Son muchos los viajeros que eligen cada año el litoral gaditano como destino de vacaciones y las razones para hacerlo son muchas y variadas. Sin embargo, hay dos que se repiten frecuentemente: la amplitud de las playas y la buena gastronomía. Entre esos arenales que enamoran nada más verlos se encuentra la playa de Bolonia, una de las mecas del turismo. Esta preciosa ensenada se sitúa en el municipio de Tarifa y cuando la visitas por primera vez parece fruto de una ensoñación. Su arena blanca y sus aguas cristalinas son una invitación a extender la toalla y a disfrutar de lo que la naturaleza regala de una forma tan generosa. Sin embargo, nuestra recomendación es que no te dejes vencer por la pereza y que visites todo lo que se encuentra alrededor, comenzando por las ruinas de la cercana ciudad romana de Baelo Claudia, y siguiendo por la duna gigante que preside la playa de Bolonia.
La llegada por la CA-8202 a Bolonia, desde la N-340, se hace por una carretera estrecha y con un trazado curvilíneo en el que hay que tener cierta precaución. A ambos lados de la vía la vegetación es dominante, lo que hace intuir que esta zona aún se mantiene bastante virginal.
- Características y servicios de la playa
- Monumento Natural Duna de Bolonia
- Pinares de Bolonia
- Qué ver cerca de la playa de Bolonia
- Dónde alojarse cerca de la playa de Bolonia
Características y servicios de la playa
La preciosa playa de Bolonia se sitúa entre el cabo Camarinal y Punta Paloma, para que la ubiques, y tiene una longitud de unos cuatro kilómetros de largo y unos setenta metros de anchura. Su arena es fina y de color claro, casi blanco. Curiosamente, este arenal es bañado por un Atlántico aturquesado y de aguas cristalinas que te hacen sentir casi en el Caribe, una impresión que desaparece en cuanto entras en el océano. En este lugar la temperatura del agua siempre está unos grados por debajo de la de otras playas gaditanas, pero es un placer bañarse o caminar por la orilla de extremo a extremo. Bastará que veas unas fotos de la playa de Bolonia para que el flechazo sea automático.
Como la opción más extendida es pasar el día completo en la playa debes saber que encontrarás pocos servicios de playa, a excepción de vigilancia y algunos bares en el contorno de la ensenada. Si quieres comer directamente en la playa, en algunos establecimientos preparan la comida para llevar si lo pides. Hasta ahora no hay vestuarios ni alquiler de hamacas, ni adaptación para personas con movilidad reducida. Eso sí, el coche se puede dejar bastante cerca pero tendrás que madrugar un poco o tener mucha paciencia a la hora de buscar aparcamiento (en verano lo gestiona el Ayuntamiento y cobran una módica cantidad en zonas delimitadas).
Monumento Natural Duna de Bolonia
Aunque el ir y venir de las olas sea hipnótico, es la gran duna de Bolonia, declarada Monumento Natural en 2021, la que atrae inevitablemente las miradas. La imagen desde abajo es imponente pero hay que armarse de paciencia (tiene 30 metros de altura y 200 metros de anchura) para llegar a la cima. Una vez arriba la panorámica es sorprendente: una gran lengua de arena se extiende hasta besar el agua, mientras una mancha verde compuesta de árboles y vegetación tapiza los alrededores.
La duna y la playa se sitúan en el límite del Parque Natural del Estrecho por lo que todo el entorno está muy protegido y la naturaleza aún es la dueña y señora del lugar. Es habitual que los bañistas suban a la duna al atardecer para ver cómo el astro se apaga poco a poco desde este privilegiado mirador. Los más atrevidos suben con su tabla para deslizarse por la arena en una bajada escalofriante. Ojo con los que bajan… que no siempre son habilidosos.
Pinares de Bolonia
Desde la misma playa de Bolonia se puede ver la masa de pinos que cubre los alrededores, si tienes curiosidad, existe un sendero (Bolonia-Faro Camarinal) que puedes hacer andando para verlos más de cerca. Son pinos piñoneros rodeados de matorrales con una gran valor ecológico. Es curioso observar cómo en función del viento que sople cada año los puedes ver más o menos enterrados. Además de los pinos, observa también el enebro costero, la sabina rastrera y la camarina. Y si te atrae el mundo de las plantas, te gustará localizar las azucenas y los alhelíes de mar.
Qué ver cerca de la playa de Bolonia
La playa de Bolonia se sitúa a unos 15 o 20 minutos de Tarifa por lo que en una excursión lo idóneo es aprovechar para ver otros lugares cercanos. Una visita imprescindible es a las ruinas de Baelo Claudia, previo paso por el centro de interpretación. Una vez aprendida la lección es el momento de recorrer esta antigua ciudad romana costera donde aún es posible identificar elementos como el foro, las termas, los templos o la antigua factoría de salazones. Si acudes en verano, reserva entrada en el Teatro para ver alguna obra.
Además de la visita cultural, deja tiempo también para hacer una caminata por el sendero de Bolonia-Faro Camarinal (que te hemos comentado en el apartado anterior) y por la zona de El Lentiscal, donde encontrarás algunas calas solitarias entre acantilados. Por supuesto, otra propuesta básica es degustar la gastronomía local en los bares de la zona.
En caso de que quieras alargar la excursión un poco más, tienes dos opciones principales. Tendrás que volver a la N-340 y tomar rumbo Este para ir a Tarifa o rumbo Oeste para conocer Zahara de los Atunes. Ambas opciones son igual de apetecibles.
Dónde alojarse cerca de la playa de Bolonia
Aunque la playa de Bolonia está en un lugar un tanto aislado, a pocos kilómetros se pueden encontrar excelentes hoteles donde disfrutar de los servicios más exclusivos. En la población de Conil de la Frontera, a unos 45 minutos, se sitúa el Barceló Conil Playa-Adults only que se puede convertir en una base idónea para recorrer la provincia y para descansar en un entorno tranquilo.
Este hotel sólo para adultos se encuentra ubicado junto a la playa de la Fuente del Gallo, una de las ensenadas más especiales de la localidad gaditana. Dispone de 210 habitaciones, una decoración cálida y elegante, y unos completas instalaciones donde no faltan piscinas ni buenos restaurantes como Almadraba, Atunante o Arrozante. ¿Una sugerencia especial? Disfruta al atardecer de un cóctel desde la terraza B-Heaven.