Ascender al monte Artxanda es una opción estupenda para mirar Bilbao desde otra perspectiva. Y es que, a menudo, la posibilidad de observar las poblaciones desde lo más alto nos ayuda a asimilarlas mejor. En el caso de la ciudad vasca no es diferente, permitiéndonos este mirador contemplar su evolución y su manera exitosa de conjugar pasado y presente, tradición y modernidad. Si a ello le sumamos el agradable entorno natural que brinda el monte ­–está considerado el principal pulmón de la ciudad–, su interesante oferta gastronómica y la siempre atractiva posibilidad de desplazarse en funicular, concluiremos que visitar Artxanda es un plan perfecto para viajeros de todas las edades.

El mirador del monte Artxanda, un rincón para enamorarse de Bilbao

Situado a unos 300 metros de altitud sobre el nivel del mar, el mirador de Artxanda es uno de los rincones predilectos entre los bilbaínos para presumir de ciudad. La topografía de esta, rodeada totalmente por cerros y montañas, provoca que la competencia a la hora de definir cuál es la mejor vista de la ciudad sea elevada. Sin embargo, Artxanda aúna privilegiadas panorámicas con una gran variedad de alternativas de ocio y desconexión.

 

 

Así pues, posibilita asimilar de otra manera el casco antiguo, con sus iglesias y edificios tradicionales, y ver cómo la ría de Bilbao serpentea dividiendo en dos la ciudad. Asimismo, desde el mirador podemos observar algunos de los elementos icónicos del paisaje urbano bilbaíno, entre los que sobresalen las superficies ondulantes de titanio del Museo Guggenheim, con las que el arquitecto canadiense Fran Gehry puso la población en el punto de mira mundial. Junto al mismo se aprecian los armónicos arcos rojizos del puente de La Salve, diseñados por Daniel Buren, y la espectacular fachada del nuevo estadio de San Mamés. Dicha construcción fue considerada en el World Architecture Festival de 2015 el mejor edificio deportivo del mundo. Por otro lado, desde el mirador del monte Artxanda se puede divisar el valle de Txorierri, el aeropuerto e, incluso, cuando el tiempo acompaña, el mar.

Vistas desde el Monte Artxanda
Vistas de Bilbao desde el Monte Artxanda

Además, se trata del espacio ideal para realizar planes en familia, pues el entorno es perfecto para disfrutar de una merienda en el campo, salir en bicicleta o patinar. Igualmente, los amantes del arte no pasarán por alto la escultura denominada La huella digital, ejecutada por Juan José Novella para rememorar el bombardeo, que en 1936 durante la guerra civil, afectara la zona.

Una de las estampas más hermosas del monte es la que se repite cada 24 de junio, coincidiendo con la San Juanada, momento en el que acoge las populares hogueras de la noche de San Juan. Quienes viajen a Bilbao durante el invierno, si tienen suerte, quizás puedan verlo con algo de nieve, elemento que siempre añade un extra de belleza a cualquier paisaje urbano o natural.

Restaurantes en Artxanda para disfrutar de la gastronomía vasca

Una propuesta excelente para pasar el día en Artxanda es subir caminando y degustar algunas de las especialidades de la gastronomía vasca, célebre a nivel mundial. De hecho, en el monte se concentran varios de los restaurantes más populares de cocina tradicional. Te indicamos a continuación tres de ellos:

  • Txakolí. Destaca por su proximidad al mirador de Artxanda –se halla a 5 minutos a pie– y proporciona platos tradicionales de la región, como el bacalao al pilpil, el solomillo relleno de foie con salsa de oporto o las cocochas de merluza en salsa verde.
  • Restaurante La Escuela. A menos de 5 minutos en automóvil podemos encontrar el restaurante de la Escuela Superior de Hostelería de Bilbao. En dicho establecimiento se combina lo mejor de la tradición gastronómica del país vasco con ciertos toques de innovación, cuidando siempre los emplatados y la temporalidad de los productos. Además, ofrece menús para grupos y comida para llevar.
  • Txakoli Simón. Para los que buscan comer bien y, al mismo tiempo, estar en contacto con la naturaleza, este restaurante ofrece la posibilidad de almorzar en una de sus mesas de madera bajo los árboles. No obstante, si el día no acompaña, dispone de salones interiores donde probar un bacalao a la vizcaína o una de sus carnes a la brasa.

Cómo subir: el funicular de Artxanda y más opciones

Los medios para ascender al monte Artxanda son múltiples. Así pues, emplearás poco más de media hora si decides subir a pie, y 10 minutos si lo haces en coche desde el centro de la ciudad. También puedes subir al mirador en bicicleta en aproximadamente un cuarto de hora. Sin embargo, la alternativa más recomendable, por su rapidez y belleza, es ascender en el histórico funicular.

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Funicular de Artxanda

Este medio de transporte fue inaugurado el 7 de octubre de 1915 y se trata de un tren cremallera que conecta el centro de Bilbao con el monte en solo 3 minutos, recorriendo una distancia de 770,34 metros. Sus vías se vieron afectadas por un bombardeo durante la guerra civil, pero volvió a funcionar a finales de 1938. Su servicio viviría otra interrupción de 8 años en 1976, a raíz de un accidente que lo mantuvo inoperativo hasta 1983. Para evitar nuevos percances, actualmente realiza un viaje de prueba sin viajeros cada mañana. Uno de los momentos más curiosos del trayecto tiene lugar cuando el tren de subida se cruza con el de vuelta, ya que en ese instante ambos intercambian los raíles.

Como ves, el monte Artxanda es uno de esos lugares especiales de la ciudad vasca donde comer bien, practicar todo tipo de deportes y relajarse en contacto con la naturaleza. ¡No te pierdas las mejores panorámicas de Bilbao!