Enclavada en la Costa Brava, Ampuriabrava es un destino que sorprende y cautiva por su singularidad. Conocida como la «Venecia del Mediterráneo», esta localidad es famosa por su extensa red de 25 kilómetros de canales navegables que serpentean entre residencias lujosas y embarcaciones de todo tipo. Su peculiar diseño urbano, que la convierte en uno de los puertos deportivos residenciales más grandes del mundo, hace de Ampuriabrava un lugar único, donde la vida gira en torno al mar. Más allá de su infraestructura marítima, este rincón del Empordà ofrece playas doradas, una vibrante oferta de actividades acuáticas y una excelente gastronomía que seduce a los visitantes.

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Historia de la localidad: Ampuriabrava, de humedales a puerto residencial de lujo

La historia de Ampuriabrava es relativamente reciente, pero no por ello menos interesante. Antes de convertirse en la moderna urbanización que es hoy, esta zona era una vasta extensión de humedales conocidos como los Aiguamolls de l’Empordà (en español, las Marismas del Ampurdán). Durante siglos, esta área fue un refugio para aves migratorias y un lugar de cultivo para los habitantes de la región. Sin embargo, en la década de 1960, un ambicioso proyecto de urbanización transformó radicalmente el paisaje pese a las fuertes protestas de agricultores y ecologistas.

El proyecto fue impulsado por la visión de crear una marina residencial en la costa catalana, similar a las que existían en la Florida o la Riviera Francesa, que a su vez se inspiraron en Venecia. Así nació Ampuriabrava en 1967, concebida desde el principio como un destino turístico exclusivo, con canales artificiales que permitieran a los propietarios de las viviendas tener acceso directo al mar desde sus jardines. Esta transformación marcó el comienzo de una nueva era para la zona, atrayendo a una clientela internacional que buscaba una segunda residencia en un entorno privilegiado.

A lo largo de las décadas, Ampuriabrava ha mantenido su esencia náutica, adaptándose a las demandas del turismo moderno sin perder su carácter distintivo. Hoy en día, es un lugar donde se mezclan la modernidad y el respeto por un entorno natural protegido, con una oferta turística que sigue creciendo y diversificándose.

Actividades y atracciones por tierra, mar y aire

Ampuriabrava es un paraíso para los amantes del mar y las actividades náuticas. Con más de 25 kilómetros de canales navegables, la navegación es una de las actividades principales. Los visitantes pueden alquilar pequeñas embarcaciones y explorar los canales a su propio ritmo, disfrutando de la tranquilidad que ofrece este singular entorno acuático. Para aquellos que buscan más adrenalina, la ciudad ofrece la posibilidad de practicar deportes acuáticos como el windsurf, el kitesurf o el esquí acuático en sus playas y en la cercana Bahía de Rosas.

Una de las atracciones más destacadas es el túnel de viento de Skydive Empuriabrava, uno de los más grandes de Europa. Este túnel ofrece la experiencia de volar sin la necesidad de saltar de un avión, lo que lo convierte en una actividad emocionante tanto para principiantes como para expertos. Además, la ciudad es un referente mundial para el paracaidismo, y la escuela de Skydive Empuriabrava atrae a miles de entusiastas de todo el mundo, quienes disfrutan de las impresionantes vistas de la Costa Brava desde el cielo.

Si prefieres mantener los pies en tierra firme, Ampuriabrava también ofrece opciones como paseos en bicicleta por las rutas que bordean los canales, o caminatas por el Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà, un espacio protegido que conserva parte de los antiguos humedales. Este parque es ideal para la observación de aves, con más de 300 especies que habitan o pasan por la zona durante las migraciones.

Playas cercanas: siete kilómetros de arenas doradas y aguas cristalinas

Las playas de Ampuriabrava son otro de sus grandes atractivos, con 7 kilómetros de playas en una franja costera de alto interés natural. La Playa de Ampuriabrava es la más cercana y popular, con una extensión de 1,3 kilómetros de arena fina y dorada. Situada entre la bocana de acceso a la marina residencial y la desembocadura del río Muga, esta playa es ideal para familias, gracias a sus aguas tranquilas y poco profundas, y cuenta con todos los servicios necesarios para disfrutar de un día completo bajo el sol, como alquiler de hamacas, chiringuitos, actividades acuáticas, un parque infantil y pistas deportivas.

A poca distancia, se encuentra la Playa de la Rubina, conocida por los locales como la playa salvaje. La única que ha quedado a salvo de la explotación urbanística, está rodeada de dunas y pequeñas lagunas típicas de esta zona de marismas. Es la única playa en la región donde se permite el acceso con perros y la práctica del kitesurf, siendo muy apreciada por los aficionados a este deporte, quienes encuentran en sus vientos y amplios espacios las condiciones ideales para practicarlo.

Si te alejas un poco más, puedes llegar a la Cala Montgó, situada en un entorno natural privilegiado y rodeada de acantilados. Esta cala es perfecta para quienes buscan un ambiente más tranquilo y relajado, lejos del bullicio. Además, es un excelente lugar para practicar snorkel, gracias a la claridad de sus aguas y la riqueza de su fondo marino.

Dónde comer: sabores mediterráneos en cada rincón

Ampuriabrava ofrece una amplia oferta gastronómica que se adapta a todos los gustos y presupuestos, pero siempre con un denominador común: la calidad de sus ingredientes y el sabor mediterráneo que impregna cada plato. Los pescados y mariscos frescos, acompañados de los productos de la huerta local, son los protagonistas de la mayoría de las cartas en los restaurantes de la ciudad.

Uno de los lugares más recomendados es el Restaurante Portofino, que ofrece una carta basada en la cocina mediterránea con toques creativos. Ubicado en uno de los canales, Portofino destaca por su terraza con vistas al agua, donde puedes disfrutar de especialidades como el arroz caldoso de marisco o la fideuá.

Otra opción excelente es el Restaurante Can Felix, conocido por su cocina catalana y su ambiente acogedor. Aquí, puedes degustar platos tradicionales como el suquet de peix o la escalivada, siempre elaborados con productos frescos y de proximidad.

Para una experiencia más informal, en la playa de la Rubina, el Xiringuito X es una opción perfecta para tumbarse en una de las hamacas con un mojito y contemplar el atardecer delante del mar. Tienen barbacoa y casi todas las noches de verano hay música en directo. Además, los martes con la consumición regalan sardinas a la brasa.

Localidades cercanas: explorando el Empordà más auténtico

Ampuriabrava es un excelente punto de partida para explorar otros lugares de interés en el Empordà. A solo unos minutos en coche se encuentra Castelló d’Empúries, un encantador pueblo medieval con un impresionante patrimonio histórico. Su Basílica de Santa María, conocida como la catedral del Empordà, es una visita obligada, al igual que su casco antiguo, que conserva el trazado original de la época medieval.

Otra localidad que merece una visita es Roses, situada a unos 15 kilómetros al norte de Ampuriabrava. Roses es famosa por sus playas y su animado puerto, pero también por su historia que se remonta a la época griega. La Ciudadela de Roses, una fortificación que alberga restos arqueológicos de varias épocas, es uno de los principales atractivos culturales de la zona.

Finalmente, no puedes dejar de visitar Cadaqués, uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava. Con sus casas blancas y sus estrechas calles empedradas, Cadaqués ha sido una fuente de inspiración para artistas como Salvador Dalí, quien tenía su residencia en la cercana cala de Portlligat. Este pintoresco pueblo es ideal para perderse por sus rincones y disfrutar de la serenidad que ofrece su entorno.

El pueblo de cadaqués