Conocida como ‘la Ciudad Dorada’ o ‘la Ciudad de las Cien Torres’, pasear por el nostálgico y bello casco histórico de Praga nos hace entender que sea Patrimonio de la Humanidad. Gracias a su preciada arquitectura, es una de las urbes más visitadas del mundo: el estilo gótico de la Catedral de San Vito (link interno) o el majestuoso Puente de Carlos (link interno) ya son motivos suficientes para contener la respiración.

Sin embargo, no podemos olvidarnos de que estamos en una ciudad que ha visto nacer y formarse a grandes artistas. Antonín Dvořák o Franz Kafka (link interno) son algunas de las ilustres eminencias que han recorrido las calles de Praga, contando hoy con museos donde conocerlos en profundidad. En el caso de la pintura, el primer puesto estaría ocupado por Alfons Mucha, reconocido en todo el mundo por sus obras modernistas. El Museo Mucha es una pequeña joya tanto para sus admiradores como para los que deseen entrar en contacto con el autor por primera vez.

Alfons Mucha, quién fue este pintor checo

Este pintor checo nace el 24 de julio de 1860 en Ivančice, en el sur de Moravia, una de las tres zonas históricas que forman la República Checa, junto a Bohemia y a la Silesia checa. Desde bien joven muestra una especial inclinación por el dibujo. Comienza a trabajar con la pintura decorativa en Moravia, realizando sobre todo escenografías para obras de teatro.

Pronto se marcha a Viena para seguir trabajando con una compañía teatral, a la vez que va creciendo su formación como artista. Cuando vuelve a Moravia, en 1881, ya es un pintor independiente que trabaja por su cuenta. Al recibir el encargo del conde Khuen-Belassi para decorar el palacio Emmahof, este quedará tan maravillado por el trabajo de Mucha que decide convertirse en su mecenas, pagando sus estudios en la Academia de Bellas Artes de Múnich.

En 1887, como muchos otros artistas de la época, Mucha se marcha a París para continuar con su formación. Será unos años más tarde, en 1894, cuando realice su primera gran creación: un cartel para la actriz Sarah Bernhardt anunciando la obra Gismonda para el Théâtre de la Renaissance. Este será el primero de los muchos carteles que compondrá para ella, pues Bernhardt le ofrece a Mucha un contrato por seis años, de exclusividad.

Gracias a su relación laboral con “la divina Sarah”, Mucha se encarga de toda la publicidad, las escenografías e incluso los vestuarios del teatro. La riqueza de los diseños y sus figuras estilizadas le granjearán una enorme fama, siendo llamado para trabajar incluso en Estados Unidos. Regresará en 1910 y se establece definitivamente en Praga, donde continuará aceptando encargos para la ciudad como decorar el Teatro de Bellas Artes o diseñar unas vidrieras para la Catedral de San Vito.

También se sumergirá en la que creía que era su obra maestra, La Épica Eslava. Se trata de un enorme ciclo de 20 lienzos que nos muestra la historia y los mitos tanto de los checos como de otros pueblos eslavos. Al terminarla, Mucha se la regalará a la ciudad de Praga y hoy en día se muestran en una de las exposiciones permanentes de la Galería Nacional. Su producción a lo largo de toda su carrera se irá llenando de pinturas, carteles, litografías o incluso diseños para joyería. Casi todas sus imágenes están protagonizadas por hermosas mujeres, exuberantemente vestidas, rodeadas de flores, con un aspecto un tanto exótico.

Este estilo será el que se conocerá como Art Noveau o modernismo, una creación artística nueva y, sobre todo, libre, rompiendo con los cánones establecidos. La inspiración en la naturaleza será una de las características más dominantes. Sin embargo, cuando los alemanes invaden Checoslovaquia Mucha será uno de los primeros detenidos por la Gestapo. A pesar de que le dejan regresar a su casa, ver su país invadido y su salud cada vez más débil hace que finalmente su vida se apague el 14 de julio de 1939.

Exposiciones del Museo Mucha de Praga

 El lugar elegido para que las obras de Mucha tengan un hogar común fue el Palacio Kaunický, un edificio que data del siglo XVIII. Se sitúa en pleno centro de Praga y muy próximo a la Ciudad Vieja. El museo se abre al público en febrero de 1998 y por su reducido tamaño, probablemente no te llevará más de una hora profundizar un poco más en el máximo exponente de la Belle Époque checa. Las diferentes salas se corresponden con los momentos más destacados en la carrera de Mucha:

Paneles decorativos

Los primeros paneles de Mucha siempre se inspiran en la naturaleza. En estas composiciones es donde mejor podemos comprobar su particular estilo, en el que mezcla la sensualidad femenina, la belleza y los elementos vegetales. Toda esta visión se nos muestra con unas formas muy estilizadas, un espectáculo más que agradable a la vista, con cálidos colores y lleno de poesía. Series como Las flores, Las partes del día, o Las Artes son ejemplos maravillosos de la obra de madurez de Mucha.

Carteles parisinos

Se trata de la sección más desarrollada del museo, ya que este momento de su vida es el más conocido en todo el mundo y el que le acarreó una mayor fama. Los carteles que crea para la actriz Sarah Bernhardt son los claros protagonistas de estas salas. La riqueza imaginativa y la fuerza expresiva que consigue a través de este estilo, en apariencia delicado, serán los detalles que revolucionen el concepto del cartel, dándole un sentido mucho más moderno. Todo un deleite para los sentidos.

Documentos decorativos

Se trata de una serie de 72 tablas, hechas a lápiz, en el que Mucha dibuja diversos modelos para que se usen en las artes decorativas: joyas, vajillas, muebles, etc. Es una oportunidad única para comprobar la increíble destreza y la calidad del artista como dibujante. Siempre con la inspiración de la naturaleza presente, plasma todo un desfile de objetos.

Carteles checos

Como contrapunto a los carteles parisinos, Mucha desarrolla al volver a su patria una temática diferente. Jóvenes vestidas con trajes populares, diversas representaciones del folklore del país y críticas a la opresión contra los pueblos eslavos son las constantes en estas nuevas imágenes, donde aparece el sentimiento más nacionalista del pintor. Las líneas cada vez más sinuosas se van apoderando de toda la composición.

Retratos

Aunque la formación de Mucha es, sobre todo, de dibujante y cartelista, también realizó algunos encargos de pintura, sobre todo de retratos. Aquí podemos ver algunos de esos ejemplos, aunque el gran ciclo pictórico del artista se deja ver en La Épica Eslava, que podrás contemplar en la Galería Nacional de Praga, en el edificio del palacio de Veletržní.

Dibujos y obras al pastel

Esta sección es principalmente atractiva para conocer los bocetos hechos a lápiz por Mucha. Los estudios preparatorios para una obra pueden decir a veces mucho más que la propia obra.

El taller y fotografías

Mucha realizó en su taller parisino una extensa serie de fotografías de modelos, escritores, músicos y amigos que pasaron por allí. Estas nos sirven para entrar en el mundo más íntimo del pintor, donde podemos descubrir todos los detalles del lugar donde creaba sus piezas artísticas. Estas fotografías son un documento de incalculable valor que invitan a comprobar la atmósfera tan especial que se crea en el estudio de Mucha.

Este recorrido por sus dibujos, sus fotografías, sus carteles, sus objetos personales e incluso una recreación de su taller en París nos regalará la oportunidad de hacernos una completa idea de la vida y las contribuciones de Alfons Mucha, uno de los mejores ejemplos del Modernismo y un artista muy querido en la ciudad de Praga.