El SS Thistlegorm es uno de los naufragios más legendarios del mar Rojo y un lugar icónico para los amantes del buceo en todo el mundo. Hundido en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial, este carguero británico reposa hoy en las profundidades marinas, donde su cargamento y restos se han transformado en un fascinante museo submarino. Bucear en el Thistlegorm no es solo una oportunidad de explorar los restos de un barco que fue testigo de la historia, sino también de descubrir la vibrante vida marina que ha colonizado su estructura a lo largo de las décadas. Este gigante de acero, situado en las cercanías del estrecho de Gubal, ha cautivado a buceadores de todos los niveles, quienes se ven atraídos tanto por su importancia histórica como por el asombroso entorno submarino que lo rodea.
- Historia del naufragio: un capítulo olvidado de la Segunda Guerra Mundial
- Buceo en el SS Thistlegorm: una experiencia inolvidable bajo el mar
- Qué podrás ver: una cápsula del tiempo sumergida
- Otros naufragios a explorar: más allá del Thistlegorm
Historia del naufragio: un capítulo olvidado de la Segunda Guerra Mundial
El SS Thistlegorm fue construido en 1940 en el Reino Unido y estaba destinado a servir como buque de suministro para las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial. Con un tonelaje de más de 9,000 toneladas, este carguero estaba equipado para transportar una gran variedad de suministros, desde camiones y motocicletas hasta municiones y armamento. En su último viaje, el Thistlegorm partió de Glasgow dirección Alejandría, Egipto, cargado con equipo militar esencial para las fuerzas británicas en el norte de África.
Sin embargo, la noche del 6 de octubre de 1941, el destino del Thistlegorm cambió trágicamente. Mientras estaba anclado en el estrecho de Gubal, fue atacado por aviones alemanes que, en busca de objetivos militares, lanzaron bombas sobre el barco. Dos explosiones devastadoras perforaron el casco y detonaron el cargamento de municiones, hundiendo el Thistlegorm en cuestión de minutos. De la tripulación, nueve hombres perdieron la vida, mientras que el resto logró escapar en botes salvavidas.
Tras el naufragio, el Thistlegorm permaneció olvidado hasta 1955, cuando el renombrado explorador submarino Jacques Cousteau descubrió los restos del barco. Sin embargo, no fue hasta décadas más tarde que este sitio comenzó a ganar popularidad entre los buceadores recreativos, convirtiéndose en uno de los destinos de buceo más codiciados del mundo.
Buceo en el SS Thistlegorm: una experiencia inolvidable bajo el mar
El buceo en el SS Thistlegorm es una experiencia única que combina la emoción de explorar un naufragio histórico con la riqueza de la vida marina del mar Rojo. Situado a una profundidad de entre solo 15 y 30 metros, el Thistlegorm es accesible para buceadores de diferentes niveles de experiencia, aunque se recomienda contar con una certificación avanzada debido a las corrientes que suelen presentarse en la zona.
Este sitio de buceo se divide en dos áreas principales: el exterior del barco, donde se pueden apreciar los daños causados por el ataque aéreo, y su interior, que alberga un sorprendente inventario de suministros de guerra. Bucear entre los restos del Thistlegorm es como retroceder en el tiempo: los camiones Bedford intactos, las motocicletas BSA, los vagones de tren y hasta los aviones de combate Spitfire permanecen en el lugar, como si el tiempo se hubiera detenido en 1941.
Además del interés histórico, el Thistlegorm ofrece un entorno submarino lleno de vida. Las estructuras del barco se han convertido en un arrecife artificial que atrae a una amplia variedad de especies marinas, desde barracudas y morenas hasta tortugas y peces león. Las aguas cristalinas del mar Rojo y la abundante fauna marina hacen que cada inmersión en el Thistlegorm sea una nueva aventura.
Qué podrás ver: una cápsula del tiempo sumergida
El SS Thistlegorm es una verdadera cápsula del tiempo que ofrece a los buceadores la oportunidad de explorar de cerca los restos de un carguero de la Segunda Guerra Mundial. En el exterior, se pueden ver claramente los impactos de las bombas alemanas que destruyeron el barco, especialmente en la sección de popa, donde las explosiones hicieron estragos en la estructura metálica.
Sin embargo, es el interior del Thistlegorm lo que verdaderamente fascina a los exploradores submarinos. Los dos niveles de la bodega están repletos de suministros militares, muchos de los cuales se encuentran en un estado sorprendentemente bueno después de más de 80 años bajo el agua. Entre los hallazgos más destacados están las motocicletas BSA, alineadas en perfecto orden como si aún estuvieran listas para ser transportadas al frente de batalla. También se pueden encontrar camiones Bedford, neumáticos de repuesto y cajas de municiones, todo ello envuelto en la atmósfera silenciosa y casi fantasmal del naufragio.
Además del equipo militar, el Thistlegorm alberga restos de artículos personales de la tripulación, lo que añade un toque humano a la experiencia. Los buceadores pueden encontrar desde botellas de vino hasta zapatos y utensilios de cocina, objetos que narran la historia no solo de una misión de guerra, sino de las vidas truncadas en el fatídico ataque.
Otros naufragios a explorar: más allá del Thistlegorm
El mar Rojo es conocido por ser uno de los destinos de buceo más impresionantes del mundo, no solo por su vida marina, sino también por la cantidad de naufragios que yacen en sus profundidades. Además del SS Thistlegorm, hay varios naufragios que merecen la atención de los buceadores que buscan aventuras subacuáticas.
Uno de los naufragios más cercanos es el SS Dunraven, un barco mercante británico que se hundió en 1876. Está ubicado en el borde sur de Sha’ab Mahmoud, que también se conoce como Beacon Rock, como a una hora en barco de Ras Mohammed. Aunque es más antiguo que el Thistlegorm, el Dunraven ofrece una experiencia de buceo igualmente fascinante, con su casco cubierto de coral y una rica vida marina que lo rodea. Sus bodegas están abiertas y accesibles, lo que permite a los buceadores nadar a través de los restos y admirar la biodiversidad que se ha asentado allí.
Otro naufragio destacado es el Salem Express, un ferry egipcio que naufragó en 1991 y es considerado uno de los más trágicos debido a la pérdida masiva de vidas (470 personas murieron). Se encuentra en los arrecifes Hyndman, sobre un fondo de arena a unos 30 metros de profundidad. Aunque la inmersión en el Salem Express es controvertida para algunos buceadores debido a su historia, aquellos que deciden explorarlo encuentran un barco relativamente intacto, con detalles que cuentan la historia de su último y desafortunado viaje.