Aunque los Carnavales de Lanzarote no gocen de tanto prestigio como los de Tenerife o Gran Canaria, muchos señalan que su origen es el más antiguo dentro del archipiélago canario. Celebrado desde el siglo XV tras la llegada de los primeros conquistadores españoles, su primera descripción escrita narra que esta fiesta se nutrió desde sus inicios de creencias aborígenes, castellanas y moriscas. A pesar de que el Carnaval de Arrecife es el que más interés turístico despierta en la isla, lo cierto es que cada municipio celebra el suyo, con tradiciones propias incluidas. Los buches de Arrecife o los diabletes de Teguise son sólo algunas de estas manifestaciones festivas que aún perviven, y que ilustran a la perfección de qué manera cada isla y cada barrio viven de manera genuina su propia celebración. Prohibidos durante las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, la ilusión de los canarios encontró la manera de seguir celebrando los carnavales bajo el nombre clandestino de Fiestas de Invierno. Actualmente, a pesar de todas las modificaciones sufridas, el Carnaval sigue siendo una de las fiestas más arraigadas en todo el archipiélago. Una pausa ansiada por los isleños para romper con la rutina diaria a través del disfraz y del desfile. Si bien dicen que el carnaval no se escribe, sino que se vive, nosotros vamos a intentarlo al menos.

  1. Los orígenes del Carnaval de Lanzarote
  2. La Parranda Marinera de los buches de Arrecife y los diabletes de Teguise
  3. Los Carnavales hoy en día

Los orígenes del Carnaval de Lanzarote

Es a través de la memoria de los más mayores como el Carnaval ha logrado pervivir durante siglos, a pesar de las inevitables modificaciones sufridas en su modo de celebrarse. Algo que no ha cambiado ha sido la fecha de su apertura, variable entre finales de enero y principios de marzo, según lo dicta la inmediata Cuaresma cristiana cada año.

 

 

Como todas las fiestas antiguas, muy arraigadas al ciclo de la vida impuesto por la Naturaleza, el Carnaval de Lanzarote fue desde antiguo una manera de festejar la finalización del invierno y con ello, el fin de la recolección, la nueva siembra y la espera del nuevo fruto de la primavera. Por si no fuera poco, a este evento decisivo se le unió, gracias al contexto marítimo de Lanzarote, el regreso al hogar del pescador tras su larga estancia en alta mar. En definitiva, el Carnaval surgió como una manera de olvidar, aunque sólo fuera por un instante, la penuria y la escasez del mundo rural; y de celebrar la vida junto a los seres queridos.

carnaval lanzarote
Fiesta de Carnaval en Lanzarote.

Conocido como un período de permisividad social y cierto descontrol, cuentan que en los carnavales más antiguos de Lanzarote los jóvenes (y no tan jóvenes) salían en grupo, con la cara pintada de negro, por las calles del pueblo. Gracias a la generosidad de los armadores, que regalaban pescado durante estas fechas a las familias, en ninguna casa faltaba nunca sancocho y vino. Abiertas sus puertas de par en par, los jóvenes acudían entonces en busca de comida y bebida a cambio de baile y canción. El relato oral dice: “(…) Desgraciado de aquel que rehúse aceptar esta costumbre. Enseguida asaltarán su casa (…)”.

La Parranda Marinera de los buches de Arrecife y los diabletes de Teguise

No se podrían entender los Carnavales de Arrecife sin las parrandas marineras de los buches: una peculiarísima tradición carnavalera que recoge el pasado lanzaroteño más auténtico. La estampa la componen la música de los foritos —o acordeones—, los valses, las habaneras, y los bucheros: aquellos marineros que, recién arribados a la isla tras su larga faena pesquera, recorrían las calles ataviados con ropas campesinas, cintas de colores y caretas de rejilla. A propósito de su nombre, lo hacían armados con buches —vejigas de pez hinchadas con aire—, con los que se golpeaban amistosamente unos a otros cada vez que se encontraban.

La danza y la sana parranda completaban estos paseos que, según recuerdan los ancianos, algunas veces podían terminar en trifulcas menores. A estas se las recuerda bajo el nombre de pleitos de las cuatro esquinas, y son sólo una muestra más de la manera especial de entender la pícara libertad de estos días.

 

 

 

Lo mismo sucede con los diabletes de Teguise, que son si cabe más antiguos que los mencionados buches. Procedentes de América, seguramente traídos por algún emigrante conejero a su regreso, su origen se ha ligado tanto a ritos funerarios mahos —aborígenes de Lanzarote— como a ritos de transición entre la niñez y la vida adulta. La indumentaria de los participantes jugó siempre un papel fundamental, convirtiéndose estos en diablete a través del uso de máscaras de macho cabrío, pieles de cabra, y pequeñas talegas de arena con las que golpear el suelo. ¿El cometido? Perseguir a los niños que se encontraban por la calle, gritándoles y asustándoles, mientras realizaban danzas macabras a su alrededor.

carnaval lanzarote
Fiesta de Carnaval en Lanzarote.

Si bien se tiene constancia de que incluso el Cabildo General llegó a pagar medio real a los danzarines voluntarios durante el siglo XVIII, la realidad es que en 1870 la Iglesia prohibió su celebración debido a las referencias satánicas que las vestimentas tradicionales supuestamente implicaban. De ahí los uniformes actuales que identifican al diablete: máscara de toro negro en vez de macho cabrío, y muselina pintada con rombos en vez de piel de cabra.

Afortunadamente, gracias a la iniciativa de una asociación cultural, todavía hoy es posible disfrutar de esta tradición centenaria en Lanzarote. Como muestra de su esfuerzo por mantener vivo el folclore de la isla, cada año sus miembros organizan numerosos turnos para que en las calles de Teguise nunca falten diabletes danzando.

Los Carnavales hoy en día

Como decíamos al inicio, entre finales de enero y principios de marzo, Lanzarote se viste durante dos semanas de color y alegría, en unas celebraciones que dan comienzo a través del acostumbrado pregón. Sin embargo, cada año este se reinventa a cargo de personajes conocidos de la isla, con puestas en escena más cercanas a la performance que al manido discurso pregonero.

 

 

 

De manera ininterrumpida, cada día un nuevo evento tiene lugar. Por ejemplo, el Concurso de Murgas —competición de simpáticas canciones que satirizan a la clase política—, el cual se celebra tanto en su versión infantil como en su versión adulta. O la Gala Drag Queen que, a través de un original espectáculo musical, ironiza sobre los roles de género, la etiqueta social y los convencionalismos. Le siguen el Carnaval tradicional, con la presencia de buches y diabletes; la elección de la Reina del Carnaval, más centrada en este caso en la belleza de las participantes; y finalmente el Gran Coso, que es como se conoce en la isla al gran desfile de carrozas, murgas, comparsas, batucadas y mascaritas. Se trata de uno de los eventos más llamativos por la gran participación y colorido que concentra. Es allí donde uno puede encontrarse con las grandes personalidades del momento, desde los presidentes Trump y Putin, hasta personajes inolvidables como Chiquito de la Calzada, Charlot o Groucho Marx.

La Quema de la Sardina, celebrada tradicionalmente el Miércoles de Ceniza —comienzo de la Cuaresma—, despide a los Carnavales a través de un paródico cortejo fúnebre, enterrándose simbólicamente el pasado y lo socialmente establecido.

Dónde dormir durante el Carnaval de Lanzarote

Quienes quieran continuar divirtiéndose tras el Carnaval de esta isla tienen la oportunidad de hacerlo en Lanzarote Barceló Lanzarote Active Resort. Un alojamiento enfocado, sobre todo, a un público amante de los deportes, pero también de las animaciones, del espectáculo y del ocio activo. Lo cierto es que este resort, con 659 habitaciones de tamaños y tipos diferentes (para entre uno y cinco huéspedes), es ideal para quienes buscan el equilibrio entre el bienestar y la actividad durante sus vacaciones. También para quienes desean una oferta gastronómica variada y suculenta, que se puede disfrutar en Media Pensión, Todo Incluido y Todo Incluido Plus, opción ésta que incluye barra libre de bebidas de primeras marcas.

Algo más tranquilo, pero también enfocado al deporte y a las vacaciones activas, el hotel Barceló Lanzarote Royal Level está dentro del propio Barceló Lanzarote Active Resort y ofrece servicios diferenciados. Los huéspedes de esta área exclusiva y con accesos privados pueden disfrutar de actividades como windsurf, golf e, incluso, un parque acuático. Por su parte, las 155 habitaciones de este alojamiento de primera categoría están decoradas con un diseño moderno y muy elegante.

Otra opción interesante, si se viaja sin niños, es el hotel Barceló Teguise Beach, solo para huéspedes a partir de 18 años. Un aspecto muy destacable de este alojamiento es el diseño, con un mobiliario actual y muchos detalles tecnológicos. Quien quiera relajarse después de las activas jornadas del Carnaval de Lanzarote puede hacerlo en su Centro Wellness, que ofrece una amplia carta de tratamientos de cuidado corporal y facial, en las dos piscinas de este hotel y en el gimnasio. También es muy recomendable el amplio muestrario de gastronomía de vanguardia que sirven en sus cinco bares y restaurantes.