Riaño vive entre el agua y la superficie, entre el pasado y el presente. La mitad de su parte antigua, junto con otros siete pueblos completos, está ahora mismo debajo del pantano que se inauguró en 1987 y que obligó al nuevo Riaño a mirar hacia el cielo y realojarse en el valle de Valcayo. La que entonces llamaban la pequeña Suiza, por sus montañas y zonas de pesca y caza, se ha transformado en lugar turístico de quienes buscan disfrutar de los paisajes, de las rutas naturales y de la buena comida al estar dentro del Parque Regional de los Picos de Europa.

La historia de Riaño

Hay testimonios muy antiguos que hablan de un asentamiento entre las cuencas de dos ríos: el Esla y el Yuso. El paraje natural era un lugar muy apropiado para la industria ganadera y Riaño se convirtió en un polo de atracción para el resto de la comarca. Sin embargo, la construcción del embalse en 1987 lo cambió todo. Sus vecinos fueron desalojados de sus casas y llevados a la zona del valle, lo que se llamó Nuevo Riaño, y se trasladaron, piedra a piedra, los edificios más singulares de los nueve pueblos afectados.

La construcción de esta presa supuso una gran movilización popular pero la decisión del gobierno de hundir los pueblos fue inamovible.

El embalse de Riaño

El embalse de Riaño es el más grande construido en la cuenca del Duero. Tiene unos 100 kilómetros de costa. Su construcción provocó el hundimiento de 9 pueblos y el realojo de las familias en el Nuevo Riaño. Se puso en marcha el 31 de diciembre de 1987, justo el último día en el que la Unión Europea permitía este tipo de construcciones.

Ahora mismo se ha convertido en un lugar para hacer turismo náutico. Es posible dar un paseo en barco de más de una hora que permite observar el paisaje de estas increíbles montañas desde dentro del agua.

El Paseo del Recuerdo

Es un paseo empedrado de casi un kilómetro que trata de recordar los nueve pueblos afectados por la construcción de la presa. Cada 100 metros, un panel informa de las características de cada una de estas localidades y de sus costumbres. Lo mejor de este paseo son las vistas tanto del embalse como de las montañas que lo rodean. Al final, en el embarcadero, se puede tener una buena perspectiva de Riaño.

El banco más bonito de León

A las afueras de la ciudad, junto a la Ermita de Nuestra Señora del Rosario, justo al final del Paseo del Recuerdo, está lo que se ha llamado oficialmente “el banco más bonito de León”. Las vistas desde este punto son impresionantes pues mezcla la inmensidad del embalse de Riaño con el verdor de los picos Gilbo, Yordas y Las Pintas.

Su construcción se debe a una iniciativa turística para poner de relieve el patrimonio natural de la zona.

La ermita de Nuestra Señora del Rosario

Esta iglesia del siglo XIII fue uno de los monumentos trasladados piedra a piedra desde el municipio de La Puerta, su lugar original, hasta Riaño. Es un ejemplo del románico leonés que se salvó de la destrucción gracias al descubrimiento de unas pinturas medievales de estilo gótico que estaban tapadas por la cal de las paredes. Entre las imágenes hay un san Antón y otros ejemplos de frescos góticos y renacentistas.

Junto a esta ermita está uno de los dos hórreos asturleoneses que se salvaron del pantano. Se calcula que había unos 80 en estos valles.

Los miradores

La zona está llena de miradores que ofrecen unas vistas espectaculares sobre el embalse y los Picos de Europa. Los más populares son el Piedrashitas, el de Alto Valcayo, el de las Hazas y el del Collado de Llesba.

El mejor momento es, sin duda, al atardecer puesto que el paisaje con la puesta del sol se envuelve en una paleta de ocres que da un tono muy especial al paraje. Casi todos los miradores están bien indicados para poder llegar.

La Ermita de Quintanilla

Esta ermita del siglo XVII es el lugar donde se guarda a la Virgen de la Quintanilla, una bonita talla del siglo XII y la patrona de Riaño, y donde se realiza cada mes de agosto una gran romería junto con las fiestas patronales del pueblo. Está ubicada en la otra orilla del embalse y, en su caso, no fue necesario cambiarla de sitio para salvarla de las aguas aunque sí se elevó unos metros. El enclave es espectacular y es que cuenta una leyenda que la virgen se le apareció a un pastor para pedirle que le levantaran una ermita justo en esos prados. A cambio, la Señora intercedería por los riañeses y los protegería.

El Columpio más grande de España

En abril de 2021 el Ayuntamiento de Riaño inauguró otro de los atractivos turísticos que pretende poner en valor su gran paisaje: el columpio más grande de España. Situado en el Mirador de las Hazas, permite observar parte del Parque de los Picos de Europa y el embalse. Tiene más de 8 metros de altura y está ubicado a más de 1.200 metros de altitud. Las fotos desde ahí son únicas.

Dónde comer en Riaño

Algunos de los restaurantes en Riaño cuentan con unas vistas espectaculares al embalse, lo que da un plus a la hora de elegirlos. En general, el municipio es famoso por el disfrute gastronómico que ofrece sobre todo con los platos de carne, cecina y el famoso cocido leonés. Entre los locales donde se puede hacer una parada está El Mesón o la Parrilla del Molino.

Qué ver en los alrededores

Cerca de Riaño está Lois y su famosa Catedral de la Montaña, como se la conoce. Es un pueblo pequeñito, en la cuenca del río Dueñas, que cuenta con un templo de enormes dimensiones y riqueza gracias a tres obispos oriundos de allí.

Pero si queremos seguir disfrutando de la naturaleza, el Valle de Sajambre, en la parte leonesa de los Picos de Europa, ofrece rutas de senderismo con unas vistas impresionantes. Lo mismo ocurre con el Valle de Valdeón, donde se puede realizar la famosa ruta del Cares.

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Ruta del Cares

Dónde alojarse en León provincia

Si queremos quedarnos a dormir en Riaño hay varios hostales y hoteles en la zona para pasar la noche, pero si optamos por volver a León, lo mejor es hospedarse en el corazón de la ciudad. El Barceló León Conde Luna, de cuatro estrellas, está situado en el centro de la urbe, a cinco minutos a pie de la catedral y puede ser el mejor lugar para seguir viviendo la experiencia leonesa. Además de su espectacular desayuno, cuenta con dos de los mejores restaurantes de la ciudad: el Nimú Azotea, ubicado en la décima planta del hotel, y Casa Mando.

Otra de las opciones muy recomendadas es el Occidental León Alfonso V, de cuatro estrellas y situado en pleno centro también. Este bonito edificio cuenta con una arquitectura sorprendente gracias a su impresionante cúpula interior que se alza desde la recepción hasta la octava planta. Se trata de 62 habitaciones muy cómodas y bien equipadas que se complementan con un gran desayuno.