Los Jardines de Murillo son uno de los mejores ejemplos de parque regionalista de Sevilla. Situados sobre unos terrenos que hasta el siglo XIX formaron parte del Real Alcázar, su exuberancia botánica y sus muchas piezas de cerámica sevillana los convierten en una parada ideal antes de adentrarse en el Barrio de Santa Cruz.
En este artículo te contamos algunos detalles sobre la historia de los Jardines de Murillo y sus lugares más atractivos, y te damos algunas ideas de qué hacer en los alrededores.
- Historia de los Jardines de Murillo
- Qué puedes ver en los Jardines de Murillo
- Paseo de Catalina de Ribera
- Qué ver en los alrededores
- Hoteles para alojarse en Sevilla
Historia de los Jardines de Murillo
Los Jardines de Murillo formaban parte de los Reales Alcázares de Sevilla. Por aquel entonces, a estos terrenos se los conocía como la Huerta del Retiro. En 1862, las parcelas se donaron a la ciudad para acometer la ampliación de la Feria, que por entonces se celebraba en el cercano Prado de San Sebastián, su localización original antes de mudarse al barrio de Los Remedios.
Inicialmente conocidos como Jardines del Retiro, no fue hasta 1915, cuando la ciudad se preparaba para la Exposición Iberoamericana de 1929, que tomaron la forma que conocemos hoy. Su diseño, que se ha conservado hasta nuestros días en buena medida, fue obra del arquitecto sevillano Juan Talavera, que les imprimió el estilo regionalista que podemos encontrar en todas las construcciones de la primera gran exposición internacional que acogió Sevilla.
Tres años después, en 1918, el director del periódico El Liberal, José Laguillo, solicitó que se les cambiara el nombre en honor del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, enterrado en una iglesia cercana por aquella época.
Qué puedes ver en los Jardines de Murillo
La Plaza del Alfaro es una de las más señeras de los Jardines de Murillo. A ella se accede a través del callejón del Agua, que limita el Barrio de Santa Cruz. En esta plaza se encuentra el famoso Balcón de Rosina, que se cita en la ópera del Burlador de Sevilla.
Entre este acceso y el de la Plaza de Santa Cruz (los dos únicos a los Jardines desde el Casco Histórico), se pueden observar los restos de las Murallas del Alcázar, donde aún se yerguen dos torreones.
Lo más característico de los Jardines de Murillo, sin embargo, son las fuentes y bancos que decoran las cinco glorietas en las que se distribuyen, decoradas con cerámicas de estilo sevillano de principios del siglo XX.
Paseo de Catalina de Ribera
El Paseo de Catalina de Ribera es un paseo arbolado que transcurre en paralelo al muro de los Jardines del Alcázar. Recorre de manera longitudinal los jardines homónimos, en honor a una noble andaluza del siglo XVI; y los Jardines de Murillo, justo al norte.
Al igual que con estos últimos, su origen está en la cesión de terrenos del año 1862. Por aquel entonces se conocía como el Paseo de los Lutos. A finales del siglo XIX se llevó a cabo un proyecto inicial de acondicionamiento. En 1920, con vistas a la Exposición Iberoamericana de Sevilla, el mismo Juan Talavera acometió su trazado actual.
El Paseo de Catalina de Ribera cuenta con un eje central y dos secundarios. En medio se encuentra el punto más significativo de la zona: el Monumento a Colón. Construido por suscripción popular a iniciativa del mismo José Laguillo, consta de dos columnas de 23 metros rematadas con la figura de un león con un orbe. Entre ambas, hay dos proas de carabelas.
Qué ver en los alrededores
Los Jardines de Murillo se encuentran en una de las zonas más monumentales de Sevilla. A una distancia de apenas diez minutos caminando, podemos encontrar algunos de los lugares más icónicos de la capital andaluza.
Adyacentes a los Jardines se encuentra el Barrio de Santa Cruz, la antigua judería de Sevilla y su barrio tradicional más señero. Perderse por las callejuelas, deteniéndose en sus plazas llenas de naranjos, es una de las experiencias más típicamente sevillanas.
El Real Alcázar está justo al lado de los Jardines de Murillo: como hemos señalado, estos jardines formaron, en su época, parte de este conjunto monumental. Al otro lado del Alcázar, en torno a la Plaza del Triunfo, encontramos otros dos de los principales símbolos de Sevilla: el Archivo de Indias y la Catedral, coronada por la Giralda.
Si desde los Jardines caminamos en la dirección opuesta, hacia el sur, llegamos al Parque de María Luisa y la Plaza de España, la joya de la corona de la Exposición Iberoamericana de 1929.
Hoteles para alojarse en Sevilla
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