Pese a tratarse de una obra no acabada, la Sagrada Familia recibe cada año a más de 4 millones de turistas, habiéndole arrebatado recientemente el título de monumento más visitado de España a la Alhambra de Granada. Y es que podríamos afirmar que su condición de obra en curso le aporta un valor extra, puesto que pocas veces el viajero tiene la suerte de asistir en directo a la culminación de un proyecto arquitectónico de semejante envergadura, fruto de la genialidad de Antoni Gaudí, un arista polifacético del que Elies Rogent, director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona en el momento en que Gaudí terminó sus estudios, afirmó: “No sé si hemos dado el título a un loco o a un genio, el tiempo lo dirá”.
La Sagrada Familia, la última huella de Gaudí en Barcelona
La semilla que dio lugar dos décadas más tarde a la edificación del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia fue la fundación en 1866 de la Asociación Espiritual de Devotos de San José por Josep Maria Bocabella i Verdaguer. Dicha asociación determinó en 1874 construir un templo dedicado a la Sagrada Familia, y en 1881, tras recibir diferentes donativos, adquirió el terreno ubicado entre las calles Mallorca, Sandenya, Provença y Marina donde actualmente se alza imponente la basílica.
La primera piedra de la Sagrada Familia fue colocada el 19 de marzo del año siguiente, coincidiendo con la festividad de San José. Su proyecto respondía al diseño neogótico planteado por el arquitecto diocesano Francisco de Paula Villar y Lozano, quien, pese a iniciar la construcción de la cripta, renunció al poco tiempo a la dirección de la obra por desacuerdos con los promotores de la basílica. Así pues, en 1883 Antoni Gaudí tomó las riendas del proyecto, abordando en primer término la finalización de la cripta y el ábside.
No obstante, la recepción de un generoso donativo anónimo hizo cambiar de idea a Gaudí y, en lugar de continuar con las trazas que le habían sido asignadas, planteó un proyecto más monumental y propio de su universo creativo, del cual podemos encontrar otros testimonios célebres en el centro de la capital catalana, como la casa Batlló, la casa Milà o el Park Güell. Si bien a la muerte de Gaudí, en 1926, solo se había erigido una de las tres fachadas —la del Nacimiento— y el primer campanario, el de Reus dejó todo tipo de planos, dibujos y maquetas, los cuales resultaron fundamentales para que sus colaboradores cercanos pudieran proseguir la obra.
¿Cuándo se podrá ver la Sagrada Familia terminada?
Tras el fallecimiento de Antoni Gaudí, han sido muchos los arquitectos y escultores que han trabajado en la Sagrada Familia con el objetivo de que la basílica, un templo erigido por y para el pueblo, pueda contemplarse al fin sin grúas depositando piedras o esculturas en sus cubiertas. Entre los primeros cabe destacar a Domènec Sugrañes (colaborador cercano de Gaudí), Isidre Puig-Boada, Lluís Bonet i Garí, Francesc de Paula Cardoner i Blanch, Jordi Bonet i Armengol y Jordi Faulí Oller, quien actualmente se encuentra al frente de las obras. Asimismo, en la vertiente escultórica sobresalen el catalán Josep Maria Subirach y el japonés Etsuro Sotoo. Uno de los atractivos y de los aspectos diferenciales de la Sagrada Familia respecto a otros monumentos es que ha sabido establecer un correcto equilibrio entre la libertad creativa de estos artistas y las directrices originales de Gaudí.
Pero la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿cuándo se terminará la Sagrada Familia? Según manifiestan desde el equipo de Jordi Faulí, la intención es finalizar en 2022 la torre de Jesucristo (de aproximadamente 170 metros de altura) y rematar el proyecto arquitectónico en 2026, haciéndolo coincidir de esta forma con el centenario de la muerte de Antoni Gaudí.
¿Qué puedes ver en la Sagrada Familia de Barcelona?
Las portadas
La Sagrada Familia dispone de tres portadas monumentales: la del Nacimiento, que es la única terminada en vida de Gaudí; la de la Pasión, donde se puede disfrutar del personalísimo estilo del escultor barcelonés Josep Maria Subirach, y la de la Gloria, que será la principal y la que ha generado más polémica, ya que, de seguirse a rajatabla el plan de Gaudí, será necesario derribar la manzana de viviendas emplazada frente a la misma.
Las torres de la Sagrada Familia
Sin duda, estas estructuras cónicas que avanzan hacia al cielo de la Ciudad Condal son uno de los elementos referenciales del paisaje urbano barcelonés. Lo serán más aún cuando, si se cumplen los plazos, en 2026 estén acompañadas por las cuatro torres de los Evangelistas, el cimborrio de la Virgen y la impresionante torre de Jesucristo.
El interior de la Sagrada Familia
Ingresar a la Sagrada Familia es siempre un espectáculo visual. No obstante, este se acentúa si el día es soleado, pues podréis disfrutar entonces de las coloridas vidrieras y de los hermosos y cambiantes juegos cromáticos que crean al tamizar la luz. Asimismo, podréis recrearos en las columnas que ascienden ramificándose hacia las elevadas bóvedas, espacio en el que aparece un bosque arquitectónico de una belleza solo al alcance de un creador de universos constructivos como Gaudí.
¿Sabías que en catalán gaudir significa disfrutar? Pues eso, prepárate para gaudir de la obra más emblemática de Antoni Gaudí.