El tramo de litoral correspondiente a la Costa de la Luz gaditana brilla con luz propia en el suroeste de Andalucía. En su haber guarda 260 kilómetros de costa, de los cuales más de la mitad pertenecen a playas de todo tipo que invitan a realizar una escapada a Cádiz. Playas multitudinarias como las de la ciudad de Cádiz contrastan con calas vírgenes de difícil acceso, manteniendo entre sí un denominador común: la vivísima luz del sol las baña por igual durante todo el día, mientras que sus arenales, enormes y blancos, reciben de manos del viento las finísimas arenas del otro lado del Estrecho. Esto por no hablar del bello contraste cromático producido por pinares que, en muchas ocasiones, vienen a encontrarse con el mar.
Visitadas durante todo el año tanto por turistas nacionales como por extranjeros —europeos, principalmente—, las playas de Cádiz nos ofrecen un paisaje bien protegido, tal y como demuestra la bandera de la Q de Calidad Turística otorgada a multitud de ellas por el Ministerio de Turismo. Por su parte, las playas y calas ofrecen otros tantos atractivos turísticos: importantes plazas hoteleras y de ocio, una exquisita gastronomía, o deportes acuáticos de toda índole.
Y, por si fuera poco, una apuesta por el turismo cultural que permite rescatar del olvido el pasado milenario de la región: desde Baelo Claudia —el conjunto romano del siglo II a.C.—, hasta los llamados lugares precolombinos, los cuales se dice que transitó el descubridor de América allá por el siglo XV.
Las mejores playas de Cádiz
Playa de Bolonia (Tarifa) y playa de Zahara de los Atunes
Cuando se habla de playas en Cádiz lo normal es que el primer nombre que surja sea el de Bolonia. Algunos podrían pensar, como sucede a veces, que no es sino a fuerza de repetir su nombre que esta playa ha terminado logrando fama. Nada más lejos de la realidad, la playa de Bolonia, ubicada en el municipio de Tarifa, merece un punto y aparte en la geografía litoral gaditana. Considerada una de las más meridionales de Europa del sur, su extenso arenal de más de 3 kilómetros de largo enfrenta la ciudad marroquí de Tánger con el Estrecho en medio. A su vez, rodeada de un salvaje paraje, sus arenas blancas y finas nos permiten tomar el sol mientras planeamos incursiones esporádicas en el océano Atlántico; o bien, mientras observamos a los habituales surfistas que surcan sus aguas. Y cuando el hambre o la sed apremian, el chiringuito La Cabaña, o el restaurante Las Rejas nos dan la respuesta.
Por su parte, cabe destacar que a pie de playa se sitúan las ruinas de Baelo Claudia, una antigua ciudad romana, y una gran duna que alcanza 30 metros de altura y mide 500 de anchura.
Los amantes del surf probablemente prefieran acercarse a Valdevaqueros, a la playa de los Lances o a la zona de Punta Paloma.
Y si buscamos un cambio de aires rápido y sin complicaciones, desde la zona dunar de Bolonia —conocida como el “Ancón”—, parte un interesante camino costero que, tras 11 kilómetros de recorrido y 2 horas y media de duración, nos conecta con la playa de Zahara de los Atunes. Ya no estamos en Tarifa, sino en la entidad local independiente de Zahara de los Atunes, antaño dedicada a la pesca, como bien ejemplifican sus coloridos botes, ahora está volcada en el turismo. La playa, por su parte, cuenta con más de 5 kilómetros de longitud y permanece virgen.
El Palmar (Vejer)
La siguiente playa nos lleva directamente hasta la franja costera del municipio de Vejer de La Frontera. La playa del Palmar, separada del núcleo de población, aglutina una buena cantidad de turistas cada fin de semana, que encuentran una bonita ensenada de arena dorada, chiringuitos, empresas de surf y mercadillos locales.
La Fontanilla (Conil)
En la población vecina, en Conil de la Frontera, merece la pena conocer sus kilométricas playas vírgenes, donde destacan La Fontanilla y Los Bateles, ambas con bandera azul que certifica la calidad de las mismas. A su alrededor se sitúan aparcamientos y buenos restaurantes donde recargar pilas cuando se necesite.
La Barrosa (Chiclana)
Y siguiendo la costa hasta Chiclana de la Frontera sale al encuentro La Barrosa, un bonito arenal que se presta a pasar un día en familia con todos los servicios necesarios a pie de playa.
Playas de Zahora y Faro de Trafalgar (Barbate)
En el municipio de Barbate encontramos estas dos playas que parecen haber pactado su prolongación. A la playa de Zahora, la más septentrional de las dos, se accede a través de las callejuelas del pueblo homónimo. Una vez allí, se constatan las características aguas bravas de esta parte del litoral, ideales a la hora de practicar deportes acuáticos, pero exigentes en cuanto a la seguridad. Como atractivos, cabe destacar el bonito arrecife que las mareas bajas delatan a pocos metros de la orilla; así como los fantásticos chiringuitos situados junto a la playa y que nos permiten disfrutar de atardeceres con gran tradición en Cádiz.
En dirección sur, se divisa el faro de Trafalgar, una construcción blanca de 1860 levantada sobre el llamado Tómbolo —monumento natural que incluye el cabo de Trafalgar y su unión con tierra firme por medio de un escuálido istmo—. Es, en definitiva, nuestro guía a seguir si queremos alcanzar la playa Faro de Trafalgar. Su mayor atractivo, aparte de la belleza del paraje en que se inscribe, es histórico a más no poder. En las mismas aguas que la bañan se produjo, en el contexto de la guerra anglo-española de principios del siglo XIX, la archiconocida batalla homónima. Aunque el faro no presenció esta contienda, sí lo hizo su vecina torre almenara, la cual permanece en la zona desde tiempos de Felipe II. Y si superamos el cabo de Trafalgar, al otro lado encontraremos la localidad de Caños de Meca y su playa homónima, ideal, entre otras, para la práctica de kayak o de nudismo.
Playas de Cádiz ciudad
Playa de La Caleta
A la hora de hablar de las playas que posee Cádiz capital, conviene separar La Caleta del resto. Básicamente por su situación en el mapa, la cual dista mucho de las otras tres playas principales. Separada, como está, del continente por un estrecho canal, la ciudad de Cádiz reserva un lugar excepcional para esta playa en el extremo norte de la llamada ‘Tacita de Plata’, la diminuta península en la que se inscribe. Custodiada a cada lado por los castillos de San Sebastián y Santa Catalina, esta diminuta playa aparece salpicada de innumerables barcas pesqueras. Para más inri, su arenal blanco y sus atardeceres rojos han inspirado no sólo a multitud de comparsas, sino también películas de renombre como Alatriste. Una obligación para todo aquel que viaje a Cádiz.
Playas de Santa María del Mar, de la Victoria y de Cortadura
Por su parte, las otras tres playas principales de la capital gaditana —playa de Santa María del Mar, playa de la Victoria y playa de Cortadura— descienden hacia el sur por la pared atlántica. En orden de enumeración, cada una es una prolongación natural de la anterior. Por ejemplo, la pequeña playa de Santa María del Mar —también conocida como “la playita de las Mujeres”—, nos recibe encajada entre dos espigones, a fin de evitar su erosión. Gracias a sus buenas olas, es habitual ver surfistas en ella.
Por su parte, las playas de la Victoria y Cortadura ofrecen longitudes mayores, con varios kilómetros en su haber. Gracias a la calidad de sus arenas y de sus aguas, han sido premiadas con la bandera Q de Calidad Turística y, además, disponen de numerosos chiringuitos y bares esparcidos por todo el paseo marítimo. En el tramo de la playa de Cortadura, de hecho, se encuentra un valor añadido en su cordón de dunas, salvado hasta en tres ocasiones por curiosas pasarelas de madera elevadas.
