El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en plenos Pirineos oscenses y la comarca de Sobrarbe, es uno de los más conocidos de la red de Parques< Nacionales de España, que engloba otros 14 espacios naturales con esa especial protección estatal.
De hecho, cada año acoge a algo más de 600.000 visitantes. Lo cual tiene mucho mérito, teniendo en cuenta que en el sector más popular, el del Valle de Ordesa, el acceso se realiza a bordo de un bus oficial durante unos meses del año: en torno al verano, Semana Santa y el 12 de octubre.
La importancia del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
En la extensión del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se resumen buena parte de los atractivos de los Pirineos. Aquí se pueden admirar diferentes ecosistemas en los que viven las especies más representativas de la flora y fauna de esta cordillera. Desde los ríos que horadan el fondo de los valles hasta las cumbres, varias de las cuales superan los 3.200 metros de altitud.
El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido es también un lugar muy valorado por expertos y amantes de la geología por sus características formaciones rocosas. Fundamentalmente, en el Monte Perdido que, con sus 3.355 metros, es la mayor montaña calcárea de Europa. También es la séptima altura del país y tercera de la Cordillera Pirenaica.
QUÉ VER Y HACER EN EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO
El parque nacional está dividido en seis sectores: Ordesa, Añisclo, Monte Perdido, Pineta, Escuaín y Bujarelo. Detallamos a continuación algunos de ellos, junto con los valores por los que resulta tan importante el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
El Valle de Ordesa, el más visitado
Es el núcleo original del actual espacio protegido, declarado Parque Nacional ya en el año 1918. El fondo del valle está tachonado de numerosas formaciones boscosas a base de pinos silvestres y negros, abetos y hayas en torno al río Arazas.
Éste muestra toda su fuerza y belleza en varias cascadas, entre las que la más conocida es la Cola de Caballo. Y con sus aguas riega una riquísima biodiversidad conformada por animales como el quebrantahuesos, el sarrio, la marmota, la perdiz nival y la rarísima rana pirenaica.
El Cañón de Añisclo, la increíble fuerza de la naturaleza
Se trata de una profunda hendidura en la roca pura, practicada por las aguas del río Bellós a lo largo de millones de años. Se incluyó dentro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido en el año 1982, aportando a este espacio protegido un espectacular catálogo de cascadas y un frondoso bosque en cuyos senderos es fácil perder la noción del tiempo y el espacio.
Valle de Pineta, el más accesible
Este valle se extiende, a lo largo de 12 kilómetros, desde el macizo mismo del Monte Perdido, en cuyos glaciares nace el río Cinca, hasta la localidad de Bielsa. Este sector del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se caracteriza por sus bosques y también por ser uno de los más accesibles, ya que por el fondo del valle y en paralelo al río discurre una carretera perfectamente asfaltada.
Mirador de Revilla, ornitología y mucho más
Está en uno de los valles menos conocidos del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Este soberbio balcón a los Pirineos es, probablemente, el mayor atractivo del sector Escuaín. Un buen lugar no solo para admirar la belleza del entorno, también las evoluciones de numerosas aves que anidan en la zona.
LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ORDESA Y MONTE PERDIDO
El entorno del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido está plagado de poblaciones donde, pese la afluencia de los muchos visitantes que llegan hasta aquí, se sigue respirando un ambiente rural y montañero. A continuación mostramos algunos de ellos.
Torla, la puerta de entrada al parque
Este es el punto de partida para aquellos que quieren visitar el sector Ordesa del parque. Torla es una pequeña localidad, a algo más de 1.000 metros de altitud, que mantiene parte de su urbanismo medieval, además de la iglesia de San Salvador, de estilo románico.
Aínsa, entre tres impresionantes espacios naturales
Aínsa está considerado, por méritos sobrados, como uno de los pueblos más bonitos de Huesca. Situado en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, supone un buen punto de partida tanto para las visitas al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido como a la vecina Sierra de Guara y al Parque Natural de Posets-Maladeta.
Boltaña, castillo y piscina para el verano
Situada bajo su castillo, testigo del convulso pasado medieval, conserva muestras de esa época en forma de monumentos como el puente sobre el río Ara o la Colegiata de San Pedro. En verano es muy popular el baño en la piscina natural de La Gorga.
Broto, dos barrios y un río
Broto tiene dos barrios, Santa Cruz y Los Porches, divididos por el curso del río Ara y unidos por dos puentes. Junto a uno de ellos, el principal, se encuentra la antigua cárcel, que funcionó como tal hasta el siglo XX.
Sarvisé, reconstruida tras la guerra
Es otra más de las localidades de origen medieval de la comarca de Sobrarbe, aunque su aspecto actual es muy diferente al de aquella época, debido a los estragos de la Guerra Civil Española (1936-39). Aun así, sigue el pie el torreón de la casa de los Marqueses de Saravisé, que es uno de los símbolos monumentales del pueblo.
Buesa, turismo activo y bonitas panorámicas
Buesa quizás no destaque por sus riquezas patrimoniales. A cambio, llama la atención la arquitectura de sus casas, típicamente pirenaica, y su situación, entre la Punta Plana de Guliana y el Tozal del Bun, donde se practican diversas actividades de turismo activo.
Oto y su bonita arquitectura popular
Esta población es, prácticamente, una prolongación de Broto, de la que está separada por apenas un kilómetro de distancia. Como ésta, resulta muy agradable el paseo por sus calles, flanqueadas por las típicas construcciones a base de losas de piedra y tejados de pizarra.
SENDERISMO EN ORDESA Y MONTE PERDIDO
Como es fácil deducir, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, igual que su entorno, es una de las principales metas de senderismo en España. A continuación destacamos algunas de las rutas que se pueden realizar.
Rutas en Ordesa
Es el sector preferido por los senderistas, por su escenografía y también porque permite realizar rutas de diversas dificultades y niveles de preparación física. Estas son algunas de ellas:
- Circular a la Cola de Caballo desde Torla: con 20 kilómetros y algo más de seis horas de duración.
- Pradera de Ordesa a Cola de Caballo: por las gradas (cascadas) de Soaso. Es la más popular de las rutas por el parque, de unos 17 kilómetros, que se cubren en casi seis horas.
- Paseo por San Nicolás de Bujaruelo: bastante fácil, con solo 3,5 kilómetros de recorrido.
Ruta al Monte Perdido
Esta ruta está solo recomendada para montañeros que tengan una cierta experiencia y condición física, dado que se realiza en dos días, llegando hasta la cima misma del Monte Perdido. El punto de partida es la pradera de Ordesa y, en total, se cubren unos 32 kilómetros, haciendo noche en el refugio de Góriz.