Las platges de Comte ―o Cala Conta, como se conocen en castellano― representan uno de los rincones marítimos más visitados de Ibiza. Se trata de una preciosa sucesión de caletas situada al noroeste de la isla, a tan sólo 8 kilómetros de Sant Josep de Sa Talaia, una población de interior modesta que, sin embargo, alberga el restaurante más caro del mundo.
Además de por sus finas arenas blancas y sus aguas de color esmeralda, el entorno de cala Conta destaca por sus diversos restaurantes, por sus puestas de sol inmejorables, y por la hilera de islotes que flotan en el horizonte más próximo. Aunque cala Conta es altamente disfrutable tanto en invierno como en verano, nosotros recomendamos su visita en junio y en septiembre, cuando la afluencia de turistas no es tan masiva y, sin embargo, las temperaturas permiten el baño. A continuación, te contamos detenidamente los secretos que entraña este refrescante rincón de Ibiza.
- Las platges de Comte, un paseo de ensueño
- Características y servicios de Cala Comte
- Cala Conta regala a diario los mejores atardeceres
- Vida marina y naturaleza en un auténtico edén submarino
- Actividades acuáticas para disfrutar de Cala Comte
- Restaurantes de Cala Comte (o Conta)
- Otros rincones de Ibiza cerca de Cala Conta
Las platges de Comte, un paseo de ensueño
A pesar de la afluencia habitual de turistas, cala Conta ha logrado mantenerse al margen de grandes urbanizaciones y complejos hoteleros. Precisamente debido a este enfoque naturista, el aparcamiento más cercano a la playa se encuentra situado a una distancia de 200 metros, lo cual nos “obliga” a emprender un ameno paseo entre olivos y sabinares. Tened por seguro que, una vez que nos hayamos asomado a la playa, veremos recompensado nuestro esfuerzo.
Tal y como decíamos al principio, lo que conocemos como cala Conta es, en realidad, un conjunto de pequeñas calas separadas por accidentes geográficos naturales. Dentro de todas ellas, destacan tres principalmente: Es Comte de Tramontana, Es Comte de Ponent y Es Racó d’en Xic. Las dos primeras, consideradas las playas centrales, son las más visitadas por las familias con niños, debido a que poseen una mayor concentración de servicios y una orilla más apta para el baño. Por su parte, Es Racó d’en Xic se encuentra escondida un poco más al sur, en un enclave salpicado de casas varadero, donde la práctica del nudismo es la regla y no la excepción. Independientemente de cuál elijamos, cada una de ellas nos ofrecerá suelos rocosos ideales para la práctica de esnórquel.
Características y servicios de Cala Comte
En Cala Comte, como hemos dicho, hay varias zonas diferenciadas, y se puede elegir entre tomar el sol sobre arena blanca o sobre rocas planas. En cualquier caso, sus aguas son poco profundas, tranquilas y cristalinas, por lo que es un entorno ideal para visitar con niños. Eso sí: es conveniente andarse con ojo si uno se aleja de la costa, ya que a medida que nos adentramos en el mar, es más probable toparnos con corrientes fuertes. Es muy popular la práctica del snórkel, así que no hay que olvidarse las gafas de buceo.
Cala Comte cuenta con servicios básicos para los visitantes: hay baños, hamacas y sombrillas, así como una torre de vigilancia con socorristas. Para los amantes de los deportes acuáticos, también hay una empresa que ofrece este tipo de actividades.
Cala Conta regala a diario los mejores atardeceres
En cualquier caso, todas estas calas se encuentran integradas dentro de la Reserva Natural dels Illots de Ponent, un espacio natural protegido en el que predomina toda una serie de islotes. S’Illa d’es Bosc, por ejemplo, es el islote más próximo, con 66 metros de altura y unos restos de muralla de lo más interesantes en su interior. Asimismo, los islotes de sa Conillera y s´Espartar, algo más distanciados de la costa, también resultan fácilmente divisables gracias a su importante tamaño.
Por su parte, el atardecer en cala Conta está considerado como uno de los mejores de Ibiza. Ya sea desde algún barranco, o desde la terraza de un restaurante, merece la pena contemplar esta puesta de sol contra la que se recortan las siluetas lejanas de islas menores.
Vida marina y naturaleza en un auténtico edén submarino
El entorno marino que baña Cala Comte es de una grandísima riqueza y valor en cuanto a su biodiversidad. De hecho, este lugar se encuentra entre dos de los espacios protegidos más valiosos de la isla: las reservas marinas de Ses Bledes y la des Vedrà-Vedranell. El entorno rocoso que enmarca la cala y los islotes situados frente a ella favorece la proliferación de todo tipo de especies subacuáticas, tanto animales como vegetales.
Entre las primeras destaca la presencia de corales de distintos tipos, formas y colores, entre cuyas formaciones habitan peces como las obladas, sargos, meros, salpas, morenas, rotjas y peces golondrina, entre otros. Con suerte, y con tan solo unas gafas de buceo y un tubo de snorkel, se puede observar a algún caballito de mar.
Además, estas calas son visitadas con frecuencia por tortugas marinas y, en ocasiones, y a una cierta distancia de la costa se puede observar el paso de delfines mulares y otros cetáceos.
Actividades acuáticas para disfrutar de Cala Comte
Las dos actividades acuáticas más comunes que se puede practicar en Cala Comte son la natación y el buceo con snorkel. Ambas actividades se pueden realizar con una gran seguridad, dada la poca profundidad de los fondos marinos y, por lo general, la calma de estas aguas.
También se puede navegar y recorrer las bahías que componen Cala Comte a bordo de canoas y tablas de paddle surf. Son varias las empresas que, desde distintos puertos de la isla, organizan excursiones hasta este punto a bordo de pequeñas embarcaciones. Y es habitual que recalen aquí numerosos veleros y barcos de recreo particulares o de alquiler para disfrutar de la belleza de este lugar y del mar que lo baña.
Restaurantes de Cala Comte (o Conta)
Ahora bien, debemos reconocer que la oferta gastronómica es uno de los pilares fundamentales de la fama que atesora cala Conta. Además de servicios básicos como las hamacas, las sombrillas, los baños y el alquiler de hidropedales, en las playas de Comte encontraremos hasta cuatro restaurantes de muy diversa índole. Cada uno se asoma a una pequeña cala, por lo que, vayamos a donde vayamos, dispondremos de la posibilidad de comer o cenar allí mismo.
Las playas centrales ―de Ponent y de Tramontana― están separadas por el restaurante Sunset Ashram, un espacio sofisticado que cultiva la cocina ecléctica ―mediterránea, hindú y japonesa― desde su apertura en 1988. Su terraza es una de las más valoradas a la hora de contemplar la puesta de sol, ya no sólo por su orientación a poniente, sino también por las sesiones nocturnas de música electrónica que celebra regularmente.
A unos cientos de metros de él encontramos el restaurante S´illa des Bosc, otro lugar con más de 30 años a sus espaldas que ofrece al visitante una carta netamente mediterránea. Aquí podremos degustar pescados locales como el pargo y el mero, seis tipos de arroces y una selección de vinos nacionales e internacionales.
Por su parte, en el arenal situado más al norte podemos visitar el restaurante Ses Roques, con una carta muy centrada en los productos locales de Ibiza. Y al sur, en el antes mencionado Es Racó d´en Xic, el chiringuito Cala Escondida que, desde 2015, regenta una joven holandesa. Imbuido de una filosofía cien por cien ecologista, este pequeño espacio es el único de la zona que no pincha música. Además, su carta incluye opciones para veganos como, por ejemplo, la hamburguesa vegetariana o la tarta de plátano.
Otros rincones de Ibiza cerca de Cala Conta
Si queremos exprimir al máximo nuestro día en las platges de Comte, nos interesará conocer otros puntos de interés que rodean la zona. Cala Bassa y Cala Tarida son dos amplias calas situadas, cada una, a menos de 15 minutos en coche de Cala Conta. La primera se halla al norte y la segunda al sur.
Por su parte, el litoral marítimo en el que se ubica Cala Conta también esconde algún que otro monumento. En dirección norte, muy cerca del municipio de Sant Agustí d´es Vedrà, podemos realizar una breve visita a la torre d’en Rovira, una antigua torre defensiva erigida en 1763. Por el contrario, en dirección sur se encuentra la cueva de Sa Figuera Borda, un rincón marinero que destaca por las peculiares formas que la erosión ha impreso en los acantilados. En concreto, nos llamará la atención un inmenso agujero que atraviesa de lado a lado un saliente rocoso, y en cuyo interior los locales de antaño asentaron un conjunto de casetas varadero.