¿Alguna vez te has preguntado dónde mete el Ratón Pérez los dientes que almacena? ¿Imaginabas que tenía un piso en el centro histórico de Madrid? Pues no sólo es cierto, sino que es posible visitar sus aposentos. También los niños. Se encuentra exactamente en la primera planta de un edificio situado en el número 8 de la calle del Arenal, junto a la Puerta del Sol. Además, no tiene pérdida, porque en la puerta de acceso desde la calle se puede ver una placa indicadora del Ayuntamiento de Madrid que recuerda que aquí está el Museo del Ratón Pérez.
- Un museo con dientes de leche “certificados”
- Una familia de roedores que admite visitas
- Un cuento para el rey niño Alfonso XIII
- Una enorme caja de galletas para el Ratón Pérez
Un museo con dientes de leche “certificados”
En la Casa del Ratón Pérez hay cinco estancias. La primera es la Sala Pirámide y es la que antecede al Despacho del Ratón Pérez. Seguidamente encontraremos la Sala Maqueta para, después, descubrir la Tienda de Recuerdos y, por último, la Sala de Audiovisuales. Aquí podrás consultar la documentación histórica que existe sobre el Ratón Pérez y observar dientes de leche “certificados” de personalidades tan famosas como Beatrix Potter, Beethoven, Isaac Newton o Rosalía de Castro. Pero hay muchísimos más… también los tuyos.
Para más sorpresas, descubrirás que en este piso, reconvertido en casita-museo del Ratón Pérez, no sólo vive el ratoncito, sino que comparte su vida con su familia, formada por su esposa, la Ratona Pérez, y los tres hijos del matrimonio: Adolfo, Elvira y Adelaida. Y te preguntarás: ¿a qué se dedican, además de “robar” los dientecillos de los niños a cambio de una moneda o un pequeño regalito? Inspeccionemos.
Una familia de roedores que admite visitas
El Ratón Pérez, de nombre Máximo, se presenta como rantropólogo y licenciado en Roeciencias Exactas. Se define como “un ratón muy señor, culto, equilibrado, amante de la lectura y la música” y siempre va con su gorro de paja, sus gafas doradas y la cartera roja cargadita de magia. La Señora Pérez, de nombre Katalina, nos cuenta que es profesora de Roescuela. Ella misma insiste en que es “discreta, elegante y de temperamento bien templado” y se siente inmensamente orgullosa de estar casada con el ratón más importante del mundo.
¿Y quieres saber cómo ha salido su prole? Te voy a presentar a sus tres hijos, que también viven en el Museo del Ratón Pérez de Madrid. La mayor se llama Adelaida y es roestudiante de Filosofía. De su carácter sobresale que es extrovertida y muy sociable. Le apasionan el canto y la música y por eso ha aprendido a tocar con gran éxito el piano y la flauta.
Elvira es la hija mediana de los Pérez y es roestudiante de Artes Aplicadas. Su temperamento es dulce y reservado y, entre sus aficiones, destaca su pasión por la lectura. También es una virtuosa intérprete del arpa y, como a su hermana mayor, le gusta cantar y tocar el piano.
Adolfo, “Adolfito” para la familia Pérez, es el benjamín y es estudiante de Diplomacia. Es parlanchín, vanguardista y un apasionado del deporte, sobre todo del tenis. Se lo pasa genial cuando juega al ajedrama y le fascina tocar los bongos.
Un cuento para el rey niño Alfonso XIII
La familia Pérez, como casi todos los clanes, ha investigado en su árbol genealógico para conocer sus orígenes y se ha encontrado con bonitas sorpresas. Por ejemplo, ha descubierto que el primer documento escrito con referencias al Ratón Pérez fue publicado en 1902 y escrito por nada menos que Luis Coloma. Todo un literato que bien merece un parrafito para que todos los niños del mundo conozcan de dónde surge la magia de este pequeño roedor.
Sabemos que Luis Coloma nació en Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz, el 9 de enero de 1851. Era un joven curioso y por eso estudió en la Escuela Naval y buceaba en la letra impresa de los libros. Leía mucho, estudió Derecho en la Universidad de Sevilla y se hizo jesuita. Pero no era un jesuita cualquiera, sino que llegó a ocupar un sillón en la Real Academia Española (de la Lengua) y tenía la particularidad de ser el consejero espiritual de la Corona.
¿Y qué tiene que ver, te preguntarás, Luis Coloma con el Ratón Pérez? Pues que al escritor gaditano se le ocurrió escribir un cuento para el rey Alfonso XIII cuando éste era sólo un niño de 8 años de edad. Se le acaba de caer un dientecillo de leche y a Luis Coloma se le ocurrió mezclar la historia de un popular ratoncillo, el Ratón Pérez, con otro pequeño ratón infantil de nombre Buby I que no era otro que el rey niño. Ambos interactúan y se escapan del Palacio Real hasta llegar a la calle de Jacometrezo, donde corren una gran aventura.
Una enorme caja de galletas para el Ratón Pérez
En este cuento de Luis Coloma, la familia Pérez vive en un enorme caja de galletas Huntley en los sótanos de la célebre confitería Prast, situada en el número 8 de la calle del Arenal de Madrid, unos metros debajo de donde el Ratón Pérez reside en la actualidad.
En la actualidad, el Ratón Pérez sigue recolectando dientes de leche y todas las noches se pasea por las almohadas infantiles en busca de algún tesoro, pero nuestro protagonista ya está mayor y en esta tarea la ayudan ahora otros personajes. Por ejemplo, en los países anglosajones tiene como colaboradora al hada Tooth Fairy, en Francia a la Petit Souris… y así en otros territorios del planeta. Ha organizado de este modo su recolecta, con el fin de alimentar una ilusión que se comparte en todo el mundo.
La historia del Ratón Pérez es tan formidable que hasta durante la pandemia del Covid-19 los alcaldes de todos los municipios del mundo quisieron premiar la actitud ejemplar de los niños que no podían salir de casa. ¿Y cómo? Permitiendo al Ratoncito Pérez saltarse el confinamiento para visitarlos si se les caía algún diente, eso sí, tomando todas las precauciones necesarias y con el máximo respeto a la situación de pandemia.