La Catedral de la Virgen de Regla en León es lo que los expertos llaman un ejemplo de la desmaterialización del arte gótico. Es decir, muros muy pequeños y vanos gigantes donde se insertan las mejores vidrieras de arte medieval del mundo.

Es imposible estar cerca y no sentirse atraído por su majestuosidad y su porte. Quizá por eso, se la conoce como la Pulchra leonina, es decir, la “bella leonesa”. Es la más importante en su género, el gótico, aunque no la primera que se construyó, que fue en Ávila. Sin embargo, sus semejanzas con las catedrales francesas la hacen única.

 

 

  1. Historia de la Catedral de León
  2. Arquitectura de la Catedral de León
  3. Visita a la Catedral. Información de interés
  4. La leyenda del Topo
  5. Dónde alojarse en León

Historia de la Catedral de León

En los terrenos que hoy ocupa esta impresionante catedral había unas termas romanas que el rey Ordoño II de León ordenó transformar en un palacio. Sin embargo, en el 916, y tras una gran victoria frente a los árabes, este caballero cristiano mandó levantar una catedral, la llamada primera catedral, en agradecimiento a Dios por el desenlace de la batalla.

Siguiendo las tradiciones, el rey Ordoño se hizo enterrar en el interior de la catedral donde en su epitafio el propio pueblo leonés le da las gracias por su generosidad.

Sin embargo, un siglo después su estado era lamentable y Fernando I decidió no sólo restaurarla sino trasladar a su interior los restos de San Isidoro.

Este rey y su hermana, doña Urraca, decidieron ampliar el templo para levantar una esbelta catedral gótica que fue consagrada el 10 de noviembre de 1073.

No sería el edificio definitivo, casi 200 años después Alfonso X encargó al maestro Enrique, venido desde Francia, la construcción de la tercera catedral, ya de estilo gótico. El arquitecto se inspiró en sus trabajo en la Catedral de Reims, con la que León tiene muchas similitudes, y que ha acabado convirtiendo a este monumento en casi único a este lado de los Pirineos.

Al estar sobre las ruinas romanas de las termas, la cimentación no es lo robusta que se exige para este gran edificio y la catedral ha sufrido varias rehabilitaciones a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo, se considera que supera incluso a las catedrales francesas en la técnica de desmaterialización, con muros pequeños llenos de vanos gigantes donde se insertan sus famosas vidrieras.

Arquitectura de la Catedral de León

El exterior

Su puerta principal recuerda la entrada de la Catedral de Reims, gótico francés, con su triple pórtico ojival. Encima de esta entrada, su famoso rosetón con vidrieras del siglo XIII, flanqueado por dos torres que tienen diferente altura y diferente diseño, algo que era típico del gótico, un arte que se adaptaba a las circunstancias de cada momento. Es muy curioso ver que están adosadas a los laterales y nacen de ellos por lo que se puede ver, como un detalle muy curioso, los arbotantes que sujetan la estructura.

La portada principal, llamada del Juicio Final, es la que cuenta con la presencia de la Virgen Blanca y de un Santiago, que se reconoce por la concha que porta pero que está muy desgastado, según cuenta la leyenda, por el roce de los peregrinos.

En la fachada norte, junto al rosetón, se encuentra la conocida como silla de la reina, una pequeña torre que se construyó para recoger el peso de los arbotantes y mantener la catedral en pie.

Por su parte, en la fachada sur destacan algunas de sus portadas, sobre todo la Puerta de la Muerte, que se llama así por la figura de un esqueleto con alas que está ubicado en el interior de una de las ménsulas.

Exterior Catedral de León
Exterior Catedral de León

El interior

Del impresionante interior de tres cuerpos de la Catedral de León destacan dos cosas principalmente: las capillas y sus impresionantes vidrieras y rosetones, conservadas las originales en su mayoría.

Las vidrieras guardan un fuerte significado simbólico tanto en su disposición como en el juego de luces de colores que forman y es muy recomendable visitarlas siguiendo un recorrido específico.

Si tenemos un poquito de paciencia, podremos dar con dos de las vidrieras más curiosas: la de la Cacería, que según explican se trajo del palacio de Alfonso X, el rey que construyó la catedral, y la de Simón el Mago, un maestro profano del que se cuentan muchas leyendas.

Entre las capillas hay varias que merece la pena detenerse en ellas, como por ejemplo la de Santa Lucía o la de San Juan de Regla y su retablo churrigueresco. A esta última se la conoce como «la parroquia de la Catedral» y las inscripciones a los lados demuestran que estaba ya abierta en 1274.

En el templo se guarda un sepulcro que contenía las cenizas de San Alvito, que murió en Sevilla cuando iba a recoger las reliquias de Santa Justa y Rufina. Sin embargo, lo que llegó con el cuerpo de este obispo fueron los restos de San Isidoro de Sevilla que se conservan en la Catedral de León.

Visita a la Catedral. Información de interés

La Catedral de León no está apenas iluminada con luz artificial, le bastan sus impresionantes vidrieras. Por eso hay que saber elegir bien en qué momento del día, y hasta del año, hay que visitarla para poder sacar todo su esplendor tanto al espacio como a los monumentos y cuadros que la visten.

De hecho, los maestros góticos ya conocían este truco de luces y sombras y aprovecharon la orientación de los muros para resaltar aún más la iconografía de las vidrieras y su mensaje celestial como Paraíso en la Tierra.

Así cuando sale el sol, es el rosetón del Árbol de Jesé el que se ilumina para acabar, al atardecer, cediendo todo el protagonismo a la Virgen con el niño y los Doce Apóstoles. Pura genealogía de Cristo. Al norte están los personajes del Antiguo Testamento, que no conocieron a Jesús, con una tonalidad más azulada. Al sur, los del Nuevo, que brillan en tonos más cálidos.

Durante la visita también se puede disfrutar del Claustro y el Museo Catedralicio, donde se guarda el tesoro de una catedral que fue clave durante el Camino de Santiago. Pero antes de seguir hay que detenerse en uno de los rincones más increíbles de todo León: la portada de la Virgen del Dado.

Sobre ella cuenta la leyenda que un soldado se jugó a hasta su madre en una partida y que, dándose cuenta de lo que había hecho, su madre espiritual, María, intercedió por él. Esta obra de arte aún guarda la policromía del siglo XVI.

La leyenda del Topo

La catedral está cimentada sobre unas termas romanas que han dejado mucha humedad y poco espacio para los pilares, por lo que el edificio ya empezó a tener problemas de asentamiento en el siglo XV. Por eso, no es de extrañar que los hombres de la época buscaran una explicación sobrehumana a sus problemas y encontraron a un culpable de estos hundimientos: un topo maligno.

Cuenta la leyenda que los obreros culpaban a este topo infernal de deshacer por la noche lo que ellos levantaban por el día y que un día, hartos de todo, le dieron caza con una trampa.

Desde entonces, su pellejo cuelga de la puerta de San Juan, a modo de quilla, colgado en lo más alto como prueba de la valentía de los obreros.

Lo único que se sabe en realidad es que lo que hay colocado encima de la puerta de San Juan no es un roedor sino el caparazón de una tortuga laúd, según se pudo comprobar en 1990.

Tampoco se sabe mucho de cómo llegó la tortuga a las alturas del templo pero la teoría más verosímil es que fuera la ofrenda de algún caballero o burgués de León con mucho poder.

Dónde alojarse en León

León es una ciudad con una oferta muy amplia y variada de lugares donde pasar la noche, pero el centro histórico sigue siendo la zona favorita para quienes quieran sumergirse en la magia de sus callejuelas. El Barceló León Conde Luna, de cuatro estrellas, es una opción perfecta porque está situado apenas a 300 metros del Palacio de los Guzmanes y a cinco minutos a pie de la Catedral.

Además, acoge a dos de los restaurantes más emblemáticos de León: el Nimú Azotea, ubicado en la décima planta del hotel, y el Casa Mando.

Igual de cerca se encuentra el Occidental León Alfonso V, también de cuatro estrellas, y ubicado a menos de 200 metros del palacio. La arquitectura de este edificio es sorprendente gracias a la impresionante cúpula interior que se alza desde la recepción hasta la octava planta del complejo hotelero.