La Ribeira Sacra es, con seguridad, una de las zonas más conocidas y visitadas del interior de Galicia. Los motivos para venir son sobrados, comenzando por los enológicos: aquí se producen algunos de los mejores y más conocidos vinos de la región. Pero también hay razones de tipo histórico-artístico, de naturaleza y gastronómicas que justifican la visita.
El nombre de Ribeira Sacra viene del hecho de que, efectivamente, se trata de una tierra ribereña a varios cursos fluviales: Sil, Miño y Cabe… Las aguas de estos ríos han regado de riqueza a la zona desde tiempos inmemoriales. Y eso explica el hecho de que aquí está la mayor concentración de complejos religiosos medievales (fundamentalmente románicos) de toda Galicia. De ahí el calificativo de Sacra.
Recorrer los valles de esos ríos, entre vertiginosos bancales plantados de viñedos en los que, desde tiempos ancestrales, se viene practicando una viticultura heroica es algo que no deja indiferente a nadie. Como impresionante es surcar el Cañón del Sil a bordo de alguno de los barcos turísticos que atracan en sus embarcaderos. O degustar un vino de las bodegas de la D. O. Ribeira Sacra, mientras se contempla el paisaje desde alguno de los impresionantes miradores sobre el río.
A continuación te mostramos algunos de los mejores lugares qué ver en la Ribeira Sacra y algunas buenas ideas para sacarle el máximo partido a la visita.
- Monasterio de Santo Estevo
- Cañones del Río Sil
- Monasterio de Santa Cristina
- Pasarelas del río Mao
- Mirador de Vilouxe
- Balcones de Madrid
- Bodegas de la Ribeira Sacra
- Pueblos de la Ribeira Sacra
- Rutas en la Ribeira Sacra
- Cómo llegar a la Ribeira Sacra
- Dónde alojarse cerca de la Ribeira Sacra
Monasterio de Santo Estevo
Este centro religioso es uno de los lugares obligados que ver en la Ribeira Sacra. El monasterio de Santo Estevo (o San Esteban) es una auténtica joya del patrimonio histórico de Galicia, reconvertido en parte en alojamiento. Un lugar entre tupidos bosques que sigue sorprendiendo por su tamaño y por la maestría con que fueron labradas las piedras de sus diferentes fachadas, iglesia y claustros.
La fundación de este lugar se remonta al siglo VI, cuando puso aquí un eremitorio el que luego sería conocido como San Martín Durmiense. Aun así, lo que hoy se puede observar es la construcción levantada entre los siglos XII y XVIII por diferentes órdenes monásticas.
Mucho antes, este centro religiosos ya debió tener una gran importancia en la zona, pues se sabe que aquí se retiraron antes de su muerte nueve obispos, cuyas mitras son las que se representan en el escudo del lugar.
La iglesia es de planta basilical y alberga un artístico retablo renacentista firmado por Juan de Angés (siglo XVI) y otro retablo más de difícil datación, realizado en piedra y que representa a Cristo en Majestad con los 12 apóstoles. También notables son el claustro de portería y el de los obispos, donde están enterrados los ya citados dirigentes eclesiásticos que, por otro lado, son los protagonistas de una leyenda en torno a sus anillos, supuestamente milagrosos.
Cañones del Río Sil
La abrupta geología que el río Sil encuentra en esta zona ha generado, a lo largo de millones de años, este cañón natural. Constituye uno de los paisajes más singulares de Galicia y, sin duda uno de los motivos por los que hay que ver la Ribeira Sacra. Las dos riberas del río, cada una en una provincia gallega (Ourense y Lugo), adquieren el carácter de desfiladero, o cañón, en el tramo final del río, antes de su confluencia con el Miño.
En total unos 35 kilómetros de desniveles de entre 200 y 500 metros de altura (e, incluso, más), con muchos tramos aterrazados desde tiempos ancestrales en donde se cultiva la vid. Es lo que se denomina viticultura heroica (por la evidente dificultad del trabajo en estas circunstancias), sustento de numerosas familias de la Ribeira Sacra a lo largo de los siglos.
Acción del hombre aparte, ésta es también una zona de grandes valores naturales, pues gracias a la humedad del río se ha generado un hábitat ideal para numerosas especies vegetales y animales. Entre las primeras, abundan los bosques de robles, castaños, alcornoques y madroños. Entre las segundas, destacan las grandes aves rapaces como el águila real, el búho real, el halcón peregrino y el roquero solitario.
La mejor forma de acercarse y conocer este hábitat tan impactante y seductor es con las excursiones en barco que surcan el río desde los embarcaderos de Abeleda, Ponte do Sil, Os Chancís y Santo Estevo, con recorridos de entre una y dos horas de duración.
Monasterio de Santa Cristina
Entre todos los lugares que ver en la Ribeira Sacra, el Monasterio de Santa Cristina fue uno de los centros religiosos más importantes, gracias a la notoriedad y riquezas que alcanzó durante la Edad Media.
Situado en un soberbio paraje del municipio de Ribas de Sil, el Soto de Merilán, sus orígenes están en el siglo X. De la época medieval conserva la iglesia románica (siglos XII-XIII), en la que destacan sus tres ábsides semicirculares. El central está decorado con varias pinturas murales (del siglo XVI) en las que se representa a San Juan y la Virgen, Santo Tomás, Santo Domingo y San Antonio, además de Santa Lucía y Santa Bárbara.
Del periodo renacentista es la parte del monasterio donde habitaban los monjes, así como dos alas del claustro, aunque bastante deslucidas, pues es evidente que en aquel periodo este centro religioso había perdido parte de su poder (en favor del Monasterio de Santo Estevo).
Pasarelas del río Mao
El río Mao es uno de los fiduciarios del Sil y, por tanto, forma parte del sistema hídrico que riega la Ribeira Sacra. A su paso por la zona y hasta su desembocadura, deja también un estrecho cañón pétreo cubierto de bosques de ribera.
Buena parte de ese pequeño desfiladero (unos 1,8 kilómetros) lo recorren unas cómodas pasarelas de madera, que conforman una ruta de ida y vuelta a lo largo de la cual se pueden conocer buena parte de las riquezas naturales de la zona.
El camino que marcan estas pasarelas coincide en parte con el recorrido PR-G 177 y comienzan en la llamada Fábrica de Luz, una antigua central hidroeléctrica que ahora es un albergue. A éste se puede llegar desde el pequeño pueblo de Cristosende por la carretera OU-0605 que, a su vez, tiene un trazado paralelo al propio río Mao y luego al Cañón del Sil.
Mirador de Vilouxe
De todos los miradores al Cañón del Sil, éste es sin duda el más impresionante. Primero porque está a unos 700 metros de altitud sobre el curso del río. Segundo, por el soberbio panorama que se puede contemplar desde aquí: el meandro del Coto das Boedas, donde popularmente se dice que “el río da la vuelta”.
Pese a la proximidad con el lugar de Vilouxe, pequeña aldea donde se recomienda dejar el vehículo para ascender luego al mirador tras un camino de unos 800 metros, se trata de un entorno completamente natural, sin intervención humana. Esto quiere decir que hay que acercarse al borde del cañón con prudencia, puesto que no existe protección alguna y la caída vertical es, cuando menos, escalofriante.
Tomadas las convenientes cautelas y superada la sensación de vértigo, no queda más que disfrutar de la insuperable panorámica de conjunto que relaga este mirador.
Balcones de Madrid
Este mirador de la Ribeira Sacra, también conocido como de Os Torgás, se llama así porque era el lugar desde el que las familias del lugar veían marchar a los hombres, que emigraban a otras tierras (fundamentalmente Madrid y el resto de Castilla), en busca de fortuna y una vida mejor.
Se encuentra en las inmediaciones de Parada de Sil y, como el anterior mirador, desde aquí se divisa una de las panorámicas más impresionantes del Cañón del Sil, en este caso protegido por barandas de madera.
Desde aquí es posible contemplar, aparte del río Sil y el desfiladero que lo enmarca, el Santuario de Cadeiras, situado a unos 500 metros de altitud, numerosos bancales vinícolas junto a Porta Brosmos y Sacardebois, además de la naturaleza que rodea a Monforte de Lemos.
Bodegas de la Ribeira Sacra
La gran riqueza de la Ribeira Sacra y la singularidad de sus paisajes tienen mucho que ver con la producción de vino. Cientos de hectáreas agrícolas, en muchas ocasiones en condiciones de cultivo casi imposible, conforman una de las denominaciones de origen vitivinícolas más singulares y encomiables del país. Las bodegas, unas 100, son en su mayoría de reducidas dimensiones, con una producción bastante limitada y de gestión familiar.
Varias ofrecen visita y degustación de sus vinos, fundamentalmente tintos de la variedad Mencía, pero también algunos blancos a base de uvas Godello y Albariño. Entre las más conocidas están Rectoral de Amandi, Abadía da Cova-Adegas Moure (en Cuñas), Regina Viarum (Doade), Vía Romana (A Ermida-Belesar), Cruceiro (Vilachá de Doade), Lar de Ricobao (Quiroga), Vella (A Abeleda), Lareu (Chantada) o Val do Frade (Pobra do Brollón).
Dadas su dimensiones y lo reducido del negocio, si se quiere conocer cualquiera de ellas lo ideal es llamar y concertar la visita. También suele incluirse esta opción en los tours que las empresas turísticas organizan por la Ribeira Sacra.
Pueblos de la Ribeira Sacra
En total, son 21 los ayuntamientos (municipios) que conforman la zona de Ribeira Sacra, cada uno de ellos con varios núcleos de población de mayor o menor tamaño. De hecho, buena parte de la población rural de Galicia habita en pequeñas aldeas y pueblos con pocos habitantes, dispersos a lo largo y ancho del territorio y agrupados de forma administrativa en parroquias y concellos. Esto es lo que ocurre también en la Ribeira Sacra: con excepciones, apenas hay aquí grandes núcleos de población. De ellos, estos son los más interesantes:
– Ribas de Sil: este municipio supone una de las principales referencias en materia vinícola de la Ribeira Sacra. Distribuido en varios núcleos, el más relevante es San Clodio, donde se encuentra la sede del concello (ayuntamiento). En Ribas de Sil están algunos de los centros religiosos más importantes de la Ribeira Sacra: Santo Estevo, Santa Cristina y San Clodio.
– Ferreira de Pantón: este núcleo de población creció desde la Edad Media en torno al monasterio cisterciense de San Salvador, conocido también como Santa María de Pantón. Un conjunto monástico distribuido alrededor de un armónico claustro de dos plantas, que fue fundado hacia el siglo X y luego se asimiló, en el siglo XII, a la orden del Císter, que fue la que lo dotó de esplendor y de la bella arquitectura que lo caracteriza.
– Ribas de Miño: esta localidad, perteneciente al municipio de O Saviñao (Lugo), alberga algunos monumentos de interés, como la iglesia parroquial de Ribas de Miño (Santo Estevo), construida en el siglo XII en estilo románico, cuya fachada se inspiró, sin duda, en el Pórtico de la Gloria de la catedral compostelana. También están en el municipio el Santuario de Guadalupe (siglo XVIII), en medio de un bonito paraje natural, y el complejo arqueológico de mámoas (megalitos).
– Monforte de Lemos: es el principal núcleo de población de la Ribeira Sacra, capital de la comarca de Terra de Lemos e importante enlace ferroviario entre Galicia y Castilla desde tiempos de Alfonso XIII. La población creció en torno al Monasterio de San Vicente del Pino, cuyo origen se remonta al siglo X, aunque la imagen actual corresponde a la reforma total acometida en el siglo XVI en estilo renacentista. De esa época es también el Colegio de Nuestra Señora de la Antigua, conocido como El Escorial gallego.
– Os Peares: si hay un lugar simbólico en la Ribiera Sacra es éste, porque en Os Peares confluyen los ríos Sil y Miño y las provincias de Ourense y Lugo. El máximo esplendor de la localidad se produjo en el siglo XX, gracias al tren y al embalse. Entre las construcciones más interesantes destaca el puente del tren, construido en hierro y con un estilo eiffeliano. También hay una agradable playa fluvial.
– Castro Caldelas: es una delicia pasear por el casco histórico de esta localidad, en concreto por la Cima de Vila, con sus calles empedradas distribuidas bajo el castillo, mandado construir por el séptimo conde de Lemos (Pedro Fernández de Castro) en el siglo XIV. Es uno de los conjuntos urbanos medievales mejor conservados de Galicia.
Rutas en la Ribeira Sacra
La forma más efectiva de conocer la Ribeira Sacra y llegar a los lugares más recónditos es, sin duda, a bordo de un vehículo (coche o moto). Pero, por sus muchos valores naturales y la dificultad de acceso a algunos de sus núcleos de población, recorrer esta zona a pie o en bicicleta también es una buena opción. Estas son algunas de las rutas senderistas más recomendables:
– Ruta de los viñedos de Belesar: a orillas del Miño, este recorrido tiene unos 5 kilómetros, que se pueden relializar en unas dos horas. Aparte de los viñedos, el camino se abre paso entre bosques de castaños y robles.
– Camino Real de San Pedro de Rocas: la ruta discurre, a lo largo de unos 9 kilómetros, por lo que efectivamente era el camino real que llegaba hasta la ciudad de Ourense. El final de la ruta la protagoniza el Monasterio de San Pedro de Rocas, en Esgos, considerado el primer asentamiento de eremitas en Galicia, pues sus orígenes se hunden en el siglo VI.
– Los Muiños de Castro Caldelas: buena parte de la ruta transcurre en paralelo al río Edo, entre una espesa vegetación de ribera. En total, se recorren algo más de 2,5 kilómetros durante unos tres cuartos de hora de agradable caminata. En la misma se pueden observar los restos de tres antiguos molinos de agua (los muiños).
– Ruta de la Castaña y la Miel: se trata de una ruta circular de unos 9 kilómetros que comienza en la localidad de Salcedo y que coincide en parte con la “ruta do ouro e do ferro” (del oro y el hierro). A lo largo del camino se pueden observar varias albarizas (construcciones circulares de piedra para proteger las colmenas), así como un secadero de castañas en Souto de Paramedela.
Cómo llegar a la Ribeira Sacra
Por su extensión y linealidad, a la Ribeira Sacra se puede llegar desde diferentes puntos tanto de Galicia como del resto del país. Desde Ourense, la capital, se accede fácilmente por la Estrada Barra de Miño y también por la N-120 en un trayecto de unos 20 minutos en vehículo propio.
Desde Lugo se llega a Monforte de Lemos y, desde ahí, a las principales localidades de la Ribeira Sacra, por la carretera LU-546, en algo menos de una hora de ruta de coche o moto. Por su parte, la N-120, que durante muchos kilómetros discurre en paralelo al curso del río Sil, permite llegar fácilmente desde la provincia de León (zona del Bierzo) hasta el corazón de la Ribeira Sacra.
En tren (Renfe) se puede llegar desde Madrid y el corazón de la Península hasta las localidades de San Esteban del Sil y Monforte de Lemos.
Por su parte, no hay líneas de bus que permitan llegar de una forma cómoda a la mayor parte de las localidades de la Ribeira Sacra. Aun así, si se quiere conocer la zona en transporte público existen varias empresas de barcos que recorren en mini cruceros el cañón del Sil, además del “tren” turístico Aba Sacra, que sigue por carretera y en paralelo parte del desfiladero de ese río.
Dónde alojarse cerca de la Ribeira Sacra
Una de las mejores opciones de alojamiento en la provincia es el Hotel Barceló Ourense, situado en la capital y, por tanto, a unos 20 minutos por carretera de los primeros pueblos de la Ribeira Sacra. Enfocado a viajeros de negocios, por su céntrica situación también resulta ideal para personas que visitan Ourense por vacaciones. Todas sus habitaciones (44 dobles) han sido decoradas y equipadas con el moderno y funcional concepto B-Room y son las más amplias de la ciudad. Este hotel también pone a disposición de sus clientes una zona de fitness con sauna y la posibilidad de tomar un aperitivo o una copa en su lobby-bar, con una amplia selección de bebidas y snacks.