Suele decirse de Tenerife que en ella hay un poco de todas las islas canarias. La variedad de paisajes y de climas caracterizan este fascinante territorio atlántico. El Teide, con sus 3.718 metros de altura, es como un gigante natural que lo domina todo. El célebre volcán es el corazón de esta isla llena de contrastes. En los meses de invierno sus contornos nevados sorprenden a los bañistas que disfrutan del mar.
La belleza natural de Tenerife impresiona al viajero, al igual que la del resto de islas Canarias, como Gran Canaria, Lanzarote o Fuerteventura. La exuberante vegetación convive con la aridez. Playas de rocas volcánicas, arena negra y fuerte oleaje, se combinan con otras de perfil más manso y tonalidad dorada. Y está también el encanto de sus pueblos. Núcleos urbanos tan destacados como Santa Cruz de Tenerife, Puerto de la Cruz o San Cristóbal de la Laguna ofrecen una interesante oferta de ocio y cultura. Todo aquí, en la isla más extensa y poblada del archipiélago canario, en tu visita invita al descubrimiento y al disfrute gracias a la gran variedad de actividades que ofrece.
- Lugares que tienes que visitar en Tenerife
- Municipios más bonitos de Tenerife
- Santa Cruz de Tenerife, la capital de los paseos
- Puerto de la Cruz, la ciudad turística del Norte
- San Cristóbal de La Laguna, ciudad universitaria
- Los Cristianos, un destino popular
- La Orotava, la ciudad de los balcones
- Adeje y Costa Adeje, gran despliegue de atractivos
- Icod de los Vinos, a la sombra del Drago milenario
- Los mejores lugares para darse un baño en Tenerife
- Dónde dormir en Tenerife
1. LUGARES QUE TIENES QUE VISITAR EN TENERIFE
Parque Nacional del Teide
Cuando el poeta francés André Breton subió al pico del Teide en 1935 no dudó en calificar a Tenerife como “la isla surrealista”. Las formas caprichosas diseñadas por la lava, fascinaron al padre del surrealismo. Interiorizó y se enamoró de la dimensión mística del lugar, de las especies vegetales autóctonas, del mar de nubes al bajar de Las Cañadas… Es difícil no sentir efectos similares ante una geografía tan extrema y sugerente.
Con sus 3.718 metros de altura, el Teide es el techo de España y la tercera estructura volcánica más grande del mundo. Su presencia solemne se impone en toda la isla. Y en días claros se hace visible desde otros puntos del archipiélago. Los lugareños siempre sienten la alegría de volver a verlo cuando han permanecido un tiempo fuera. Los viajeros fijan su imagen en la memoria. Es uno de esos rincones del mundo donde parece posible percibir la anhelada armonía con la naturaleza.
La belleza de Tenerife se percibe en toda su plenitud cuando se accede al Parque Natural del Teide. Fue declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 2007. El elevado pico se asienta sobre la antigua caldera de Las Cañadas. Hablamos de casi 19.000 hectáreas donde destacan otras formaciones volcánicas como Montaña Blanca y el Pico Viejo (o Chahorra). En estos parajes sublimes y salvajes todo resulta sorprendente. Las distintas tonalidades y siluetas de la lava ya son todo un espectáculo. Los amantes de la botánica pueden disfrutar de especies vegetales tan singulares como el tajinaste rojo, con su esbelta espiga floral. Y también el cedro, el pino y el sauce canarios. Los devotos de los caminos tienen a su disposición una variada red de senderos. La subida en el teleférico (desde la base del volcán, situada a 2.356 metros, hasta La Rambleta, a 3.555 metros de altitud) es una experiencia única. Se puede seguir ascendiendo hasta el pico si se obtiene un permiso especial del parque. Pero la experiencia es dura, por lo que es recomendable sólo para los excursionistas más preparados.
El Barranco del Infierno, un impresionante recorrido
El Barranco del Infierno impresiona. Es un hermoso paisaje de gran interés geológico en el municipio de Adeje. Casi el 50% de su territorio está integrado por espacios naturales protegidos. Entre estos destaca la Reserva Natural Especial del Barranco del Infierno. En ella el caminante puede realizar un recorrido que atraviesa profundas gargantas, cascadas y cuevas donde habitaron los guanches. En aproximadamente 6,5 kilómetros (trayecto de ida y vuelta), se pueden apreciar diferentes tipos de fauna y flora, disfrutar de miradores que cortan la respiración y admirar el espectacular Caidero (caída de agua), una gran cascada de más de 200 metros formada por las aguas del naciente Roque Abinque.
El Drago Milenario
Una de las visitas más curiosas en Tenerife es a un árbol muy característico de las islas: el drago. En esta ocasión no es un drago cualquiera sino que tiene al menos 800 años, se cree que es el más longevo del mundo. Se encuentra situado en la población de Icod de los Vinos, mide 18 metros de altura y su tronco tiene un perímetro de 20 metros. Se puede ver en la plaza de la Constitución o entrar para admirarlo mejor en el parque del Drago Milenario, donde además se disfruta de otras especies autóctonas en sus senderos.
Cueva del Viento
La Cueva del Viento, también situada en Icod de los Vinos, es una de las cuevas volcánicas más impresionantes de Tenerife. Además, con 18 kilómetros de extensión, se ha convertido en una de las más largas del planeta. Inicialmente, cuando se descubrió en 1969, sólo se podía acceder a 6 kilómetros. Sin embargo, con el paso del tiempo y sucesivas exploraciones se ha llegado a conocer todo el recorrido.
En su interior se observan distintos fenómenos geomorfológicos y fósiles. Se puede visitar con guía, y tiene una dificultad media, aunque no está recomendada para niños menores de cinco años o personas con problemas de movilidad.
Los Gigantes, una visión espectacular
Los acantilados de los Gigantes resultan espectaculares. Ubicados en la costa oeste de Tenerife, están repartidos administrativamente entre los municipios de Buenavista del Norte (en su mayor parte) y Santiago del Teide, dentro del Parque Rural de Teno. Estas paredes verticales rocosas, que alcanzan en algunos puntos los 600 metros de altura, se alzan imponentes sobre el mar.
Admirarlos es relativamente sencillo, ya que hay multitud de alternativas para contemplar la majestuosidad de los acantilados desde el mar (donde se introducen a casi 30 metros de profundidad) o desde tierra firme, aunque el acceso a la zona, propiamente dicha, es limitado por lo inexpugnable de la formación. Una excursión en barco es la mejor manera de admirar esta muralla basáltica de origen volcánico.
Otra opción es trasladarse hasta el mirador de Archipenque, en la carretera general que une Tamaimo con Puerto de Santiago. Desde aquí se contemplan, en toda su grandiosidad, los acantilados de los Gigantes. Y también la localidad turística que lleva su nombre, con su puerto deportivo, el Faro de la Punta de Teno e incluso la isla de La Gomera. A los pies de Los Gigantes nos encontramos con la playa del mismo nombre. Pasear por su orilla oscura y bañarse en sus aguas tranquilas, mientras se contemplan las vistas, es una auténtica gozada.
Parque Rural de Anaga
Anaga es el nombre del macizo montañoso que ocupa la parte nororiental de Tenerife. La zona, paraíso para los senderistas, depara una gran cantidad de descubrimientos. Fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 2015. Y, con anterioridad, Parque Rural. Junto al Parque Natural del Teide, es el gran tesoro natural de la isla.
El macizo tiene una altura media de unos 850 metros sobre el nivel del mar y se extiende por los municipios de Santa Cruz de Tenerife, San Cristóbal de La Laguna y Tegueste. La altura máxima de los roques que lo forman no suele exceder de 1.000 metros pero, entre ellos, existen profundos barrancos con más 300 metros de desnivel. En estas depresiones crecen espesos bosques de laurisilva, donde conviven numerosas especies vegetales y animales.
Diversas rutas cruzan la zona, con dificultades y extensión variable. El sendero más conocido es el llamado Bosque encantado. Se adentra en la llamada Reserva Natural Integral de El Pijaral, que ocupa una extensión de unas 300 hectáreas. En esa superficie se encuentra una de las mayores concentraciones de helechos (con una gran diversidad de especies) de las islas Canarias. Entre ellos, el que da nombre a este lugar, Píjara, cuyas hojas alcanzan una longitud de hasta tres metros.
Para conocer mejor la singularidad del Parque Rural de Anaga es casi obligada la visita al Centro de Visitantes de la Cruz del Carmen. En el entorno de Anaga destaca la playa de Benijo, una de las más espectaculares e inolvidables de la isla. Se ubica en el encantador pueblo de Taganana, en el caserío que le da nombre. Situada entre dos roques, se accede a ella bajando un sendero con escaleras.
Pirámides de Güímar
El Parque Etnográfico y Jardín Botánico Pirámides de Güímar es un complejo de 64.000 metros cuadrados al que Thor Heyerdahl dedicó muchos esfuerzos. Este afamado explorador tomó como suya la causa, a comienzos de los años 90 del siglo pasado, de proteger varias pirámides escalonadas que se encontraban en este lugar. Las salvó de ser destruidas o integradas de cualquier manera en un plan urbano.
El origen de las Pirámides de Güímar no se tiene muy claro, algunos apuntan a antiguas civilizaciones, y otros a montículos creados por agricultores. Sea como fuere, hoy día se puede visitar este complejo que cuenta con un museo, un jardín con especies venenosas, un auditorio, etc. Es una excursión perfecta desde Santa Cruz de Tenerife, ya que se encuentra a sólo 28 kilómetros.
Loro Parque, el asombro constante
Loro Parque se encuentra muy cerca de Playa Jardín, en Puerto de la Cruz. Este espacio, que ocupa una extensión de 135.000 metros cuadrados, es de los más visitados en el archipiélago canario. Turistas de todo el mundo acuden a conocer la reserva de loros más grande y diversa del mundo. Pero son muchas otras las especies que conviven en este gran jardín tropical. Aquí niños y adultos se dejan sorprender por la fauna y también por el exotismo vegetal del lugar.
Galardonado varios años en TripAdvisor como “Mejor zoológico del mundo”, Loro Parque ofrece la oportunidad de conocer de cerca a su inmensa familia de loros. Pero también a leones, gorilas, hipopótamos, orcas, leones marinos, pingüinos, flamencos, tiburones, aligátores o tortugas. Todos estos animales viven en espacios que reproducen sus hábitats naturales.
Destaca el pingüinario, Planet Penguin, el más grande del mundo. Es un alucinante trozo de océano Antártico en la suave climatología de Tenerife. Pero son muchas más las áreas que captan la atención de los espectadores. En este lugar el asombro es una constante. Y aumenta la empatía y el amor hacia el mundo animal. Sucede al observar las habilidades de las aves anfitrionas del parque en el Loro Show, un espectáculo pionero en Europa. Y cuando se admira a las orcas y leones marinos. O a los delfines, que tanto se hacen querer con sus cabriolas y trucos ante un público entregado.
También llama la atención el área denominada Katandra Treetops, escenario de uno de los más increíbles aviarios de vuelo libre en el mundo. En él cientos de aves tropicales sobrevuelan las cabezas de los visitantes y parlotean a su alrededor. En este rincón del parque nos sentimos transportados a una selva tropical de América del Sur. En otros tramos nos parece estar en una jungla o disfrutando de la armonía de un auténtico jardín zen. Son muchos los atractivos y atracciones de este parque que destaca por sus iniciativas en defensa del medioambiente y la conservación de especies.
Carnaval de Tenerife
La fiesta más colorida e internacional de Tenerife es su Carnaval, así con mayúsculas, dada la implicación de toda la población de la isla. De hecho, incluso está declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Aunque para conocer bien esta fiesta es imprescindible vivirla, te daremos algunos datos que te sirvan de orientación antes de ir.
En el programa del Carnaval de Tenerife hay tres momentos imprescindibles: la gala de elección de la Reina del Carnaval, donde se compite en glamour y fantasía por obtener un lugar de honor; la Cabalgata, donde participa la población con sus mejores disfraces, y el Coso, que es el gran desfile que recorre el frontal marítimo donde participan reinas y damas de honor, carrozas y grupos musicales. Un fin apeoteósico al que te recomendamos acudir con muchas ganas de diversión.
2. MUNICIPIOS MÁS BONITOS DE TENERIFE
Santa Cruz de Tenerife, la capital de los paseos
Santa Cruz de Tenerife, la capital de la isla, saluda al visitante con su talante señorial y amable. En su entorno destacan el Barranco de Santos, la Cordillera de Anaga, con sus características casitas de colores y, por supuesto, el mar. El centro de la ciudad se recorre fácilmente a pie y todo invita al paseo: sus parques, sus plazas, sus zonas ajardinadas. Son muchos los rincones que hacen las delicias de los visitantes en Santa Cruz.
Hay que acercarse al entorno de la Plaza de España para tomar el pulso a la ciudad. Es un lugar de encuentro de los santacruceros, que suelen quedar en las terrazas de los alrededores. El área ha sido remodelada siguiendo el proyecto de los arquitectos suizos Herzog y DeMeuron. El gran protagonista del espacio es un sorprendente lago y su géiser, de cerca de 30 metros de altura.
La calle del Castillo, una de las principales arterias comerciales de la ciudad, es otro punto de interés. Desde ella se puede acceder a otras conocidas zonas peatonales y a pequeños pasajes y callejones con encanto. Merece la pena acercarse al barrio del Toscal, cargado de autenticidad. Y también darse una vuelta por las señoriales Ramblas. Las casas de estilo colonial impresionan en este paseo que desemboca en el mar. Está lleno de tranquilas terrazas y esculturas al aire libre.
Entre las principales plazas de la ciudad destaca la del Príncipe, con su característico quiosco central. Los lugareños suelen citarse para tomar algo en su terraza. Entre los muchos parques, es recomendable visitar el de García Sanabria. Se caracteriza por el reloj de flores en la entrada y por la exuberante vegetación de su jardín botánico. Santa Cruz cuenta también con magníficos museos. Los interesados en el arte moderno no pueden dejar de visitar el TEA (Tenerife Espacio de las Artes). El edificio, obra también de los prestigiosos arquitectos Herzog & de Meuron, merece mucho la pena. Quienes quieran saber más de los pobladores originarios de las islas, los guanches, deben acudir al Museo de la Naturaleza y la Arqueología.
Otras cosas que hacer en Santa Cruz de Tenerife son: un paseo por el entorno del puerto. Un baño en la playa de las Teresitas o en las piscinas del Parque Marítimo César Manrique. Una visita al Mercado Nuestra Señora de África. Un concierto en el vanguardista Auditorio de Calatrava. Y junto a todo ello, el plan más simple: dejarse sorprender por la belleza de los árboles y flores en cualquier esquina. Los hermosos flamboyanes, los magnolios, las adelfas…
Puerto de la Cruz, la ciudad turística del Norte
El Puerto de la Cruz es la zona turística por excelencia del Norte de Tenerife. Y uno de los enclaves de este tipo más antiguos de España. Los viajeros ingleses la descubrieron a mediados del siglo XIX. Es muy conocida la visita de Agatha Christie en 1927. La escritora acudió a este hermoso rincón de Tenerife a recuperarse de su divorcio y de la muerte de su madre. Se hospedó en el antiguo Hotel Taoro, escenario en el que escribió dos de sus libros. En uno de ellos, El enigmático Mr. Quinn, se retratan algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad. El nombre de la dama del misterio forma parte de la historia del Puerto de la Cruz. Un busto la recuerda en el mirador de La Paz.
Muchos de los atractivos que cautivaron a la autora inglesa siguen intactos. Visitar el pequeño puerto pesquero y recorrer la avenida al borde del mar es un trayecto muy placentero. En el entorno destaca el complejo Lago Martiánez. Diseñado por el artista canario César Manrique ocupa un área de 100.000 metros cuadrados. En ella se ubican siete piscinas artificiales de agua de mar. Se acompañan de un gran lago central, que incluye cinco islas. Y de jardines, terrazas, miradores y piezas escultóricas. Las señas de identidad de Manrique se perciben en el exotismo del lugar. Pasar el día aquí se convierte en un magnífico plan. Hay bares y restaurantes a disposición del visitante. El complejo también cuenta con discoteca.
Quienes prefieran la playa, Puerto de la Cruz cuenta con varias opciones: playa de San Telmo, playa El Muelle, playa Martiánez y playa Jardín. Esta última, de 700 metros de largo y arena negra, es la más turística del conjunto y cuenta con todos los servicios a disposición de los bañistas.
Lejos del litoral, en la parte alta de la ciudad, se encuentra un indiscutible tesoro del Puerto de la Cruz, el Jardín Botánico. Ubicado en la calle de la Retama, fue mandado a construir por Carlos III en 1788. Cuenta con ejemplares tan antiguos como un mamey de 150 años. Y con otros de gran tamaño, caso de una conocida higuera de Lord Howe, con una copa de 40 metros de diámetro.
La popular Plaza del Charco, el Castillo de San Felipe (hoy centro cultural) y las históricas Casa de la Aduana, Casa de Tomás Iriarte y Casa Franchy, son otros puntos de interés para visitar en el Puerto de la Cruz.
San Cristóbal de La Laguna, ciudad universitaria
Hará bien el viajero en acercarse a La Laguna en el tranvía, que parte de Santa Cruz. O hacer el recorrido inverso. Las dos ciudades se acercan, se complementan. Aquí el ambiente es noble, colonial y universitario. Las grandes mansiones conviven con casas más modestas, en las que destacan vivos colores en sus puertas y ventanas. Merece la pena recorrer a pie las calles principales de la ciudad: San Agustín, Obispo Rey Redondo y Herradores, la más comercial.
El tiempo parece haberse detenido al caminar por el casco antiguo de La Laguna, declarado Bien Cultural y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. En el paseo va identificando el viajero las características de la arquitectura canaria. Y se maravilla ante hermosas edificaciones cargadas de historia. Los siglos XV y XVI se hacen presentes al contemplar, entre otras, la Casa de la Alhóndiga y de los Capitanes Generales, la Casa del Corregidor, la Casa Osuna o la más sencilla Casa Granero.
En La Laguna hay que visitar la Catedral, ubicada en la plaza de los Remedios, el convento de San Agustín y la iglesia de la Concepción. Y encaminar los pasos, en busca de descanso, hacia la plaza del Adelantado. Está muy cerca del Ayuntamiento, el mercado municipal y la ermita de San Miguel Arcángel. Es uno de los lugares donde suelen encontrarse los laguneros.
También merece mucho la pena visitar el Museo de Historia y Antropología, ubicado en el hermoso Palacio Lercaro. Y la Fundación Cristino de Vera. Un lugar donde el halo de misticismo que caracteriza la obra del artista canario parece haber impregnado el ambiente del edificio. Son muchas las placitas, las calles, los jardines, los rincones secretos y mágicos que se descubren en esta ciudad.
Aquí el carácter señorial convive con el universitario. La Universidad de La Laguna, de gran solera, influye en el rico ambiente cultural del lugar. Hay espacios de encuentros literarios muy conocidos como el Ateneo. Y teatros como el Leal, de gran tradición. Numerosas tascas, restaurantes y bares de copas animan al visitante a pasar un buen rato. La vida nocturna, como en toda urbe estudiantil, es intensa. Pasado y presente, antigüedad y modernidad, se dan la mano en este rincón al noroeste de Tenerife.
Los Cristianos, un destino popular
Los Cristianos es otro de los centros turísticos más populares del Sur de Tenerife. La playa del mismo nombre se caracteriza por el gran colorido de los barcos fondeados en su cercanía. Siempre ha sido muy apreciada por las familias isleñas, al igual que la playa de las Vistas. Esta es mucho más larga, de casi un kilómetro, y aguas poco profundas.
En su día Los Cristianos fue un pueblo de pescadores. El núcleo se fue ampliando para acoger la creciente oferta turística, pero aún conserva ese carácter marinero en ciertos rincones. El corazón del lugar es el paseo peatonal que bordea las playas, lleno de restaurantes, bares y cafeterías. Por la noche el ambiente se anima y compite como enclave de diversión con Las Américas.
Otro destacado lugar de encuentro es la zona del Puerto de Los Cristianos. Está situado al oeste del Aeropuerto Tenerife Sur (Reina Sofía). Desde él parten excursiones de pesca, avistamiento de cetáceos y submarinismo. Y también los ferris con destino a las vecinas islas de La Gomera, La Palma y El Hierro. Las atracciones más cercanas incluyen el zoológico Monkey Park y el Aqualand.
La Orotava, la ciudad de los balcones
La Orotava es una hermosa villa del Norte de Tenerife. Siempre es agradable pasear por sus calles empedradas y admirar sus antiguos caserones. Las célebres balconadas de madera, tan típicas de la arquitectura canaria, son una indiscutible seña de identidad de la localidad. Son muchas las iglesias que pueden visitarse en este rincón de Tenerife que transporta al pasado de la conquista de la isla, durante el mandato de los Reyes Católicos.
En la celebración de las fiestas del Corpus Christi los lugareños se entregan a confeccionar tapices de flores. Cubren las zonas peatonales y son famosos por la combinación de pétalos y arenas volcánicas. Esta es una época ideal para darse una vuelta detenida por el pueblo, pero en cualquier otro momento el viajero se deja cautivar por el encanto del lugar.
El casco histórico de La Orotava, declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional, sorprende por la conservación de sus edificaciones. Al igual que en La Laguna, aquí el tiempo parece haberse detenido. Entre los muchos rincones de interés que hay que visitar se encuentra la iglesia de la Concepción. Destaca con su hermosa fachada barroca, sus originales torres y su majestuosa cúpula. En su interior cuenta con importantes piezas religiosas de los siglos XVI y XVII.
Entre las edificaciones más célebres de la localidad están también la Casa de los Balcones, una singular y tradicional edificación señorial que está ocupada en la actualidad por el Centro de Investigación de Artesanía de Europa y América. El conjunto, levantado entre los siglos XVI y XVII, destaca por sus balcones (de ahí su nombre) y por el patio interior de madera tallada.
Perderse, en busca de sosiego y relax, en los Jardines Victoria de La Orotava, es un plan muy agradable. Se les conoce también como jardines del Marquesado de la Quinta Roja. Fueron ideados por el artista francés Adolph Coquet en el siglo XIX. Su estructura, ordenada con forma escalonada, resulta muy peculiar. Destacan sus numerosas fuentes, rodeadas de cientos de flores de vivos y brillantes colores. Desde su punto más alto se aprecian unas vistas impresionantes de la isla.
Adeje y Costa Adeje, gran despliegue de atractivos
En Costa Adeje destacan las playas, los parques acuáticos, el golf, el submarinismo y el avistamiento de cetáceos. Pero también merece la pena acercarse al pueblo que da nombre a toda el área turística. Esta localidad del sur de la isla cuenta con un interesante patrimonio histórico. Y posee espacios naturales que producen un gran impacto en el visitante, como el Barranco del Infierno y la Caldera del Rey.
Son, por tanto, muchos los atractivos, que conducen a elegir Adeje como destino turístico. A lo largo de 26 kilómetros de litoral, se suceden hasta 14 playas y calas. Se puede optar por amplias y concurridas zonas de baños, como playa del Duque, playa de Fañabé, playa de Torviscas o playa de La Pinta. Pero también hay rincones más aislados y tranquilos, como playa Los Morteros y Las Salinas, entre otras.
La oferta de hoteles y apartamentos, así como de locales de restauración, es muy amplia en Costa Adeje. Como en la vecina Las Américas, el programa de actividades deportivas y de ocio, muy intenso. En el entorno destaca el Siam Park, un impresionante parque acuático que hace las delicias de niños y mayores. El submarinismo es uno de los puntos fuertes del lugar. Su hermoso litoral, poblado por más de 500 especies de peces y animales marinos, atrae a cientos de visitantes a sus muchos centros de buceo.
Villa de Adeje tiene una larga historia que se remonta a los tiempos de hegemonía guanche anteriores a la conquista de la isla. Por ello la localidad cuenta con un interesante patrimonio histórico-artístico. Entre otros monumentos, destaca la iglesia de Santa Úrsula. Se levanta sobre una primitiva ermita del siglo XVI. Y también son curiosas las ruinas de Casa Fuerte, una residencia fortificada, a la salida del pueblo, para defenderse de las frecuentes incursiones piratas que sufría la población.
Icod de los Vinos, a la sombra del Drago milenario
Icod de los Vinos es un pequeño pueblo del Norte de la isla, famoso por su Drago milenario, el más longevo que se conoce. Tiene 17 metros de altura y su tronco pesa 65 toneladas. Ha resistido el paso del tiempo y es como una especie de escultura natural que todo el mundo ansía visitar. Alrededor de este árbol legendario se ha creado un parque decorado con otras especies vegetales propias de la isla. Es el principal centro de atracción de la localidad.
Pero en Icod de los Vinos, conocido por sus exquisitos caldos, hay mucho más que ver. Entre sus monumentos destaca el convento de San Francisco. De mediados del siglo XVII y estilo rococó portugués, alberga la singular capilla de los Dolores. Y también la Casa Lorenzo-Cáceres, neoclásica, de finales del siglo XVIII. En la actualidad se usa como Centro de la Música y espacio expositivo.
En el pueblo también resulta interesante visitar el Museo Guanche. Y el Mariposario, que alberga más de 800 ejemplares de mariposas tropicales, pertenecientes a unas 150 especies. También hay que tener en cuenta la Cueva del Viento. Un inmenso tubo volcánico formado hace unos 27.000 años. En él sobreviven unas 190 especies de plantas, animales y hongos.
3. LOS MEJORES LUGARES PARA DARSE UN BAÑO EN TENERIFE
El Médano y su playa para surfistas
El Médano, en el municipio de Granadilla de Abona, es otro atractivo núcleo turístico del sur de Tenerife. El aspecto salvaje y desértico añaden carácter a este trozo de costa. Aquí se encuentra la playa del Médano, de las más largas de la isla y un auténtico paraíso para los surfistas en alguno de sus tramos de mayor oleaje. Es la más conocida del lugar, pero también se puede optar por tomar un baño en calas como la del Cabezo, El Salado y La Jaquita.
Más alejadas del pueblo, pero también más salvajes, se pueden visitar la preciosa playa de Montaña Roja, justo al pie del cono volcánico, y la playa de la Tejita, la más remota y separada del resto por la imponente mole de la montaña. La silueta del volcán de Montaña Roja destaca imponente en el entorno. Con sus 171 metros de altura, es la parte más visible de una reserva natural de 166 hectáreas donde habitan aves protegidas como el chorlitejo patinegro. Este ha desaparecido del resto de zonas costeras de la isla por la alteración de sus ecosistemas producida por el turismo. Este territorio es un sitio ideal para realizar sencillas rutas de senderismo. El silencio y los paisajes son todo un regalo para cualquier viajero que desee abandonar el ruido y las prisas urbanas.
Los Realejos, historia y naturaleza
Los Realejos es otro de los lugares más hermosos del Norte de Tenerife. Aquí, a la belleza de los paisajes se une un rico patrimonio histórico-artístico. Se encuentra a 41 kilómetros de la capital, en mitad del fértil valle de La Orotava. Distintas leyes ambientales protegen una buena parte de sus 57 kilómetros cuadrados de extensión. Y sus dos cascos históricos –Realejo Alto y Realejo Bajo–, unificados a mediados del siglo XX, fueron declarados Bienes de Interés Cultural.
En el entramado de empinadas calles del municipio, el visitante se va encontrando con numerosos puntos de interés. En Realejo Alto, el núcleo más alejado de la costa, se encuentra la casa donde nació, en 1731, el escritor Viera y Clavijo. Hoy en día el edificio alberga la biblioteca pública del pueblo. Compartiendo plaza con la ilustre casa, está la Iglesia Matriz de Santiago Apóstol.
Y ya en el Realejo Bajo, se encuentra otra joya del patrimonio arquitectónico realejero: la Hacienda de los Príncipes. Fue mandada a construir en el siglo XV por el primer gobernador de Tenerife, Alonso Fernández de Lugo. A su alrededor se encuentran otras construcciones de interés, pero si lo que se busca es naturaleza, el viajero no se sentirá defraudado.
Bellos miradores y playas salvajes aguardan en esta zona. Playa del Socorro y playa de la Fajana, resultan impresionantes. Y deslumbra la zona protegida de Rambla de Castro. Un entorno colmado de palmerales canarios, tabaibales y dragos.
Descendiendo cada vez más hacia el mar, se descubre la ermita de San Pedro, construida en el siglo XVIII en lo alto de un acantilado. Sorprende asimismo la casona de los Castro, antigua hacienda del siglo XVI, reconvertida en centro de visitantes. Y más adelante, el fortín de San Fernando, un magnífico ejemplo de fortaleza defensiva construida para frenar las incursiones de piratas de los siglos XVI y XVII.
Playa de las Américas, mar y diversión
Playa de las Américas se encuentra entre los municipios de Arona y Adeje, al sur de Tenerife. El nombre de la playa denomina también a toda la zona turística, destino de muchos europeos que buscan el sol durante los fríos meses del invierno.
Quienes deseen diversión, deportes y entretenimiento para todos los miembros de la familia han encontrado su sitio en este enclave.
Aquí la fiesta ocupa las noches, pero durante el día el centro de atracción son las playas de arena dorada y aguas transparentes. La de las Américas es la más extensa, con sus 500 metros de largo. Pero en esta franja litoral, que ocupa un kilómetro de longitud, hay otras opciones como la playa de Troya, la de La Honda o la de El Camisón, entre verdes y palmeras.
Este rincón de Tenerife cuenta con una buena oferta hotelera y de restauración, con comercios y todo tipo de servicios a disposición de los visitantes. Todo ello lo convierten en uno de los entornos favoritos para pasar una temporada de vacaciones en la isla. Son muchas las actividades de ocio y de deportes náuticos que se pueden realizar. Destaca la práctica del esquí acuático, el windsurf y el submarinismo. La zona cuenta con campo de golf.
Las Teresitas
La playa de las Teresitas, a sólo 7 kilómetros de Santa Cruz de Tenerife, es una de las favoritas de quienes viven en la capital de la isla. Tiene un kilómetro de extensión y se ubica en la localidad de San Andrés. Esta ensenada fue creada artificialmente en los años 70. Sobre otra playa de arena volcánica se vertió esta fina arena blanca traída del Sahara.
Debido a sus aguas tranquilas, es habitual la presencia de familias. Además, muy cerca de Las Teresitas se pueden encontrar excelentes locales donde degustar los sabores locales.
Otras de las mejores playas de Tenerife
Otras playas que merece la pena conocer en Tenerife son la playa de Benijo, en el pueblecito de Taganana, cuyo aspecto salvaje enamora desde el primer instante; la playa del Duque, en Costa Adeje y muy cerca de La Caleta, que brinda un lugar tranquilo pero sin salir de zonas turísticas; y la playa de los Gigantes, en Santiago del Teide, junto a los espectaculares acantilados de los Gigantes. En esta última, es recomendable combinar el día de playa con una salida en barco para ver cetáceos.
También las hay de complicado acceso como la playa de Masca, en Buenavista del Norte, donde lo mejor es llegar por mar; idóneas para el surf, como la playa La Tejita, La Fajana o Rambla de Castro; o vírgenes como la playa del Bollullo, de arena oscura y poca afluencia turística.
Sin duda, en Tenerife hay tantas playas que muchas veces lo mejor es dejarse llevar por la intuición o por el consejo de la personas locales para descubrir las mejores.
Piscinas naturales de Tenerife
Las fotos de piscinas naturales invaden cada año los perfiles de Instagram, con sus aguas transparentes y entorno salvaje. Como es de suponer, en Tenerife hay un buen número de ellas, nosotros enumeraremos nuestras cinco favoritas. La que se lleva la palma de honor es El Caletón, en el pueblo de Garachico, unas piscinas naturales que se crearon tras la erupción del volcán Trevejo en 1706.
En Santiago del Teide se encuentra el Charco de Isla Cangrejo, que se forma gracias a un muro de hormigón construido para salvaguardar, de las olas y las mareas, la urbanización de Isla Cangrejo. Hay que tener cuidado con la fuerza del oleaje.
También muy adecuadas para el baño son las piscinas naturales Paseo La Jaquita, en Guía de Isora, que también son de origen volcánico y que brindan vistas a La Gomera. En San Cristóbal de la Laguna las más valoradas son las piscinas naturales de Punta Hidalgo. Son amplias y suelen contar con distintivo de bandera azul, lo que garantiza la calidad del agua.
Por último, el Charco Los Chochos, en el municipio de Los Silos, es menos conocido pero cuenta incluso con escalera y barandilla para facilitar el acceso. Este curioso nombre se debe a que en este lugar los campesinos ponían en remojo los altramuces para quitarle el amargor, y comunmente esta leguminosa se conoce como “chocho”.
Lago Martiánez
Lago Martiánez es un complejo de ocio situado en el Puerto de la Cruz cuyas instalaciones incluyen un enorme lago artificial con impresionantes vistas al mar y al Teide. El lago está rodeado de piscinas de aguas turquesa, jardines, terrazas y restaurantes. Es tan bonito que fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Jardín Histórico. Un dato muy importante: Lago Martiánez fue diseñado por el artista César Manrique, que pensó en ofrecer aquí un espacio para el ocio destinado a un público de todas las edades. El complejo incluye también varias terrazas, quioscos, restaurantes y, desde 2006, un casino.
Playa Benijo
Es una de las playas más espectaculares y vírgenes de Tenerife. Custodiada por el Roque Benijo y el Roque La Rapadura, este enclave salvaje y hermoso es un espacio muy adecuado para soñar y sentir la fuerza del océano Atlántico. Playa Benijo tiene arena negra y suele tener una ocupación media en verano y baja en invierno. Merece la pena esperar a que la marea esté baja para disfrutar de la playa en todo su esplendor. Eso sí, el acceso se realiza a través de un sendero que empieza junto a la carretera y que se tarda unos 15 minutos en completar.
Playa del Duque
Ubicada en la turística Costa Adeje, en Tenerife Sur, es el lugar ideal para disfrutar del sol, la playa y todo tipo de servicios y comodidades. Es una larga playa de arena dorada y aguas traslúcidas que cuenta con el distintivo de “bandera azul” y que está junto a un encantador paseo marítimo plagado de cafeerías, restaurantes y tiendas de moda. El punto cultural lo pone el histórico castillo del Duque, que domina la playa desde uno de sus extremos. De ahí proviene el nombre de este espacio costero que, además, es muy seguro para el baño, al estar protegido por una escollera que frena el oleaje del Atlántico.
Playa Las Galletas
Con una longitud de algo más de 400 metros y con arena marrón oscuro, esta playa urbana forma parte del pequeño pueblo de pescadores que le aporta su nombre: Las Galletas. Se encuentra a sólo 15 kilómetros de la Playa de los Cristianos, pero aquí podrás zambullirte en el ambiente local y podrás contemplar a los pescadores mientras faenan cerca del embarcadero. Incluso, podrás comprar sus frescas capturas en la Lonja de Pescado. La playa es de fácil acceso en coche y cuenta con todo tipo de servicios: aseos, duchas, papeleras, teléfono, restaurantes, alquiler de hamacas y sombrillas, club náutico, servicio de vigilancia, etc.