Enclavado en la costa de Bizkaia y abrazado por el Golfo de Vizcaya, Bakio se despliega como un destino donde el paisaje costero y las montañas se entrelazan en una armonía perfecta. Aunque es célebre por sus playas que atraen a surfistas de todo el mundo, esta pequeña localidad guarda historias y rincones que invitan a detenerse y explorarlo con una mirada más atenta. Aquí, el vino de txakoli brota de las vides que miran al Atlántico, y la tradición vasca se percibe en cada esquina, desde sus antiguas casas solariegas hasta la imponente silueta de San Juan de Gaztelugatxe, una joya patrimonial que bien merece una excursión. Bakio no es solo un lugar para visitar; es una experiencia sensorial donde el viajero siente el pulso de la cultura y la naturaleza vasca en cada rincón.
- Historia de la localidad: Bakio, entre viñedos y tradición marinera
- Qué podrás ver en tu visita: un paseo por la esencia de Bakio
- Playa de Bakio: un paraíso para surfistas y amantes del mar
- Dónde comer: marmitako y otros manjares vascos con vistas al mar
- Visitas cercanas: San Juan de Gaztelugatxe, el gran reclamo de Bakio
Historia de la localidad: Bakio, entre viñedos y tradición marinera
Bakio ha estado vinculado históricamente tanto al mar como a la tierra, elementos que han definido su identidad a lo largo de los siglos. Durante siglos, este rincón costero fue conocido por su producción de txakoli, el característico vino blanco vasco que aún hoy sigue siendo un referente en la región. Las laderas orientadas al mar se han dedicado al cultivo de la vid desde tiempos inmemoriales, y el clima templado de la zona, favorecido por la cercanía al mar, ha permitido que las vides prosperen, proporcionando a Bakio una de sus señas de identidad más profundas.
La historia de Bakio no se limita a su tradición vinícola. Durante el siglo XIX, la localidad comenzó a ganar popularidad como destino de veraneo para la burguesía bilbaína, que construyó grandes caserones y villas a lo largo de la costa. Estas casas solariegas, muchas de las cuales aún sobreviven, dotaron a Bakio de un aire señorial que todavía se respira en algunos de sus barrios. Este crecimiento impulsado por el turismo estival hizo que Bakio se adaptara a la afluencia de visitantes, sin perder su esencia rural ni sus profundas raíces vascas.
En sus alrededores, la presencia de hitos como San Juan de Gaztelugatxe, un islote coronado por una ermita y envuelto en leyendas marineras, añade una capa de misticismo y tradición a la historia de Bakio. El acceso al islote, a través de un sinuoso camino y empinadas escaleras, recuerda las antiguas peregrinaciones que hacían los pescadores para pedir protección en sus travesías marítimas. Este santuario sigue siendo un símbolo de la devoción de los locales y uno de los puntos más icónicos de la costa vasca.
Otro aspecto clave en la historia de Bakio es su conexión con el Camino de Santiago. Al estar situada en la ruta costera del Camino, Bakio ha sido un lugar de paso para peregrinos durante siglos. Hoy en día, todavía se pueden ver vestigios de esta historia en las iglesias y monumentos que salpican el paisaje rural. Aunque ha experimentado un auge turístico en los últimos años, Bakio ha sabido mantener su esencia, conservando su arquitectura tradicional y su ambiente tranquilo.
Qué podrás ver en tu visita: un paseo por la esencia de Bakio
Aunque Bakio es principalmente conocido por su playa y el vínculo con el surf, la localidad tiene mucho más que ofrecer al viajero curioso. El primer punto de interés es, sin duda, la Ermita de San Juan de Gaztelugatxe, una pequeña iglesia situada en lo alto de una colina en un islote frente a la costa. El acceso a la ermita implica subir más de 200 escalones, pero la vista desde la cima recompensa con creces el esfuerzo. Este lugar es tan especial que ha sido utilizado como escenario en series tan icónicas como Juego de Tronos, convirtiéndose en un destino de peregrinación tanto para los amantes de la cultura popular como para los viajeros que buscan un rincón único.
Bakio también destaca por su tradición vinícola, y uno de los lugares imprescindibles es el Txakolingune, el Museo del Txakoli. Este espacio está dedicado al vino blanco tradicional del País Vasco y ofrece una inmersión en la cultura de la viticultura local. Aquí podrás aprender sobre la historia de este peculiar vino, su proceso de producción y su relación con el paisaje y la gastronomía vasca. No te pierdas la oportunidad de degustar algunos de los mejores txakolis de la región.
Otro punto de interés en Bakio es la Ermita de San Pelayo, situada en un entorno natural privilegiado. Esta pequeña iglesia rural del siglo XII es uno de los pocos ejemplos de arquitectura románica en la región y está rodeada de un ambiente tranquilo, perfecto para una breve parada durante tu exploración de la localidad. Destaca el pórtico de madera que rodea la iglesia.
Además, si te interesa la historia más reciente de Bakio, te sugerimos un recorrido por los Palacios de Bakio, entre los que destacan los de Ormatxa y Elexpuru, la Villa Quinta Torre, el Palacio Feliena, o la Casa Torre de Balanda. Muchos de estos palacetes pertenecieron a indianos que hicieron fortuna en América y después volvieron a su pueblo a vivir como ricos. Otro paseo interesante es el Camino de los Caseríos, donde podrás descubrir algunas de las casas tradicionales vascas que aún hoy se mantienen en pie. Estos caseríos son testimonio de la vida rural de la región y del fuerte vínculo de Bakio con su entorno agrícola.
Playa de Bakio: un paraíso para surfistas y amantes del mar
Si hay algo que caracteriza a Bakio, es su playa. Con más de un kilómetro de arena dorada, la Playa de Bakio es una de las más extensas de la costa vizcaína y un auténtico paraíso para los surfistas. Gracias a su oleaje constante y sus buenas condiciones climáticas durante la mayor parte del año, esta playa ha sido un punto de referencia para los amantes del surf, tanto principiantes como expertos.
Además del surf, la Playa de Bakio es ideal para familias y aquellos que simplemente desean disfrutar de un día relajante al sol. El paseo marítimo, lleno de bares y restaurantes, es el lugar perfecto para pasear mientras disfrutas de las vistas al mar. Durante los meses de verano, la playa se llena de vida con eventos y actividades para todos los gustos, desde clases de surf hasta yoga al aire libre.
Sin embargo, Bakio no solo es sinónimo de playa. Su entorno natural, rodeado de montañas y acantilados, ofrece numerosas rutas de senderismo que permiten disfrutar de las mejores vistas del mar Cantábrico. Caminos que serpentean entre viñedos y bosques te llevarán a descubrir rincones ocultos y miradores desde los que contemplar la inmensidad del océano.
Dónde comer: marmitako y otros manjares vascos con vistas al mar
La gastronomía es otro de los grandes atractivos de Bakio. Como en toda la costa vasca, aquí los productos del mar son los grandes protagonistas de la mesa. Los restaurantes locales ofrecen una amplia variedad de platos a base de pescado fresco, como el besugo a la parrilla o el marmitako, un guiso de bonito con patatas que es uno de los platos más emblemáticos de la cocina marinera vasca.
Uno de los lugares más recomendados para comer en Bakio es el Restaurante Eneperi, que no solo es conocido por su excelente cocina, sino también por su espectacular ubicación junto al mar, con vistas a San Juan de Gaztelugatxe. Aquí puedes probar desde pescados frescos hasta carnes de calidad, todo maridado con txakoli local.
Otro de los restaurantes más recomendados es Gotzon Jatetxea, que ofrece cocina vasca tradicional con productos de temporada, especialmente pescados y carnes, y está avalado por la Guía Michelin. En los alrededores de Bakio también encontrarás sidrerías tradicionales donde podrás acompañar la comida con sidra vasca artesanal.
Visitas cercanas: San Juan de Gaztelugatxe, el gran reclamo de Bakio
Uno de los mayores atractivos de Bakio, como ya hemos mencionado, es su cercanía a lugares tan emblemáticos como San Juan de Gaztelugatxe. A tan solo 6 kilómetros del pueblo, esta impresionante ermita enclavada en lo alto de un islote rocoso es uno de los sitios más visitados de la costa vasca.
Si prefieres explorar la naturaleza en su estado más puro, el Parque Natural de Urdaibai está a poca distancia de Bakio. Este espacio protegido es una reserva de la biosfera donde se pueden observar aves migratorias, caminar entre marismas y disfrutar de paisajes únicos de la costa vasca. El parque también alberga playas más tranquilas y rutas de senderismo que te permitirán sumergirte en la tranquilidad del entorno.
Otro lugar cercano que merece una visita es el Museo Guggenheim en Bilbao, uno de los museos más importantes del mundo dedicado al arte contemporáneo. A solo media hora en coche desde Bakio, este edificio, diseñado por Frank Gehry, es en sí mismo una obra de arte, con su estructura de titanio que refleja la luz y el agua del río Nervión.