La Catedral de San Vito, realizada durante el esplendor del Gótico, se encuentra en el interior del Castillo de Praga. Es la catedral más importante de la República Checa y una de las más espectaculares de Europa. Y, como casi todas las grandes obras, su ejecución duró siglos. Comenzó a edificarse en el año 1344 bajo el rey Juan de Luxemburgo y no se ha completado hasta bien entrado el siglo XX. Su interior, entre otros grandes tesoros, cobija las joyas de la Corona, el sepulcro de San Wenceslao y los vitrales Art Nouveau de un artista casi contemporáneo, como Alfons Mucha, a cuya figura y obra Praga ha dedicado un museo. También ha sido el escenario de la coronación, bodas y funerales de todos los reyes y emperadores de Bohemia. La catedral, aunque es católica, pertenece al Estado, pero no es una cosa de ahora, sino que viene del momento mismo de su construcción en el siglo XIV.
San Vito, piedra a piedra
Pero vayamos por partes. La primera piedra de la catedral católica de San Vito la puso el emperador Carlos IV en 1344 sobre los restos de una antigua basílica romana, y fue el arquitecto Matías de Arras el que comenzó las obras en estilo gótico francés. Éste sólo vivió ocho años más, por lo que su sucesor, el alemán Petr Parler, continuó la obra, ya en estilo gótico tardío. Ambos arquitectos están enterrados en la catedral, exactamente en la capilla de Santa María Magdalena. Y en los siglos siguientes se fueron añadiendo elementos arquitectónicos renacentistas y barrocos, hasta que se terminó en 1861. La consagración definitiva del templo tuvo lugar mucho más tarde, en 1929.
La torre de la catedral de Praga
Si quieres disfrutar de una de las zonas más espectaculares de la catedral de Praga, dirígete hasta el crucero, donde verás la representación del Juicio Final. Muy cerca se encuentra el acceso a su gran torre, de 96 metros de altura, toda una tentación para los amantes de las vistas espectaculares. Atrévete y sube los 297 escalones de su escalera de caracol para llegar a lo más alto y, de paso, verás también de cerca los mecanismos del campanario. Si puedes, no te lo pierdas. Desde arriba, tendrás una bonita estampa protagonizada por el Puente de Carlos, de la Ciudad Vieja (Staré Město) y la Ciudad Pequeña (Malá Strana).
En el centro de la catedral de San Vito de Praga se encuentra el mausoleo Real (1571-1589) con las figuras en mármol de Fernando I, su esposa Ana Jagellón y su hijo Maximiliano II. Sin embargo, la tumba más célebre de la catedral es precisamente la del santo que le da nombre: San Vito. También se puede ver la de San Juan Nepomuceno, una tumba con dos toneladas de plata que custodian unos ángeles de rubio cabello. A dos pasos nos encontramos con el oratorio Real, símbolo de la soberanía del rey, que se terminó en 1490, y la cripta Real, con los sarcófagos de mármol de personalidades checas, como Carlos IV, Wenceslao IV (el Rey Bueno), Jorge de Podebrady y Rodolfo II.
Una capilla de piedras semipreciosas
La capilla lateral más sorprendente de la catedral es, sin duda, la de San Wenceslao, patrón de los checos, porque sus paredes contienen trozos de piedras semipreciosas y las pinturas de sus muros datan nada menos que del siglo XVI. Esta capilla, cerrada con siete llaves, tiene unas escaleras semiescondidas que conducen a la cámara de la Corona, donde se guardan, entre otras joyas, la corona de oro de San Wenceslao, realizada en 1346 para Carlos IV. Por estas razones, seguramente, la capilla de San Wenceslado es uno de los elementos más visitados de la catedral de San Vito.
Un dato para recordar: la campana que se halla dentro del campanario de la catedral es conocida con el nombre de Zikmund y se cree que es la de mayor tamaño de la República Checa.
Qué ver en la Catedral de San Vito de Praga
Resumiendo, en tu visita a la Catedral de San Vito, no olvides visitar:
- El portal dorado, sobre el que se encuentra el Juicio Final, un mosaico de 80 metros cuadrados que fue realizado por artesanos venecianos. Por esta zona entraban los reyes cuando iban camino de su coronación.
- Capilla de San Wenceslao, donde se guardan las reliquias del santo y las joyas usadas en las ceremonias de coronación. No olvides fijarte en las paredes recubiertas de piedras semipreciosas.
- Tumba de San Juan Nepomuceno, en la que se emplearon miles de kilos de plata.
- Vidrieras Art Nouveau de Alfons Mucha.
- Mausoleo Real, con los restos de los reyes bohemios: Carlos IV, Wenceslao IV o el emperador Maximiliano II.
- Mirador de la Torre Sur, al que se puede subir por una escalera de caracol.
Una recomendación en San Vito
Te aconsejamos que programes la visita a la Catedral de San Vito a primera hora de la mañana. Te evitarás colas y, además, disfrutarás a tus anchas del arte y las joyas que esconde el templo.
Y una curiosidad
El cardenal Miloslav Vlk promulgó el 23 de abril de 1997 un decreto según el cual el templo recuperaba el nombre original de catedral de los Santos Vito, Wenceslao y Adalberto. Pero con poco éxito, porque aquí todo el mundo conoce el edificio como Catedral de San Vito.