Biar es de esos pueblos en los que la geografía se une para crear un punto mágico en el mapa donde los musulmanes primero y luego los reyes de Castilla y Aragón supieron ver que era un cruce de caminos importantísimos si querían mantener Alicante bajo su poder. Así nació el castillo, parte del centro histórico y el alma de los habitantes de este pueblo que viven ligados a sus peñas, sierras y montañas unidas por senderos increíbles para recorrerlos con tiempo y ánimo.
- Historia de una ciudad entre dos mundos/strong>
- El castillo de Biar y su defensa
- El centro histórico amurallado y medieval
- El santuario de la Virgen y el árbol del plátano
- Dónde comer en Biar y qué platos no perderse
- Visitas cercanas al pueblo
Historia de una ciudad entre dos mundos
Los musulmanes crearon en esta villa uno de sus puntos de defensa más importantes ya que desde sus 700 metros sobre el nivel del mar se controlaba gran parte del valle que acabó siendo la disputada frontera entre Aragón y Castilla.
Dicen que el propio nombre de Biar viene del vocablo árabe que significa “pozo” puesto que las sierras que lo rodean están llenas de manantiales y fuentes de agua. En esta época se levantó el primer castillo y se desarrolló el centro medieval que sigue conformando el corazón del pueblo.
Entre los siglos XII y XIII, Biar fue motivo de lucha entre castellanos y aragoneses hasta que Jaime I el Conquistador, tras cinco meses de asedio, lo anexionó para el reino de Valencia. De esta forma, Villena, a pocos kilómetros, era reino de Castilla y Biar pertenecía a la Corona de Aragón y la divisoria quedó en medio.
El castillo de Biar y su defensa
Es el monumento más llamativo de Biar, que se ve incluso antes de llegar al pueblo. Está situado en un cerro a 750 metros y fue construido por los musulmanes a principios del siglo XII. Todavía podemos ver su doble recinto amurallado y almenado, seguir el paso de ronda con los cuatro espacios exteriores donde se colocaban los vigías y sobre todo disfrutar de la gran torre del Homenaje, de planta cuadrada y 19 metros de altura donde se pueden ver bóvedas de estilo almohade de las más antiguas de España.
También se puede apreciar la antigua barbacana, antes de la entrada al centro histórico de la villa que está rodeada de murallas con dos puertas de acceso, y unas vistas increíbles de todo el valle.
El castillo de Biar se puede visitar todos los días menos los martes, pero con horarios que varían en función de la época del año, así que es mejor consultarlo antes de llegar.
El centro histórico amurallado y medieval
Una de las joyas arquitectónicas de Biar es precisamente su pequeño centro histórico en el que se ha respetado el trazado medieval, sobre todo en la calle de Cortés, que mantiene su bajada en escalera. Además, casi todos los puntos y callejones de este lugar tienen su vista puesta al castillo, la alargada sombra que los protegía de las constantes guerras por los lindes.
En las principales calles y plazas, como la de España, se pueden apreciar casas señoriales pintadas de colores de estilo decimonónico donde se pueden encontrar aún restos de quienes les dieron renombre a Biar.
Destacan las dos puertas de entrada, la de la Vila y la de la Torreta, y la plaza de la Constitución, uno de los lugares más bonitos del pueblo, donde se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el Museo Etnográfico, ubicado en una de estas antiguas casas del siglo XIX totalmente restaurada.
El santuario de la Virgen y el árbol del plátano
Este santuario del siglo XVIII es el lugar espiritual más importante para los habitantes de Biar. Se encuentra a un kilómetro y cuenta con unas vistas increíbles que hacen que merezca la pena la caminata. La iglesia tiene tres naves y una cubierta de bóvedas de crucería en las que se pueden ver representaciones del sol, del escudo del pueblo y del de la Corona de Aragón. Dentro del santuario está la patrona del pueblo, la Virgen de Gracia, del escultor valenciano Juan Estellés.
En este lugar hay una antigua Hospedería donde durante años vivieron los Capuchinos Franciscanos que estuvieron asentados en Biar durante más de tres siglos.
En el camino al santuario tenemos que visitar el Árbol del Plátano, un ejemplar con más de 250 años famoso en todo el pueblo y del que incluso hay quien dice podría haber sido testigo de la historia de Biar desde el siglo XVII.
Dónde comer en Biar y qué platos no perderse
Aunque Biar está situado en el interior de Alicante no es ajeno al plato más famoso de la provincia: el arroz con conejo. Aunque también podemos probar otras variedades como el arroz caldoso o la Olleta, una especie de olla gitana. Así que lo mejor es acudir a un restaurante tradicional para poder chuparse los dedos con la comida tradicional de la zona.
Entre las opciones más populares dentro del pueblo están La Façana o La Serreta Biar, aunque también podemos optar por otros locales fuera del centro.
Visitas cercanas al pueblo
Son muchos los caminos que cruzan Biar, como la Ruta del Cid o el Camino de Santiago y que lo han convertido en un punto de partida para muchos viajeros. Pero Biar también está lleno de senderos que recorren distintas zonas de la Sierra de Mariola como la Fontanella, el Reconco y Penya Tallá y que merece la pena recorrer para disfrutar de sus bosques, sus fuentes y sus vistas.
Además, uno de los elementos que no podemos dejar de visitar alrededor de Biar es el Acueducto Ojival, del que se tienen noticias desde 1490 y que cuenta con más de 70 metros de largo. Esta obra de ingeniería servía para conducir las aguas para el riego salvando una rambla y ahora es uno de los lugares más bonitos para disfrutar de la majestuosidad del castillo de Biar.