El Parque Genovés es el gran pulmón verde de la capital de Cádiz, una ciudad tan vinculada al mar que a veces olvidamos que también cuenta con rinconcitos llenos de naturaleza. Recorrer el perímetro gaditano sin perder de vista el Atlántico también regala momentos de descanso debajo de algún árbol o paseos en lugares tan espectaculares y con tanta historia como el Parque Genovés.
Este espacio verde fue declarado en 2004 como Bien de Interés Cultural por la Junta de Andalucía y añadido a su catálogo de Patrimonio Histórico de la región. Esta categoría histórica no es fortuita sino que está justificada por su trayectoria como jardín botánico de estilo romántico del siglo XIX.
Este parque no pasa desapercibido ni por su belleza ni por sus dimensiones. Tiene forma trapezoidal y algunos de sus lados están delimitados por el Paseo de Santa Bárbara, la Avenida Doctor Gómez Ulla y el Paseo de Carlos III. No tendrás problema para localizarlo, y si es así pregunta por la Facultad de Filosofía y Letras porque está enfrente.
- Historia del Parque Genovés
- Un paseo por el parque
- Una cascada secreta y un puente elevado
- Paseo Santa Bárbara
- Dónde dormir cerca del Parque Genovés
Recorrer este romántico espacio verde es regalarse un momento de relax, sentarse en un barco a tomar el sol o leer un libro, llevar a los más pequeños a corretear sin peligro, tomar un refresco en su terraza… o simplemente a admirar el buen surtido de flora que se da cita en pocos metros.
Historia del Parque Genovés
Para entender el Parque Genovés en su dimensión histórica hay que saber que la zona donde se sitúa no se contempló en el siglo XVIII como lugar adecuado para urbanizar porque era un área de servidumbre militar. En aquellos momentos, se empezó a usar como un lugar de recreo aunque le llamaban con sorna “el paseo del Perejil” dado que la vegetación escaseaba… Sólo algunas décadas después, ya en el siglo XIX, se planificó una alameda arbolada que sí recibió un nombre a su altura: el Paseo de las Delicias, que terminaba en un jardín. Pasaron algunos años más, y el alcalde Eduardo Genovés, en 1892, tomó cartas en el asunto y resolvió que aquella zona necesitaba una buena remodelación. A él le debemos su aspecto romántico y el trazado que mantiene todavía. La estética de aquellos años era maravillosa, con su cascada con lago, un salón de té y un teatro de verano con estructura de Gustave Eiffel (ya no está, se recicló inicialmente para el mercado de la Merced). Sin embargo, aún faltando algunos detalles merece mucho la pena pasear por allí.
Un paseo por el parque
Después de una intensa jornada turística, entrar en el Parque Genovés con el único objetivo de recrearse con su arboleda, sus parterres y flores es un plan imbatible. La avenida central está dividida por hileras de parterres simétricos en tres calles. Un dato curioso es que el jardinero encargado de crear el parque fue el catalán Ramón Oliva Bogunyá, que era director de los Jardines Públicos de Barcelona, y que también intervino en la mejora de los Jardines del Campo del Moro de Madrid. Este ilustre jardinero tuvo a bien crear jardines espaciosos con variedades de flora de todos los continentes.
Hoy día el paseo además de agradable puede ser muy instructivo porque se pueden admirar árboles como el drago, el metrosidero (llegado de Nueva Zelanda), dos tipos de araucaria, un ejemplar de palo borracho, cipreses americanos, etc. Además, existen también conjuntos escultóricos icónicos como la escultura de la duquesa de la Victoria, el monumento de Columela o el del botánico Celestino Mutis. Pero el mayor protagonismo se lo lleva una fuente con la escultura de los “Niños bajo el paraguas” donada por la familia Aramburu, que la tuvo hasta 1907 en su casa-palacio de la plaza de San Antonio. Esta fuente fue comprada en París y recuerda a los personajes de una novela de Jacques-Henri Bernardin de Saint-Pierre.
Una cascada secreta y un puente elevado
Si los paseos jalonados por árboles y parterres pueden agradar a los mayores, si viajas con niños preferirán pasar su tiempo en el entorno de la cascada y el puente elevado del Parque Genovés. Este estanque donde nadan alegremente los patos guarda numerosas sorpresas, la mayor es la gruta que tiene pegada y que es un lugar idóneo para resguardarse del sol en verano mientras se ve caer el agua. El segundo lugar es el caminito y el puente que discurre por encima de la gruta y que regala una bonita vista. Quizás es el mejor photocall del parque. Este es uno de los rincones ideales para descansar o merendar a la sombra de un árbol.
Paseo Santa Bárbara
El nuevo Paseo de Santa Bárbara bordea el Parque Genovés y supone un lugar de transición entre este pulmón verde y el paseo que circunvala la ciudad y que llega hasta aquí desde la playa de la Caleta. Esta solución contemporánea no está exenta de polémica, ya que la remodelación de dicho paseo representa un espacio moderno que no está en consonancia con el carácter del vecino jardín romántico que hemos comentado. El resultado es una zona asfaltada con un gran aparcamiento y el mirador de Santa Bárbara que está situado en un punto elevado desde el que se puede admirar la belleza del entorno. Este mirador abre todos los días de ocho de la mañana a nueve de la noche, en verano cierra dos horas después.
Dónde dormir cerca del Parque Genovés
Para visitar el Parque Genovés no es necesario dormir demasiado cerca porque en la ciudad de Cádiz todo está a menos de quince minutos. Nuestra recomendación si viajas a Cádiz capital es que te alojes en un hotel confortable, alejado de zonas ruidosas, y desde donde puedas ir caminando tanto a los espacios culturales como a la playa. Una buena opción es el Occidental Cádiz, un cuatro estrellas situado en la Avenida de Andalucía y a pocos minutos de la playa de la Victoria. Dispone de 96 habitaciones dobles de gran tamaño (hasta 30 m2), además de un buen desayuno buffet en el Jamar Gastrobar, y la posibilidad de comer y cenar a la carta.