La cocina canaria, al igual que ocurre con otros aspectos culturales del archipiélago, ha recibido influencias muy diversas desde siglos atrás. No es de extrañar si tenemos en cuenta que las Islas Canarias constituían una parada clave en la Flota de Indias, el sistema institucionalizado que entre los siglos XVI y XVIII permitió a la corona hispánica dominar el comercio con América. Estos altos en la ruta servían para, entre otras cosas, realizar tareas de mantenimiento en los barcos; sin embargo, ayudaron también a que el archipiélago se convirtiera en un puente entre la península ibérica y América, y a que se produjeran intercambios comerciales y una constante transmisión de ideas.

  1. Los imprescindibles de la comida típica canaria
  2. Pescados para todos los gustos
  3. Tres grandes placeres: los vinos, los quesos y los postres

En el caso concreto de la comida típica de Lanzarote, debemos resaltar su sencillez y el hecho de trabajar siempre con productos locales de gran calidad. Asimismo, el viajero notará rápidamente que los lanzaroteños profesan verdadera devoción por una receta: las papas arrugadas con mojo. Sin embargo, es también muy probable que con la misma celeridad le tomen el gusto y acaben echándola en falta al finalizar su estadía en la isla de los volcanes.

Los imprescindibles de la comida típica canaria

  • Las papas arrugadas con mojo. En efecto, se trata de una de las recetas estrella de las islas, por lo que las podrás disfrutarla en prácticamente cualquier establecimiento de Lanzarote. Su elaboración resulta muy sencilla, basta con poner patatas pequeñas o medianas a hervir en abundante agua con sal, para después secarlas al fuego hasta que queden arrugadas. La clave está en la salsa que las acompaña: el mojo, que puede ser rojo —o picón—, realizado con una base de tomate, pimento y pimentón— o verde —variante que incluye cilantro o perejil, o quizás ambos—. El mojo verde es el preferido para acompañar ciertos platos de pescado, como las sardinas o la vieja, una especie autóctona que se puede encontrar en Lanzarote y Fuerteventura. Si bien el rojo y el verde son los tipos de mojo más habituales, existen más opciones, como el mojo de queso —denominado almogrote— o el mojo de almendras.
papas arrugadas
Las papas arrugadas con mojo
  • El gofio. Esta harina tostada es la base de muchas recetas de cocina canaria, siendo de hecho un alimento esencial para los habitantes del archipiélago desde la época de los guanches, los aborígenes que poblaban las Canarias antes de la conquista castellana. Así pues, es frecuente que los bebés y los niños desayunen gofio con leche, al igual que tradicionalmente constituía la primera comida del día para muchos campesinos, quienes acostumbraban a mezclarlo con huevo crudo y vino. El gofio se puede preparar, por ejemplo, tostando harina de garbanzos o de trigo, pero el más célebre es el realizado con millo, es decir, con harina de maíz tostado. Asimismo, puede integrarse en elaboraciones dulces —se puede tomar con miel, con leche, en postres…—, y saladas —como el gofio escaldado y el gofio con mojo—.
gofio
El gofio
  • Baifo o carne de cabrito. Lo sabemos, así a bote pronto puede echarnos un poco para atrás la idea de comer carne de cabrito, pero si eres de los que disfrutas empapándote de la cultura del sitio al que viajas, una forma estupenda de hacerlo es a través de su gastronomía. Y, además, quienes se animan a probar esta carne aseguran que destaca por su ternura y por ser realmente sabrosa.

Pescados para todos los gustos

Como no podía ser de otra forma en un territorio totalmente rodeado por el Atlántico, en la isla de los volcanes se come muy buen pescado. Sobresalen los mariscos autóctonos y, en especial, las lapas negras y naranjas preparadas a la plancha y servidas con un majado de aceite de oliva, vino blanco, ajo, cebolla y perejil. La otra opción para acompañarlas es, nuevamente, el mojo verde. Por otro lado, vale la pena probar las clacas, otro marisco endémico menos frecuente que las lapas, ya que conservan un intenso sabor a mar.

restaurantes lanzarote
Pescados preparados para comer en Lanzarote.

Otra de las especialidades de la isla es el pulpo. En Lanzarote se prepara siguiendo la técnica de “asustar” al pulpo, esto es, sumergir al molusco un par de veces en agua hirviendo, para acabar de cocinarlo en una tercera inmersión. De esto modo, el cocinero se asegura de que la piel queda totalmente pegada a la carne. Posteriormente se pasa por la plancha, consiguiendo así un acabado crujiente y muy sabroso. Quedáis avisados, no es extraño que el pulpo llegue a vuestra mesa acompañado, ¡nuevamente!, de papas con mojo.

Las alternativas para comer pescado en la isla son mucho más amplias, por lo podréis pedir langostinos, mejillones, lubina, merluza, sardinas y un largo etcétera. Aunque si lo que queréis es aprovechar para probar la comida típica de Lanzarote, lo ideal es decantarse por pescados como el pámpano, la barracuda o la vieja. Del mismo modo, os recomendamos que no os marchéis de Lanzarote sin comeros un buen sancocho, el guiso marino por excelencia de la isla, que consiste en acompañar un pescado, generalmente el cherne o mero, con batatas, papas y mojo o gofio.

Tres grandes placeres: los vinos, los quesos y los postres

El viajero debe dirigirse a La Geria para degustar los reconocidos vinos locales y descubrir la hazaña de los trabajadores agrícolas lanzaroteños a los que el artista canario César Manrique les dedicó su Monumento al Campesino. No es para menos, pues las plantaciones de vides de La Geria son un fiel reflejo de cómo los hombres y mujeres de la isla supieron sobreponerse a las adversidades naturales —un suelo plagado de restos de ceniza volcánica y un viento vehemente— para diseñar un sistema de hoyos y zocos que ha permitido elaborar vinos de gran calidad.

Asimismo, los amantes del queso encontrarán aquí interesantes variedades hechas con leche de cabra. Finalmente, para poner el punto final a nuestras sugerencias sobre comida típica de Lanzarote os recomendamos que probéis el bienmesabe, un postre compuesto por huevo, almendras, miel, azúcar y limón con el que enloquecerán los aficionados a la repostería tradicional.