Muchos hablan de El Acebuchal como el pueblo fantasma o la aldea perdida de Málaga por su historia más reciente, pero estas preciosas casas situadas en un valle entre dos montañas, donde no siempre hay cobertura, se han convertido en los últimos años en un lugar muy deseado por quienes llegan para encontrar descanso, buena comida y mucha luz.
Los años de la posguerra supusieron el final de la vida en este municipio cuando todos sus vecinos, y los de Frigiliana, a cinco kilómetros de El Acebuchal, fueron obligados a abandonar sus casas para evitar que prestasen ayuda a la guerrilla de los maquis.
Décadas después, los descendientes de uno de esos vecinos se empeñaron en volver a resucitar el pueblo con lo que quedaba, piedras y ruinas, para acabar creando un paraíso rural con un hotel restaurante donde descubrir la verdadera conexión con la naturaleza. Eso sí, no olvides llevar dinero en efectivo: allí no se puede pagar ni con tarjeta.
- Contexto e historia de la aldea
- Por qué visitar el Acebuchal. Qué hacer
- Dónde comer en la zona
- Qué ver en los alrededores
- Dónde alojarse para visitar la provincia de Málaga
Contexto e historia de la aldea
El Acebuchal está situado en un valle situado en mitad del parque nacional que conforman las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, por lo que llegar hasta allí no es una tarea sencilla. Pero el final del camino es increíble. Siempre fue un pueblo acogedor, ubicado en mitad de la ruta de arrieros que iban y venían desde Granada a Málaga por lo que era muy conocido entre los comerciantes que lo utilizaban de lugar para hacer un descanso.
Fue la Guerra Civil y la posguerra las que acabaron cambiando para siempre el destino de los vecinos y de El Acebuchal. Declarados simpatizantes de la República durante los años de lucha, las fuerzas franquistas en 1948 obligaron a todos sus habitantes, unos 200 en esa época, a abandonar sus casas por miedo a que facilitaran refugio y comida a los guerrilleros o maquis que se escondían en las montañas.
El triste exilio supuso el abandono total de la aldea: casas derruidas, patios sin arreglar y plantas por todos lados. Hasta que llegó el milagro, casi 50 años después, de la mano de Antonio ‘El Zumbo’, de la familia García Sánchez, que se empeñó en ir recuperando su pueblo poco a poco, casa a casa, refugio a refugio. Otros vecinos se unieron a una misión que en aquellos años se antojaba imposible y más teniendo en cuenta que hasta el año 2003 ninguna de las viviendas tenía agua o luz.
El resultado de años de mimo es uno de los reclamos turísticos rurales más importantes de la zona, ideal para quienes buscan disfrutar de la naturaleza, de la paz y la tranquilidad muy cerca de la agitada Málaga.
La calma se rompe, eso sí, el primer sábado después de San Juan cuando se celebra la fiesta de su patrona, la Inmaculada Concepción.
Por qué visitar El Acebuchal. Qué hacer
La mayor riqueza de El Acebuchal es la pureza de un entorno que estuvo deshabitado durante casi medio siglo. El valle está rodeado de cumbres no muy grandes, sierras que cuentan con increíbles caminos para los aficionados al senderismo. De hecho, una de ellas llega hasta cerca del Cerro Lucero, a 1720 metros de altura, con unas fantásticas vistas.
Además, estar dentro de un parque natural permite a esa aldea casi fantasma contar con una fauna muy variada tanto en el cielo -con águilas, buitres y aguiluchos- como en la tierra, donde habitan zorros, jabalíes, tejones, ardillas y la reina de la sierra, la cabra montesa.
También es de admirar la variada flora con especies de pino, enebros, majuelos, tomillo, retama, sabinas, romero y hasta orquídeas.
Alrededor del pueblo aún se pueden visitar antiguas ventas hoy abandonadas en las que los comerciantes y arrieros se quedaban en su camino hacia Granada.
Dónde comer en la zona
El mejor sitio para comer en El Acebuchal es en el restaurante que montaron los hijos de Antonio ‘El Zumbo’ en el hotel rural de la aldea. Es un lugar muy reclamado para quienes quieren degustar platos de caza, lo que da la sierra, como el jabalí, la perdiz o el gamo, la estrella de estas cocinas.
Siguiendo con la tradición carnívora, también hay rabo de toro y choto, que se combina con ensaladas riquísimas, sopas y una oferta vegetariana muy amplia. Lo mejor del lugar, la carta de postres, todos caseros.
Qué ver en los alrededores
Una vez en El Acebuchal podemos optar por hacer rutas de senderismo donde descubrir rincones increíbles o visitar otros pueblos de alrededor donde seguir haciendo turismo.
Si optamos por caminar, una de las sendas más llamativas es la de la Fábrica de la Luz, un lugar especial para comer en el césped y darse un bañito en alguna de las pozas con las que nos encontraremos. Es un camino transitable de unos cuatro kilómetros que acaba en una antigua instalación eléctrica donde el agua es limpia y potable.
Si apostamos por algo más urbano hay que visitar Frigiliana, uno de los pueblos más bonitos de la provincia que está a sólo cinco kilómetros. Esta localidad es conocida por ser un pueblo acogedor donde durante siglos convivieron ejemplarmente las tres culturas (cristiana, judía y musulmana). Las huellas de esta riqueza cultural aún siguen siendo visibles en las empinadas calles llenas de casas blancas.
Ya montados en el coche, podemos llegar hasta Nerja, que está a solo 12 kilómetros, y disfrutar tanto del mar como de sus famosas cuevas. Y más allá, Málaga capital, a sólo 50 kilómetros.
Dónde alojarse para visitar la provincia de Málaga
Las opciones de alojamiento en Málaga son múltiples y variadas. Si queremos quedarnos cerca del mar, el Occidental Torremolinos Playa está en primera línea en Los Álamos, junto al paseo marítimo. Sus 508 habitaciones son una de las mejores opciones para familias. Además cuenta con restaurantes a la carta y tipo buffet y un Pool Bar en una de las 2 piscinas del hotel. Para los más pequeños hay una piscina con diversión especial para su edad.
Otra opción buenísima es el Barceló Marbella, de estilo colonial, situado en Guadalmina, una de las mejores y más exclusivas urbanizaciones de Marbella. Sus amplias habitaciones y los excelentes servicios del hotel son una garantía para quienes quieren relajarse y disfrutar con amigos o en familia. Además, dispone de un centro de bienestar con gimnasio, sauna, baño turco y gran solárium con camas balinesas.