Ciudades españolas como la capital cordobesa brindan al viajero una experiencia inolvidable favorecida por su historia, cultura y gastronomía. Sus profundas raíces y el gran número de monumentos que se pueden visitar en Córdoba requieren de cierta organización para no dejarse nada en el tintero. Nuestra recomendación es que no te obsesiones con verlo todo, y que gestiones tu tiempo para disfrutar de la sensación de callejear sin prisa por la judería, de hablar con los vecinos en sus patios, o de probar los ricos sabores cordobeses.

A continuación encontrarás un listado con los sitios esenciales que se pueden visitar en Córdoba, cosas que hacer y alguna otra sugerencia que a nosotros nos gusta especialmente. ¿Estás dispuesto a pasarlo bien?

Mezquita de Córdoba, más que un bosque de columnas

La habrás visto mil veces en tus libros de texto o en fotografías, pero aún así te seguirá impactando al entrar. Es casi imposible imaginar cómo debía ser el rezo en este gran bosque de columnas y arcadas de colores. La Mezquita-Catedral de Córdoba, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está considerada uno de los monumentos más relevantes del Occidente islámico.

 

 

La historia nos habla de que en su ubicación se erigió inicialmente una basílica, la de San Vicente, a la que seguiría esta mezquita por orden de Abd-al-Rahmán en el siglo VIII (ampliada posteriormente por Abd-al-Rahmán II, Al-Hakam II y Almanzor. Y, por último, la edificación de la Catedral en el siglo XVI. Este es el motivo por el que cuando visites la Mezquita-Catedral podrás distinguir elementos de distintas religiones y culturas. Cada uno de sus detalles, de sus arcos, los altares, bóvedas… resultan espectaculares y ejemplo de distintas culturas.

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Mezquita de Córdoba

Recorre el patio de naranjos, pasea en silencio por la sala de oración de la Mezquita, con su espectacular maqsura, y no olvides visitar la Catedral, con sus impactantes bóvedas góticas, la cúpula renacentista y una magnífica sillería de su coro, entre otras joyas.

Medina Azahara, una ciudad palacio

El sitio arqueológico de Medina Azahara, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es otro de los lugares que hay que visitar en Córdoba. Para ello, hay que dejar la ciudad atrás y recorrer unos 8 kilómetros para conocer las ruinas de este conjunto fundado por Abd al-Rahman III, el primer califa omeya, como símbolo de su poder. Su propósito era crear el centro de poder del Califato de Córdoba, donde se concentrase la residencia del califa y los órganos administrativos.

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Medina Azahara

La ubicación Medina Azahara, cuyo nombre significa “Ciudad Brillante”, no fue elegida al azar sino escogida por las características del terreno. En la parte más alta se situó la residencia real y los órganos de gobierno. Y más abajo, servicios como el abastecimiento de agua que reutilizaba la canalización romana. En la edificación no se escatimó en los mejores materiales para demostrar el poderío del califa: mármoles de Estremoz (Portugal), columnas y capiteles artesanos, grandes salones, jardines, estanques, etc. Muchos historiadores dejaron por escrito que esta era una de las ciudades más hermosas de todos los tiempos.

Puente Romano, una imagen de postal

Pocos puentes son tan fotogénicos como el llamado Puente Romano de la capital cordobesa. Al atardecer, iluminado por focos e inmutable al paso del tiempo, resulta una imagen inolvidable. Este puente, otra obra monumental que hay que ver en Córdoba, fue construido en el siglo I a.C. Como ha sufrido varias remodelaciones a lo largo del tiempo, de romano apenas le queda el nombre. Está formado por 16 estéticos arcos, 12 de medio punto y 4 apuntados. Uno de los detalles escultóricos que se puede observar es la imagen del arcángel San Rafael, obra de Bernabé Gómez del Río, que se colocó allí en el siglo XVII tras una epidemia de peste.

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Puente Romano

Torre de la Calahorra, un museo vivo

Quizás no es un monumento que aparezca en las guías como imprescindible, pero merece la pena acercarse para conocer esta recia torre de defensa del siglo XIV. Se encuentra en el extremo sur del Puente Romano, por lo que no tienes excusa para verla. Externamente ya se intuye su función defensiva, con sus gruesos muros y troneras. Su interior está dividido en catorce sobrias estancias distribuidas en tres alturas.

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Torre de la Calahorra

A lo largo de su trayectoria ha sido utilizada para diversos usos, como cárcel, lugar de cuarentena para afectados de tabardillo y escuela. Hoy día acoge el Museo Vivo de Al-Andalus, con una muestra centrada en las tres culturas de la ciudad: cristiana, judía y musulmana.

Plaza de la Corredera, lugar de encuentro

Plagada de terrazas y siempre animada, la plaza de la Corredera es uno de los espacios sorprendentes de la ciudad. Y decimos “sorprendente” porque tiene forma de plaza castellana, con su forma cuadrangular, arcos y corredores porticados. Se cree que en este mismo lugar se erigía antaño un circo romano, ya que se han rescatado restos romanos, como mosaicos, en intervenciones arqueológicas. Esos hallazgos ahora se pueden ver en el Alcázar de los Reyes Cristianos. Mucho más reciente es su uso como plaza de toros, incluso se conserva una calle que se denomina toril. Cuando se está aquí tomando el sol en una terraza, con una cerveza en la mano, cuesta creer que en este lugar se producían ejecuciones durante la Revolución Francesa.

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Plaza de la Corredera

La Judería cordobesa, laberinto viario

El Barrio Judío es otro de los lugares de Córdoba que hay que conocer y pasear sin rumbo fijo. Forma parte de la zona declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, y razones no le faltan para ello. Su trazado urbanístico anárquico está salpicado de callejones, pequeñas plazoletas y calles retorcidas donde es fácil perder la orientación. La creación de este barrio, muy cerca de la Mezquita, fue autorizado por Alfonso X el Sabio en 1272.

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La Judería cordobesa

La Judería hoy día no coincide exactamente con el perímetro original pero se puede acceder fácilmente si estás paseando por la zona de la Mezquita-Catedral. En el paseo te saldrá al paso la plaza de Maimónides (o de los Armentas), la sinagoga, el zoco… y varias esculturas interesantes.

Iglesia de Santa Marina

Si eres amante de la arquitectura religiosa te interesará la Ruta de las Iglesias Fernandinas. Está integrada por 11 templos construidos entre el siglo XIII y el XIV por orden de Fernando III el Santo, de ahí que lleve este nombre. El interés de este itinerario no sólo está en su valor artístico sino en el simbólico, ya que alrededor de los templos se pretendía crear pequeños núcleos para repoblar la ciudad. Una de estas iglesias es la de Santa Marina, que está situada en la plaza del Conde de Priego y muestra en su arquitectura una variada mezcla de estilos gótico, mudéjar y renacentista. En su interior se encuentra la imagen de San Pancracio, un santo al que muchos cordobeses son devotos y visitan los miércoles.

Calleja de las Flores

Esta callecita es una de las más fotografiadas de la Judería. Es sorprendente cuando comienzas a caminar por esta calle repleta de macetas con flores y, de pronto, aparece la torre de la Catedral.

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Calleja de las Flores

Detente en varios puntos y busca la mejor fotografía jugando con los arcos que atraviesan la Calle de las Flores. Al atardecer, con las luces de las farolas encendidas, es espectacular.

Murallas de Córdoba

Si ya has recorrido la Judería habrás tenido oportunidad de pasear por un tramo de muralla que pone límite a este barrio. Es un placer caminar fotografiar sus históricas puertas mientras se recorre este paseo adornado de flores y fuentes. En la muralla de la Calle Cairuán te enamorarás de sus canalillos y albercas.

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Murallas de Córdoba

Palacio de Viana, patios y arte

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Palacio de Viana

Entre las cosas que hay que ver en Córdoba capital, este palacio del siglo XIV ocupa uno de los primeros lugares por su belleza y valor histórico. Después de la Mezquita, el Puente Romano y la Judería es nuestro favorito. El palacio de Viana te transportará automáticamente a otras épocas, a cinco siglos de historia que han dejado huella en el mismo. Sus estancias se organizan alrededor de patios, nada menos que doce, con fuentes, flores y rincones encantadores. Durante la Fiesta de los Patios es una delicia recorrerlos y embriagarse de su aroma floral. Y las estancias del palacio no son menos espectaculares, por ellas se distribuyen obras de arte, colecciones de tapices, vajillas, mosaicos, guadamecíes (una técnica artesana sobre cuero) y una impresionante biblioteca de los siglos XVI al XVIII.

Alcázar de los Reyes Cristianos

Otra visita esencial en un viaje a Córdoba es el Alcázar de los Reyes Cristianos, que concentra entre sus muros un buen abanico de restos arquitectónicos de los pueblos que pasaron por esta ciudad. En el interior de esta fortaleza y de su palacio, entre preciosos jardines y estanques, se puede adivinar su pasado romano, visigodo y árabe. Su historia de reconstrucciones comenzó en el año 1236, cuando Fernando III el Santo conquista Córdoba y se encuentra la edificación casi destruida del viejo palacio califal. La restauración comienza con el reinado de Alfonso X el Sabio y no finaliza hasta Alfonso XI.

Una vez que el alcázar se encuentra en perfecto estado de revista, comienza a ser utilizado para distintos usos, desde sede de la Inquisición hasta cárcel, en el siglo XIX. No debe sorprender, por tanto, que al visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos surjan estancias con nombres relacionados con su variopinto pasado. La fortaleza es prácticamente cuadrangular, con gruesos muros de sillares y cuatro torres (Las Palomas, La Inquisición, El Homenaje y Los Leones). En el interior, las distintas estancias se articulan en torno a patios y jardines.

Algunos lugares que destacan en el conjunto son el Salón de los Mosaicos, donde se muestran piezas romanas; los baños árabes con tragaluces en forma de estrella; el precioso patio Mudéjar, con suelo de mármol, canales y albercas; y sus bellos jardines.

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Alcázar de los Reyes Cristianos

Si tienes la oportunidad de asistir a algún espectáculo nocturno, hazlo. Es una experiencia inolvidable.

Sinagoga de Córdoba

La sinagoga de Córdoba es uno de esos espacios que sorprenden, dicen que es la tercera mejor conservada de España, además de ser la única sinagoga de Andalucía. Se encuentra ubicada en el barrio de la Judería, como es lógico, y fue levantada a comienzos del siglo XIV. El uso que se le dio hasta que se expulsó a los judíos de España, en 1492, fue el de templo.

A la sinagoga se accede a través de un patio, que lleva a un vestíbulo y de ahí a las distintas estancias. En la planta baja está la sala principal y para llegar a la zona reservada para las mujeres se debe subir una escalera.

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Sinagoga de Córdoba

Quizá lo más llamativo de la sinagoga sea su decoración, los atauriques mudéjares y los arcos decorados con yeserías. En una segunda etapa, ya sin judíos, funcionó como hospital e incluso como escuela infantil. Por suerte, a finales del siglo XIX, fue protegida con la declaración de Monumento Nacional.

Patios Cordobeses

Aunque el Festival de los Patios Cordobeses, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se celebre en la primera quincena del mes de mayo, la belleza de estos espacios se mantiene todo el año. Los vecinos miman sus patios y sus flores, y permiten la visita de turistas en todas las estaciones. Existe una guía elaborada por el Ayuntamiento de Córdoba para localizar los patios que abren de forma permanente y gratuita. Es aconsejable llevarla en el móvil.

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Patios Cordobeses

Además de casas particulares, una visita de gran interés para admirar la belleza de sus patios es el Palacio de Viana, del que ya te hablamos en un epígrafe anterior. Un último consejo, si tienes oportunidad de visitar los patios cordobeses en otro momento que no sea en mayo, mucho mejor, evitarás la saturación y las colas para verlos.

Cómo llegar desde Sevilla, diferentes opciones

Si tienes tu hotel en Sevilla y quieres viajar a Córdoba dispones de varias opciones, tanto en transporte público como en tu coche particular. La primera propuesta es que hagas el viaje en tren, es cómodo y el centro de Córdoba se puede recorrer a pie sin problema. Existen más de quince frecuencias diarias y el trayecto dura unos 45 minutos. También tienes la opción de hacer el viaje en autobús con Alsa u otras compañías, que salen de la estación de autobuses Plaza de Armas (Sevilla) y llega a la estación de autobuses de Córdoba (Avda. Vía Augusta). El trayecto, en este caso, dura en torno a 75 minutos.

En caso de que prefieras ir con tu vehículo, la ruta es muy sencilla ya que simplemente tendrás que seguir la A-4 que transcurre entre ambas ciudades andaluzas. La distancia es de unos 140 kilómetros, y tardarás 1 hora y media, más o menos, dependiendo del tráfico.

Una vez allí te recomendamos aparcar el coche y seguir a pie o con el transporte urbano local.

Los mejores restaurantes de Córdoba

En Córdoba se come bien casi en cualquier lugar, desde la taberna de tapeo más pequeña al restaurante más reconocido. Para que vayas abriendo boca, te diremos que los platos más clásicos son: el rabo de toro, los flamenquines y el salmorejo. Te recomendaremos referencias clásicas e innovadoras para que compruebes la evolución de la gastronomía de Córdoba.

En Casa El Pisto (Plaza de San Miguel, 1) encontrarás una taberna clásica cuya decoración taurina te hace retroceder en el tiempo. Aquí se custodian los sabores cordobeses como en ningún otro sitio, por lo que es un buen lugar para rendirse a la tradición con su rabo de toro y su salmorejo. Y, por supuesto, pide también un pisto con huevo.

 

 

La Taberna Góngora (Conde de Torres Cabrera, 4) también está en el centro y ofrece sabores clásicos y buenas raciones con una buena relación calidad-precio. Te sugerimos que pruebes también su salmorejo, pero aquí en lugar de rabo de toro puedes decantarte por unos flamenquines o un plato de venado. No te arrepentirás.

Renombrada y apegada a la tradición también está la afamada Bodega Campos (Lineros, 32), un establecimiento que comenzó dedicándose a la crianza de vinos de Montilla y Moriles, y que ha ido derivando a la restauración, celebración de eventos y catering. Aquí todo es magnífico, así que puedes pedir el rabo de toro o algún plato de cocina más creativa.

Por último, tenemos que mencionar tres restaurantes que representan la renovación con una carta más vanguardista. El primero de ellos, Noor (Pablo Ruiz Picasso, 8), está comandado por el estrella Michelin Paco Morales, ofrece una experiencia diferente desde la entrada al local, un espacio luminoso con una decoración acorde a la cocina inspirada en el legado andalusí. En este lugar te conquistarán tanto la presentación como los sabores.

Toma también nota de los restaurantes ReComiendo (calle del Mirto, 7) dirigido por el chef Periko García, y Cocina 33 (Paseo de la Ribera, 24) con una carta repleta de toques fusión.