaje al surgimiento de la República de Turquía el 29 de octubre de 1923. El fundador de la misma y su primer presidente fue Mustafa Kemal Atatürk (1881- 1938). Su figura está representada, junto a la de otros líderes nacionalistas, en la emblemática pieza escultórica que es el principal centro de atracción del lugar. Es uno de los grandes héroes de Turquía y sigue siendo venerado como impulsor de importantes cambios sociales y culturales que abrieron el país a Occidente.
La plaza ha sido objeto de distintas transformaciones. En su perímetro se situaba el Cuartel Militar de Taksim, construido en el siglo XIX. Con el paso del tiempo pasó a convertirse en el Estadio Taksim, pero este fue demolido en 1940, durante la construcción del Parque Taksim Gezi. Otro edificio muy característico de la zona, el Centro Cultural Atatürk, ha desaparecido. En uno de los extremos de la plaza, se está construyendo una mezquita.
El enclave de Taksim refleja las contradicciones de una sociedad que se mueve entre la modernidad y los valores tradicionales y religiosos. Manifestaciones y actuaciones policiales pusieron a la plaza en el foco mediático en 2013. La defensa del Parque Gezi fue el arranque de encendidas protestas que criticaban la deriva cada vez más autoritaria del presidente Erdogan.
Recorrido por el barrio de Taksim, el placer de deambular
Taksim no es solamente una plaza. Hablamos de todo un barrio, de una de las zonas turísticas más frecuentadas de la ciudad. Como dice el escritor y Premio Nobel turco Orhan Pamuk, para conocer Estambul hay que deambular mucho, hay que seguir rutas trazadas y estar dispuestos a desviarse de ellas siguiendo las señales del azar.
Taksim es el punto perfecto para perderse y descubrir rincones inesperados. Precisamente, no muy lejos de la plaza, en una casa del siglo XIX del barrio de Çukurcuma, se encuentra el Museo de la Inocencia, que lleva el nombre de una conocida novela del autor. Se trata de una insólita pinacoteca que exhibe una colección de más de mil piezas usadas y soñadas por los personajes de la obra.
Pero antes de llegar a este lugar tan especial, el viajero encamina sus pasos hacia el Parque Gezi, muy simbólico y querido por los habitantes de la ciudad. Situado en uno de los laterales de la plaza Taksim, es el lugar idóneo para tomarse un respiro y descansar a la sombra. Es uno de los pocos jardines públicos que existen en esta parte de Estambul. De ahí que la ciudadanía se lanzara a la calle a defenderlo cuando iba a ser demolido para construir un centro comercial.
Magníficas vistas desde la torre Gálata y acercamiento a Cihangir
Acercarse a la torre Gálata, cruzando el puente del mismo nombre, es obligado cuando se recorren los alrededores de Taksim. Es un lugar cargado de significados y de leyendas que ofrece unas de las mejores vistas de Estambul y del Bósforo. Se trata de una de las torres más antiguas del mundo y fue construida por orden del emperador bizantino Anastasio para servir como faro. A lo largo del tiempo ha sufrido numerosos daños y reconstrucciones y ha tenido usos diferentes. Ha sido mazmorra, torre de vigilancia de incendios y llegó a albergar incluso un observatorio astronómico.
La torre Gálata y la plaza Taksim forman parte del distrito europeo de Beyoglu. A él pertenece el barrio de Cihangir. Aparece mucho en las novelas de Orhan Pamuk y es el más bohemio de la ciudad, muy frecuentado por artistas, escritores y actores. Merece mucho la pena perderse en sus calles estrechas y visitar sus cafés. Se trata de un entorno laberíntico y lleno de colores, con vistas privilegiadas al mar de Mármara y a la costa asiática. En 2012, el periódico británico The Guardian lo incluyó en su lista de los cinco mejores sitios del mundo para vivir.
Lleva el nombre de Şehzade Cihangir, hijo de Solimán el Magnífico, ya que su padre hizo que se edificara una mezquita de madera allí, con vistas al Bósforo para conmemorar su muerte. El nombre del barrio proviene de esta mezquita, levantada en 1559 y reconstruida en 1889.