En pleno Pirineo Aragonés, casi en el límite occidental con Navarra, se encuentra la villa de Ansó, un lugar declarado Conjunto Histórico-Artístico que forma parte de la asociación ‘Los pueblos más bonitos de España’.
Esta pequeña villa de origen medieval es un auténtico referente de la provincia de Huesca, un encantador núcleo pirenaico de arquitectura tradicional que ha sabido llegar hasta los tiempos actuales preservando su esencia, ya sea en su arquitectura, en la que se emplean materiales tradicionales, como en sus tradiciones, entre las que se encuentran algunas de notable interés turístico. El pueblo de Ansó es uno de los más bonitos del Pirineo Aragonés.
Visitar Ansó es fundamental para todo aquel que recorra la parte más occidental del vasto Pirineo Aragonés, la comarca de la Jacetania cuya capital es Jaca. No solo por la belleza de la villa en sí, sino por el espectacular entorno en el que se encuentra. Los valles de Ansó y de Hecho son dos fantásticas zonas donde disfrutar de la naturaleza de montaña en estado puro.
QUÉ HACER EN UNA VISITA A ANSÓ
Lo primero que hay que hacer al visitar Ansó es dejarse llevar entre sus callejuelas de piedra y que sea la propia arquitectura la que envuelva al visitante. Un perfecto elogio a la piedra en armonía con la teja, la madera o la forja, que crean un hermoso conjunto urbano cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Es un ejemplo de la esencia de los Pirineos. Entre vivienda y vivienda, llamarán la atención los particulares espacios de medio metro conocidos como callizos.
Ansó se enclava en su homónimo valle, a orillas del río Veral. Pero además del conjunto en sí, en Ansó destacan también algunos hitos muy reseñables por su valor histórico y cultural. Os los mencionamos a continuación.
Torre medieval
La torre medieval de Ansó (del siglo XVI) es uno de los elementos más conocidos del pueblo. Este torreón declarado Bien de Interés Cultural es el lugar donde, según la leyenda, permaneció presa la reina Blanca II de Navarra (siglo XV) una vez desposeída del trono. Se trata de una torre de planta cuadrangular y cuatro alturas, integrada en una casa con fachada principal a la calle. Formó parte de una red defensiva conformada por varios torreones construidos en los siglos XV y XVI, relativamente convulsos en el Alto Aragón.
Ermita de la Virgen de Puyeta
La ermita de la Virgen de Puyeta es una pequeña y sobria capilla rural situada en las afueras de Ansó. Está dedicada a la Virgen de Puyeta, patrona del valle de Ansó. Cada 8 de septiembre, día de la virgen, se celebra una romería que conduce a cientos de personas camino de la ermita.
Iglesia de San Pedro
Esta notable iglesia de gran volumen dada su verticalidad (siglo XVI) destaca sobremanera en el conjunto de Ansó. En su estilo arquitectónico se perciben ciertos elementos defensivos fruto de la conflictiva época en la que se construyó el templo. En su interior conserva un interesante retablo Mayor de estilo barroco.
Museo Etnológico
En Ansó encontraremos también varios pequeños museos muy interesantes para conocer mejor la realidad local. Por un lado, el Museo del Traje de Ansó nos muestra la evolución de este traje, uno de los más antiguos de Europa. De hecho, el Día del Traje Ansotano está considerado Fiesta de Interés Turístico Nacional. Por su parte, el Centro de Interpretación de la Naturaleza presenta lo que es el Parque Natural de los Valles Occidentales, lugar donde está la localidad.
También, ubicado dentro de la iglesia de San Pedro, se encuentra el Museo Etnológico y de Arte Sacro. Se trata de una completa colección de objetos etnográficos de la zona, desde trajes a telares, cerámica, muebles y demás objetos tradicionales, que se complementan con importantes piezas de carácter religioso que abarcan desde el siglo XVI hasta el XVIII. Sirva de ejemplo la bula del papa Gregorio XIV en la que se concede a Ansó la patrimonialidad de la villa.
Dónde comer en Ansó
El pequeño tamaño de Ansó no impide que la localidad tenga varios restaurantes donde poder disfrutar de la gastronomía pirenaica. La gastronomía del Pirineo Aragonés tiene un elemento singular, las bordas aragonesas, casas de campo hoy reconvertidas en restaurantes. Dado su carácter pastoril, muchas bordas están en lugares inaccesibles, por lo que permanecen incomunicadas durante parte del invierno debido a las nevadas.
En los valles de Ansó y Hecho encontramos algunas de las mejores bordas aragonesas:
- Borda Arracona (Ansó)
- Borda Chiquín (Ansó)
- Borda Bisaltico (Hecho)
También hay algunos bares y restaurantes, como el Berari, el Kimboa o el Maiberal. En todos ellos podremos disfrutar de platos típicos aragoneses y de montaña, desde asados de carnes a completísimas sopas.
El valle de Ansó y el valle de Hecho: qué visitar
Ansó no es más que la punta del iceberg de una zona espectacular del Pirineo occidental. Desde la pequeña villa medieval se puede prolongar la visita por los respectivos valles de Ansó y de Hecho donde realizar multitud de excursiones.
Una de las rutas más populares desde Ansó es la que conduce hacia el valle de Aguas Tuertas, un precioso camino de 6 kilómetros (ida y vuelta) poco exigente. Se puede prolongar hasta alcanzar el espectacular ibón Estanés.
Otro popular paseo desde Ansó es el que lleva hacia el Bosque de Gamueta, considerado el mejor bosque monumental del Pirineo. En Gamueta se pueden presenciar magníficos ejemplares de abetos o haya, por lo que el otoño es la mejor estación para gozar de un espectáculo de colores.
Por si fuera poco, cerca de Ansó está la Foz de Biniés, un cañón natural donde se puede caminar unos 3 kilómetros con unas impresionantes vistas panorámicas.
Desde Ansó se puede dar el salto al vecino valle de Hecho, comenzando por la propia localidad de Hecho, otro hermoso pueblo pirenaico.
Uno de los lugares más famosos del valle de Hecho es la Selva de Oza, un frondoso espacio natural atravesado por un río y rodeado de montañas que superan los 2.300 metros de altitud. En la selva también es posible hacer alguna ruta de senderismo para conocer en profundidad este espectacular lugar.
El valle de Hecho ofrece muchos más planes activos y culturales, como otras rutas de senderismo, barranquismo o monumentos como el Monasterio de San Pedro de Siresa.
Rutas de senderismo en los alrededores
El valle de Ansó ofrece múltiples posibilidades para los amantes del senderismo, con rutas adaptadas a todos los niveles. Una de las rutas más emblemáticas es la que conduce hasta el valle de Aguas Tuertas, cuya indudable belleza quedará grabada en tu retina para siempre.
También podrás caminar a los diferentes ibones que salpican las cimas que rodean los valles, como el ibón de Acherito o el ibón de Estanés, rutas de nivel intermedio que ascienden hasta los 2.000 metros de altitud.
Si prefieres quedarte por una zona más baja, la ruta al valle de Zuriza, cuya carretera de acceso parte desde el propio Ansó. Esta ruta es muy recomendable en otoño, cuando los colores de los hayedos alcanzan su máxima expresión.