El Mercado de Verónicas de Murcia es uno de los más agradables puntos de encuentro para los habitantes de esta ciudad. Y, además, es un lugar de visita casi obligada para aquellas personas que vengan a la capital regional. Sobre todo, si tienen inquietudes (y gustos) gastronómicos.
Desde luego, las decenas de puestos del Mercado de Verónicas suponen en su conjunto un magnífico muestrario de productos de la que, sin duda, es una de las regiones más ricas, diversas y sabrosas del país. Una región donde la comida y todo lo que gira en torno a ella es una parte fundamental de su carácter e historia.
Esto se pone de manifiesto a diario dentro del Mercado de Verónicas de Murcia, que cuenta, además. con un aula gastronómica. En ella el propio Ayuntamiento de la ciudad, propietario del edificio, organiza talleres y clases de cocina sobre diferentes productos y temáticas, enfocados tanto a profesionales como al público aficionado a la gastronomía.
- Historia del mercado, referente del Modernismo murciano
- Gastronomía, qué podrás encontrar: de la huerta y el mar a la cocina
- Puestos y tiendas, los mejores y más populares
Historia del mercado, referente del Modernismo murciano
Es interesante saber que antes de la construcción del actual Mercado de Verónicas, este lugar ya era un importante punto para el comercio en la capital murciana. De hecho, se sabe que desde el siglo XV existía la costumbre de congregarse en la Plaza de San Francisco o El Arenal (es decir, el solar de lo que hoy es el mercado) un buen puñado de productores que suministraban de productos frescos las cocinas y despensas de la localidad.
A principios del siglo XX, coincidiendo con la era industrial, el crecimiento de la ciudad y la modificación de los planes urbanísticos, el Consistorio local decidió ordenar este tipo de comercio con la construcción de un mercado cubierto (o plaza de abastos) en este mismo lugar.
Su nombre viene del hecho de estar situado junto al antiguo convento de Las Verónicas y también de parte de los restos de la muralla construida en el periodo islámico, que también se denominan de esta forma.
El proyecto se encargó al arquitecto modernista Pedro Cerdán, que diseñó un edificio al estilo de otros grandes mercados del país, como el de La Boquería de Barcelona, el de Colón, en Valencia o el madrileño de San Miguel. Una construcción con fachadas de ladrillo visto y aspecto claramente industrial, que se inauguró en el año 1911.
En su interior y desde entonces se agrupan decenas de puestos en pasillos “temáticos”: frutas y verduras, pescados y mariscos, aves, huevos y caza, charcuterías y salazones… Para dar una mayor capacidad a su interior, en 1975 se acometió una reforma, que supuso la construcción de una entreplanta en su nave central. Esta estructura de hormigón armado la firmó el arquitecto Daniel Carbonell Ruiz.
Gastronomía, qué podrás encontrar: de la huerta y el mar a la cocina
En el Mercado de Verónicas de Murcia se pueden adquirir los típicos productos que se encuentran en otras muchas plazas de abastos del resto del país, sí. Pero, ¡qué productos! La realidad es que, por calidad, variedad y apariencia, los pasillos de este mercado, flanqueados por sus decenas de puestos repletos de ingredientes con una envidiada calidad, son todo un espectáculo.
La mayor parte de los puestos están especializados en la venta de frutas y verduras y pescados y mariscos con origen en la Región de Murcia. Aunque también se pueden encontrar productos frescos llegados de otras zonas del país, incluidas carnes de calidad.
Muy interesante es el capítulo de salazones y conservas, productos de los que existen varios puestos en el mercado, tan visuales como suculentos. Además, hay negocios especializados en chacinas y quesos, procedentes de los más diversos orígenes.
Para degustar estos productos, sobre todo los sábados por la mañana, hay en la entreplanta varios puestos transformados en cantinas, en los que se cocinan y ofrecen a los visitantes tapas y raciones, acompañadas de vinos y cervezas regionales, además de otras bebidas. De hecho, se ha convertido en una costumbre para muchos habitantes de la ciudad venir a tomar el aperitivo al mercado los sábados a mediodía.
Puestos y tiendas, los mejores y más populares
En total, el Mercado de Verónicas tiene 236 puestos, de los cuales 116 están en el parte baja y 120 en la entreplanta, aunque es cierto que no todos ellos están ocupados en la actualidad.
Entre los puestos con mayor aceptación popular están, en el capítulo de pescados y mariscos, el número 101 (FAZ) y Pescadería Marí. En cuanto a frutas y verduras, los habituales del mercado hablan muy bien del puesto Carmen y también de Antonio Sánchez Gil. Respecto a las carnes, son muy populares Rosa Mari y Buendía.
Para el aperitivo o un almuerzo temprano sin salir del Mercado de Verónicas, está la opción de La Canija, en el puesto 117, donde aparte de la habitual marinera (rosquilla de pan con ensaladilla rusa y anchoa), hay delicias como la empanada de zamburiñas, el queso en manteca y el escabeche de pescado.
Y quien quiera viajar a través de los sabores tiene la oportunidad de probar la pasta fresca, tan auténtica y con los más variados aderezos y salsas, que sirven en Arte Bianca.