Situada a 40 minutos en coche de Bilbao, lo primero que sorprende de Orduña es su ubicación: pese a formar parte de la provincia de Bizkaia, se trata de una ‘isla’ geográfica, rodeada por tierras alavesas y castellanas. Y es que esta localidad, la única de la provincia que ostenta el título de ‘ciudad’, fue desde su fundación en el siglo XIII un enclave aduanero y comercial de gran importancia en la ruta que unía Castilla con el norte de Europa. Orduña ha retenido aquel esplendor medieval con un conjunto histórico-monumental de gran valor que ha resistido al paso del tiempo. Recorrer sus calles empedradas o la Plaza de los Fueros, la mayor plaza medieval del País Vasco, es como pasear por un libro de historia donde cada esquina tiene una historia que contar. Desde su casco histórico, repleto de palacios y templos, hasta los verdes paisajes montañosos que la rodean, Orduña ofrece una experiencia única para quien busca cultura, gastronomía y naturaleza.

    1. Historia de la localidad: Orduña, paso histórico entre Castilla y los puertos del mar Cantábrico
    2. Qué puedes ver en tu visita a Orduña: regreso a un pasado de esplendor que aún está muy vivo
    3. Dónde comer en Orduña: sabores para sentirse en un caserío vasco
    4. Qué puedes ver en los alrededores: en busca de la cascada más alta de la Península

Historia de la localidad: Orduña, paso histórico entre Castilla y los puertos del mar Cantábrico

Orduña, conocida en euskera como Urduña, ha sido testigo del paso de comerciantes, peregrinos y guerreros desde su fundación en 1229. El Rey Alfonso X el Sabio concedió el título de ciudad a Orduña en 1264, reconociendo su importancia como núcleo comercial gracias a su ubicación en la ruta que conectaba la Meseta Central con el puerto de Bilbao. Este privilegio le permitió desarrollar ferias y mercados que atrajeron a mercaderes de distintas partes de la península, enriqueciendo tanto su economía como su carácter cultural. Además, su posición estratégica hizo de Orduña un punto defensivo vital durante las guerras carlistas del siglo XIX, reflejándose en la arquitectura de sus edificios más emblemáticos y en su disposición urbana.

El conjunto amurallado de Orduña, que se mantiene en pie en un 65%, es una herencia viva de su pasado defensivo y mercantil. Dentro de sus murallas, aún se conservan edificios monumentales como el Santuario de la Antigua, una obra maestra del gótico que data del siglo XV y que, durante años, ha sido un símbolo de peregrinación y devoción religiosa. Junto a este, el Palacio de Oñacinos y la Iglesia de Santa María son ejemplos del esplendor renacentista y barroco de la ciudad. La plaza de los Fueros, corazón del casco antiguo, es otro reflejo del poderío comercial que tuvo Orduña, donde todavía hoy se puede sentir el eco de los intercambios y transacciones que marcaron su auge.

Orduña también tuvo un papel destacado en la historia del transporte y la comunicación entre la Meseta y el norte de la península. Durante los siglos XVIII y XIX, fue uno de los lugares claves para el control del comercio de trigo entre Castilla y Bilbao, lo que llevó a la construcción de los Almacenes Reales de Orduña, una imponente obra de ingeniería que refleja el esplendor económico de la época. La llegada del ferrocarril a finales del siglo XIX reforzó aún más este carácter de nudo de comunicación y centro comercial. Hoy, la Estación de Orduña es un recordatorio de este pasado próspero, con su estilo neoclásico que contrasta con la modernidad de los tiempos actuales.

Qué puedes ver en tu visita a Orduña: regreso a un pasado de esplendor que aún está muy vivo

Casco Histórico: el latido del pasado medieval en cada esquina

El casco histórico de Orduña es uno de sus mayores atractivos. Declarado Conjunto Monumental, ofrece un recorrido por la arquitectura y la historia de la ciudad. Al pasear por sus calles empedradas, el viajero se encuentra con antiguos palacetes, plazas majestuosas y rincones llenos de encanto. La Plaza de los Fueros, con sus arcadas y edificios de piedra, es el corazón de la vida social y cultural de Orduña. Fue, durante siglos, el lugar donde se mercadeaba y se aplicaba un gravamen a las mercancías que llegaban de la meseta hacia el mar, entre las que destacaban la lana, el hierro, el grano, tapices, trípticos y retablos. Este espacio es ideal para detenerse a observar el ir y venir de la gente, mientras se disfruta de la arquitectura que mezcla estilos gótico, renacentista y barroco.

Entre los edificios más emblemáticos del casco histórico, destaca la Casa Consistorial, una construcción del siglo XVIII con su característica torre de reloj. También merece mención el Antiguo Hospital del Espíritu Santo, hoy convertido en un centro cultural, que ofrece exposiciones y eventos a lo largo del año. Perderse por las calles del casco antiguo es adentrarse en la historia de Orduña y descubrir los detalles que hacen de esta ciudad un lugar tan especial.

Santuario de la Antigua: ascenso al refugio espiritual de la “Amatxu”, patrona de la ciudad

Ubicado en una colina que domina la ciudad, el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua es uno de los lugares más venerados de Orduña. Este imponente edificio de estilo gótico, construido entre los siglos XIV y XV, alberga a la “Amatxu”, patrona de la ciudad que protege a los habitantes de Orduña desde la Edad Media, y es un destino de peregrinación para los locales, que cada año en su honor celebran los “otxomaios”, las fiestas patronales de Orduña. Su fachada de piedra, sobria y elegante, y su impresionante campanario destacan entre la vegetación que lo rodea.

El interior del santuario es igualmente impresionante. Los visitantes pueden admirar su retablo mayor, una obra maestra del arte renacentista, y la imagen de la Virgen de la Antigua, que según la tradición, protegió a la ciudad de un ataque enemigo. Además, el santuario ofrece vistas panorámicas espectaculares de Orduña y los valles circundantes, convirtiéndolo en un lugar perfecto para la meditación y la contemplación. No es raro que muchos visitantes se queden un rato disfrutando de la serenidad y la belleza del entorno.

Santuario de la Antigua

Iglesia de Santa María: arte gótico que te hace recuperar la fe

La Iglesia de Santa María, situada en el centro de Orduña, es otro de los tesoros arquitectónicos de la ciudad. Este templo, construido entre los siglos XV y XVI, es un magnífico ejemplo del gótico vasco. Su fachada, con un impresionante rosetón y portal tallado en piedra, es una muestra de la habilidad de los artesanos de la época. En el interior, la iglesia sorprende con su nave central amplia, sus bóvedas de crucería y su altar mayor ricamente decorado.

La iglesia es también conocida por su órgano barroco, que aún hoy se utiliza para conciertos y celebraciones religiosas. Además, los detalles del interior, como las capillas laterales y las esculturas de madera, cuentan historias de fe y devoción que han perdurado a lo largo de los siglos. Una visita a la Iglesia de Santa María es una oportunidad para sumergirse en la espiritualidad y la historia de Orduña.

Palacios: las joyas ocultas de la aristocracia orduñesa

Orduña alberga varios palacios señoriales que narran la historia de la antigua aristocracia que habitó la ciudad. Entre los más destacados se encuentra el Palacio de Ortés de Velasco, una elegante construcción del siglo XVI, de carácter claramente castrense y estilo renacentista. Este edificio, con su imponente fachada de sillería y su escudo nobiliario, refleja el poder y la influencia de sus antiguos propietarios.

Otro edificio notable es el Palacio Díaz Pimienta, una joya del barroco tardío construida por orden de Juan Antonio Díaz Pimienta, un marino que hizo fortuna en América. El palacio impresiona por su portada de piedra con columnas y balcones decorados, y por los escudos heráldicos que aún se conservan en su fachada. Pasear por Orduña es descubrir estos edificios señoriales escondidos que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad.

Dónde comer en Orduña: sabores para sentirse en un caserío vasco

La gastronomía de Orduña es tan rica y variada como su historia. La ciudad ofrece una gran variedad de opciones para degustar la cocina tradicional vasca en un ambiente acogedor y auténtico. Uno de los lugares más recomendados es el Restaurante Hiria, donde puede hacerse una degustación de bacalao, servido en diferentes preparaciones.

Otra opción excelente es el Restaurante Beltza Gorri, conocido por su menú de degustación que combina sabores tradicionales con toques de modernidad. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de platos como la tortilla de patatas, el bacalao a la vizcaína o el cordero asado, acompañados de vinos locales. Los pintxos y los platos del día también son una opción ideal para quienes buscan una experiencia gastronómica más casual.

Qué puedes ver en los alrededores: en busca de la cascada más alta de la Península

Los alrededores de Orduña ofrecen un sinfín de posibilidades para los amantes de la naturaleza y la aventura. A pocos kilómetros de la ciudad, se encuentra el Parque Natural del Gorbeia, una de las áreas protegidas más grandes del País Vasco. Este parque es ideal para el senderismo y las rutas en bicicleta, con rutas que llevan a los visitantes a través de bosques frondosos, montañas y cascadas impresionantes, como la Cascada de Gujuli, una caída de agua de más de 100 metros de altura.

Hayedo de Otzarreta, Parque Natural de Gorbeia

Otro lugar cercano que merece una visita es el Monumento Natural del Monte Santiago, conocido por su espectacular Salto del Nervión, la cascada más alta de la Península Ibérica. Este impresionante paraje natural ofrece vistas espectaculares y es el escenario perfecto para una excursión de un día. Los caminos bien señalizados y los miradores estratégicamente situados hacen que la experiencia sea accesible para todos los niveles.