Además de ser una de las más antiguas iglesias de Barcelona, la de Santa Anna forma parte del conjunto del Monasterio del mismo nombre y es un refugio para los grandes desheredados de la ciudad, un ejemplo de “hospital de campaña” para quien lo necesite. Todos los días en este viejo monasterio de los Canónigos Regulares del Santo Sepulcro, cuya historia se remonta nada menos que al siglo XII, se sirven más de 300 comidas y se gestionan servicios médicos, de salud mental y pisos de acogida para las personas más necesitadas del centro de Barcelona. Y eso gracias a 300 voluntarios, la mayoría jubilados comprometidos, que contribuyen a la acción social de esta iglesia. “Somos los bomberos de lo social”, dice su párroco, Peio Sánchez.
Pero la iglesia de Santa Anna es también una auténtica joya del románico, con un bellísimo claustro y una muy bien conservada sala capitular. Situado en el Barrio Gótico de Barcelona y muy cerca de la plaza de Cataluña, exactamente en el número 29 de la calle de Santa Anna, este templo fue declarado monumento nacional en el año 1881.
Contexto histórico y situación
Hay que remontarse hasta 1141 para conocer el origen de la iglesia de Santa Anna. Aquel año la Orden Canónigos Regulares del Santo Sepulcro envió a unos monjes para establecerse en Barcelona y cuatro años más tarde ya dejaron constancia del primer prior (Bernat) que iba a encargarse del nuevo monasterio barcelonés y que antes fue canónigo de la catedral de Barcelona. Se sabe que el arquitecto Ramón Amadeu construyó una pequeña iglesia en su ubicación actual en 1177 y que, mucho después, el monasterio acogió las Cortes de Barcelona de 1493 convocadas por el rey Fernando II de Aragón. En el siglo XVI se convirtió en una colegiata secular y la parroquia de Santa Ana propiamente dicha se creó en 1822.
Lo cierto es que la construcción del templo comenzó a mediados del siglo XII, durante el periodo románico, y continuó durante los tres siglos siguientes, ya en estilo gótico catalán. Hoy en día se conserva la estructura románica original y la portada gótica es del año 1300. En el siglo XV se construyó el cimborrio, que tuvo que ser reconstruido tras la Guerra Civil y desde el claustro se accede a a Sala Capitular por una puerta románica. Su patrimonio, conseguido mediante limosnas y donativos, también incluía propiedades en Barcelona, Palafrugell y Montrás.
Visitar el claustro y el interior
Camuflado entre edificios de diseño moderno, el Claustro de Santa Anna, de principios del siglo XV, es de una belleza espectacular. Además, su estructura y sus arcos de estilo gótico generan un oasis de paz y misticismo para todos aquéllos que se acercan a este silencioso espacio ajardinado que, nadie lo diría, está a un paso de la bulliciosa plaza de Cataluña. La entrada al claustro es directa y no es necesario pasar antes por la iglesia. A menudo, es escenario de conciertos de música clásica y de comidas solidarias para personas sin hogar.
Merece la pena visitar el interior de la iglesia y detenerse en la Capella dels Perdons, del siglo XV, y en la Capilla de Todos los Santos, del siglo XII, y descubrir las modernas pinturas de Pere Pruna y de Ignasi Serra i Goday. Destaca también el sepulcro tallado en piedra del noble Miquel de Boera, datado en 1538.
En el año 2019 se colocó frente a la iglesia la escultura “Jesus Homeless” (Jesús sin techo), del escultor canadiense Timothy Schmalz, réplica del original elaborado en 2013 y situado en Toronto. La obra representa a Jesús envuelto en una manta y con los pies descalzos tumbado en un banco.
Información para la visita
El horario de visita de la iglesia de Santa Anna (no confundir con la Escola Santa Anna de Barcelona) es, de lunes a viernes, de 11 a 14 y de 16 a 19 horas. Los sábados, domingos y festivos, el horario es de 11 a 14 horas. La entrada general cuesta 2 euros, pero la iglesia está abierta a todo el mundo durante los actos litúrgicos.