Desde que los romanos la fundaron en el año 123 a.C. sobre un antiguo poblado talayótico, Palma de Mallorca, la perla del Mediterráneo, ha sido codiciada por el mundo. Fue ocupada por vándalos y bizantinos, se convirtió en la Madina Mayurqa de los musulmanes, quienes la conquistaron en 903, e incluso después de la conquista cristiana de 1229, llevada a cabo por el rey Jaume I de Aragón, fue objeto de frecuentes ataques de piratas turcos y magrebíes hasta el siglo XIX. Ya en el siglo XX, la bella ciudad asomada a la bahía de Palma sufrió otro tipo de invasión: la de millones de turistas liderados por alemanes y británicos atraídos por los encantos de la isla, un destino atractivo los 365 días del año por su variada oferta cultural, sus playas, su gastronomía y su vida nocturna. Repasamos todo lo que no puede faltar en una escapada a Palma de Mallorca.
Qué hacer en Palma de Mallorca: los imprescindibles
No todo es sol y playa en Palma, una ciudad llena de patrimonio cultural que en el siglo XIII llegó a ser la capital del antiguo Reino de Mallorca. A orillas de la bahía, se erige desde el siglo XIII la Catedral de Palma –conocida como la Seu-, un inmenso templo gótico que mandó construir Jaume I sobre la antigua mezquita de Medina Mayurqa. No hay que perderse su enorme rosetón central ni las intervenciones de artistas como Gaudí y Miquel Barceló en su decoración. Como contraste, frente a ella encontramos el Palacio de la Almudaina, antiguo alcázar musulmán que los monarcas mallorquines adaptaron como residencia real, revistiéndola de una riqueza ornamental en la que destaca la Capilla de Santa Ana, de estilo gótico flamígero.
En el cercano Paseo Sagrera, no podemos perdernos otros dos símbolos de la Mallorca comercial que floreció en el siglo XV: separados por un jardín, encontramos la Lonja de Palma, construida por Guillem Sagrera en 1426, y el antiguo Consulado del Mar, del siglo XVI y hoy sede del Gobierno autonómico. Y si os apetece visitar un museo en Palma, en esta calle se encuentra el museo de arte moderno Es Baluard, con obras de grandes artistas internacionales como Cézanne, Gauguin, Picasso, Magritte y los mallorquines Miró y Miquel Barceló.
Caminando por el Paseo del Born, una de las principales arterias de la ciudad, podemos detenernos en el Casal Solleric, palacio dieciochesco y hoy centro de exposiciones cuyo patio es de los más bellos de Palma; y después tomar el Carrer de la Unió que nos llevará hasta la Plaza Mayor, una plaza modernista de la que parten las grandes avenidas que forman el ensanche de la nueva Palma.
Si queremos ver la Palma más marinera, debemos visitar Santa Catalina, el antiguo barrio de pescadores, que aún conserva un cierto ambiente de pueblo gracias a sus casas tradicionales de balcones floridos y a los molinos harineros del siglo XVIII que han sobrevivido en la calle Industria y en Es Jonquet. La vida del barrio gira en torno al Mercat de Santa Catalina, el mercado gastronómico más antiguo de la ciudad.
Por último, en las afueras del centro histórico de Palma debemos visitar otros dos lugares destacados. A unos dos kilómetros, sobre una colina que se domina la bahía, encontramos el Castillo de Bellver. Construido como palacio-fortaleza en tiempos de Jaume I, el edificio también ha servido como prisión, siendo el político ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos su recluso más ilustre. En la actualidad acoge el Museo Municipal de Historia. No muy lejos, en Cala Mayor, es posible visitar los jardines del Palacio de Marivent, un edificio de 1925 que sirve como residencia veraniega de la familia real española.
Los mejores restaurantes en Palma de Mallorca
Sobrasada, queso de Mahón, arroces de pescado, tumbet -guiso de patatas, pimientos fritos y berenjenas con salsa de tomate-, pa amb oli, ensaimada… Mallorca presume de tener una exquisita cocina mediterránea, y esta excelencia se refleja en la infinita nómina de buenos restaurantes que hay en Palma. Si queremos comenzar con unas tapas, el sitio correcto es el barrio de la Lonja, donde destacamos el Forn de Sant Joan (ubicado en una antigua finca del siglo XIV) La Bóveda y La Taperia. El elegante Tast Club, en el céntrico Carrer de Sant Jaume, es el sitio de moda en los últimos años, mientras que Ram Bar, en La Rambla, es otra opción interesante para picar en la barra.
A la hora de comer o cenar, la oferta es inabarcable. Si queremos probar comida mediterránea, podemos ir a La Paloma, en la zona de La Lonja; Sa Fulla, en Santa Catalina, que fusiona lo local con sabores latinoamericanos; o Casa Maruka, una apuesta segura para probar la cocina mallorquina. Para comer el mejor pescado fresco, nuestros restaurantes de referencia son Can Eduardo, Pesquero, Patrón Lunares y Ola del Mar (en Portixol). Y si os apetece probar distintas cocinas internacionales, en Palma podéis elegir entre reconocidos italianos (Ribello, A Casa Mia), franceses (Can Marques, La Fabrique), indios (Basmati), peruanos (Sumaq), japoneses (Arume, Daruma) y chinos (Made in China), entre muchos otros.
Para una ocasión especial en la que gastar un poco más, Palma cuenta con hasta nueve restaurantes con estrella Michelín entre los que destacamos la cocina creativa mediterránea del chef británico Marc Fosh y del argentino Adrián Quetglas, ambos establecimientos con precios muy razonables, y el restaurante Aromata, del chef mallorquín Andreu Genestra.
Playas de Palma de Mallorca: date un chapuzón sin salir de la ciudad
A la hora de relajarse y darse un baño, lo bueno de Palma es que no hace falta salir a alguna de las muchas calas de ensueño que tiene la isla de Mallorca. En la propia ciudad encontramos varias playas, y no todas saturadas hasta los topes. Las más conocidas y turísticas son la Playa de Can Pere Antoni, la más cercana al centro, con excelentes vistas de la Catedral; la Playa de Palma, de cinco kilómetros de longitud; y Cala Mayor, al lado del Palacio de Marivent. Un poco más alejadas del centro, hacia el este, encontramos Ciudad Jardín y Cala Estancia, más frecuentadas por vecinos de Palma e ideales para llegar con un paseo en bici.
De fiesta en Palma de Mallorca
Aunque no alcanza la fama internacional de la vecina isla de Ibiza, la noche mallorquina es sin duda uno de los atractivos de la isla. En la capital, los mejores sitios para salir de fiesta son el Paseo Marítimo y los barrios del centro urbano. En el Paseo Marítimo, donde no es raro encontrarse a famosos que pasan sus vacaciones en Palma, encontramos discotecas míticas como Tito, con su alfombra roja por donde antaño pasaron varias estrellas de Hollywood. En la zona de Arenal, a 10 minutos del centro, podemos elegir entre el desfase de la discoteca El Megapark o el sunset mood de Purobeach club, donde disfrutar de un cocktail con la puesta de sol de fondo.
Tanto el centro histórico como los barrios de La Lonja y Santa Catalina son perfectos para comenzar la noche escuchando música en directo con un cocktail. Para esto, entre los mejores están Jazz Voyeur Club, Ábaco Cocktail Bar –atención a la lluvia de pétalos de medianoche-, Blue Jazz Club o Plaça Mercat. El minimalista y vintage bar Nicolás también es famoso por su larga carta de cocktails. Y para acabar la noche bailando sin tener que ir al Paseo Marítimo, en Santa Catalina podemos ir al Brooklyn Club o al Kaelum.