Alrededores de Fez
Fez es la ciudad más importante de la región de Fez-Meknés (Mequinenza), una de las 12 en que se divide Marruecos. En total en este área habitan más de cuatro millones de personas y se calcula que solo en Fez viven más de 1.200.000. Se trata de una región muy rica desde el punto de vista de la naturaleza, pero también atendiendo a razones históricas y monumentales.
Desde luego, esto se percibe perfectamente en Meknés, situada a unos 60 kilómetros de Fez y a la que se puede llegar tanto en coche como en tren. Se trata de una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos y su medina es una de las más auténticas del país. En ella hay que visitar tanto las murallas como la historiada Puerta de Al-Mansour, junto a la animada plaza el-Hedim. También la madrasa de Bou Inania (como la de Fez) y, extramuros, el impresionante mausoleo del Muley Ismail.
A una distancia similar, hacia el Norte, está la localidad de Ifrán (Ifrane), conocida por muchos como la Pequeña Suiza de Marruecos. Situada en las montañas del Atlas Medio, su fisonomía es alpina, sí, pero en realidad quienes la fundaron fueron las autoridades francesas durante el periodo del Protectorado. Lo hicieron así para disfrute de ellas mismas y de los principales mandos militares, que buscaban aquí un lugar de descanso y respiro frente a los tórridos veranos del resto de Marruecos.
Muy cerca de esta localidad está el impresionante bosque de cedros de Azrou (a unos 80 kilómetros de Fez), habitados por una nutrida colonia de macacos salvajes, aunque muy acostumbrados a la presencia humana. Algunos de los árboles de este bosque alcanzan los 40 metros de altura.
Y no muy lejos, en el interior de un cráter volcánico y a unos 2.000 metros de altitud, está uno de las pocos centros para deportes de invierno de Marruecos. Se trata de la estación de Mischliffen (o Michlifen), que tiene cinco pistas de esquí con diferentes longitudes y grados de dificultad.
A quien le guste el arte y bucear en la historia tiene una cita ineludible con el complejo arqueológico de Volubilis. Se encuentra a unos 80 kilómetros al Este de Fez (sobre una hora y media en coche) y se trata de uno de los más valiosos yacimientos del periodo romano en Marruecos. Una ciudad fundada en el siglo III antes de nuestra era y que alcanzó su máximo esplendor en el siglo I, durante el periodo del emperador Augusto.
Aquí no debes perderte un paseo por el foro y admirar la belleza y armonía del Arco de Triunfo, de los antiguos baños romanos, del Templo de Júpiter, así como los detallados mosaicos de las residencias privadas.
Por último, y a apenas 4 kilómetros de este sitio arqueológico está la ciudad sagrada de Mulay Idrís, nieto de Mahoma y al que la tradición musulmana considera como el fundador de Marruecos. Se trata de un pueblo blanco aupado sobre una colina (las analogías con las localidades del Sur de Andalucía son más que evidentes), en el que destaca el santuario y zauia de Idrís I, levantado en el siglo XVIII y muy restaurado durante el XX por el abuelo y el padre del actual rey marroquí (Mohamed V y Hassan II). Aunque no se permite la entrada a los no musulmanes, su minarete, de forma cilíndrica y recubierto de azulejos verdes con inscripciones islámicas, resulta francamente llamativo.