Mieres es de esos pueblos agujereados por la historia que muestra orgulloso las cicatrices de su pasado, convertido en modo de vida. Durante décadas fue el centro de la minería asturiana, lo que provocó un enorme desarrollo industrial que ahora se acomoda entre el turismo sostenible de quienes buscan un respiro verde junto al río Nalón.

  1. Historia y contexto de la localidad
  2. Qué ver en Mieres
  3. Dónde comer
  4. Visitas y naturaleza en los alrededores

Historia y contexto de la localidad

Durante casi toda su historia, Mieres ha sido un punto de conexión entre Asturias y la Meseta por su situación geográfica. De hecho, fueron los romanos los que atravesaron la zona con una calzada que engancha con la Vía de la Plata desde tiempos de Octavio Augusto y luego fue paso obligado para los peregrinos del Camino de Santiago, al estar cerca de la Catedral de Oviedo. Ya en el siglo XVIII, la famosa carretera de Castilla atravesaba este municipio.

Sin embargo, su desarrollo moderno vino de la mano de la explotación minera que encontró en Mieres uno de los puntos importantes con la creación, en la década de 1840, de la Asturian Coal and Iron Company, de la mano de inversores ingleses y luego franceses.

La apertura de la gran fábrica metalúrgica atrajo a muchos trabajadores y convirtió a Mieres en un lugar industrializado y desarrollado, pero también sufrió mucho con la crisis del carbón, el cierre de las minas y fábricas y los despidos masivos.

Qué ver en Mieres

Mieres está muy asociado a la industria minera que arrancaron los ingleses en el siglo XIX y que transformó esta zona. Por los alrededores podemos ver todavía restos casi arqueológicos de esta industria, como el Pueblo Minero de Bustiello o el Museo al aire libre de la antigua mina el Mosquil. Y en el pueblo la huella más importante de este pasado minero sigue siendo la sede de la Fábrica de Mieres, creada en 1840 para trabajar con el carbón que se extraía de las cuencas vecinas.

Mina Asturias

Ahora se ha levantado un campus universitario en estas instalaciones, pero aún quedan restos que nos permiten imaginar cómo fue el Mieres de hace un siglo. Podemos ver el castillete del pozo Barreo; la sede de la anterior central termoeléctrica que ahora es propiedad de la Federación Asturiana de la Energía; o el increíble socavón de Mariana, que nos acerca a cómo pudo ser este monstruo industrial en plena producción. El homenaje a todos estos trabajadores es el Monumento internacional al minero, del escultor Miguel Ángel Lombardía.

Otra de las señas de identidad de Mieres es la plaza de Requexu o plaza San Juan, donde se ubica la iglesia del mismo nombre, de inspiración neobarroca, y alrededor de la que podemos encontrar numerosos bares y tabernas donde tomar la mejor sidra de la zona. Ahí, justamente, se ubica el Monumento al Escanciador.

La Casa Consistorial puede ser nuestra siguiente parada, en una zona llena de edificios históricos, que destaca por el reloj, la campana y la veleta que marcan su alta fachada principal.

En esta plaza está ubicado “El Fuerte”, una muralla de sillares que ahora recoge un jardín pero que durante la Guerra Civil española fue un refugio antiaéreo que se puede ver en los laterales. En este espacio se realiza cada junio la famosa Hoguera de San Juan que celebra Mieres.

Algunos restos de las casonas importantes del pueblo podemos verlas en el Palacio del Marqués de Camposagrado, hoy el instituto de la localidad pero que ha conservado su arquitectura exterior; o La Casa Duró, cerca de la capilla del Carmen, y que es representativa de una casona semiurbana.

Dónde comer

La gastronomía en Mieres es, sin duda, un buen motivo para visitar este pueblo ya que además de la típica fabada asturianas o de un cordero asado o una merluza a la sidra, este concejo tiene su propia especialidad de pote, que se hace con el rabadal del cerdo, y cualquier postre que tenga queso de Urbiés, hecho con leche de vaca.

Por supuesto, todo acompañado de una riquísima sidra. Para los que prefieran vinos, cuentan con algunos muy buenos.

Son muchas las opciones para comer en Mieres, desde sidrerías tradicionales y tabernas hasta un restaurante recomendado en la Guía Michelin como es el Cenador del Azul, situado en una clásica casa asturiana.

Entre las otras opciones, el restaurante El Coto, donde comer un buen pote, la Taberna del Bolo, con raciones generosas, o El Rincón de la Sidra, donde la selección de esta típica bebida asturiana nos sorprenderá.

Parque Natura de Urbiñas
Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa

Visitas y naturaleza en los alrededores

El Valle del río Nalón y todo lo que rodea Mieres es una maravilla natural por la diversidad de sus paisajes (montañas, valles, ríos) que se pueden recorrer caminando o en bicicleta. De hecho, el concejo está lleno de rutas diferentes, aptas para todo tipo de viajeros, y que atraviesan un trozo de sus tesoros naturales y forma parte del Anillo Ciclista de la Montaña Central.

Una de las opciones más destacadas es la que circula por el Río Caudal, que parte de Uxo y que supone caminar unos 8 kilómetros cruzando varios puentes y paisajes muy bellos.

También tenemos la de Ruta Cordal de Urbiés, de casi 10 kilómetros y que recorre el espacio protegido de las Cuencas Mineras, o hacer la Ruta de la Plata que atraviesa la región y que nos puede llevar incluso a varias etapas.

Otra bonita excursión es visitar el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa, a unos 30 kilómetros de Mieres y donde se pueden ver algunos ejemplares de aves únicas.