Hamburgo, la “Venecia del norte”, es una ciudad que tiene muchísimo que ofrecer, desde la histórica Rathausmarkt o Plaza del Ayuntamiento hasta el famoso Speicherstadt, el conjunto más grande del mundo de almacenes portuarios –declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO–, pasando por la ultramoderna Elbphilharmonie, el bullicioso Fischmarkt o la “fiestera” Reeperbahn, entre tantas otras posibilidades.

Pero no solo eso. Hamburgo es también en excelente punto de partida para explorar los alrededores y disfrutar de todo tipo de sorpresas. Experiencias fascinantes relacionadas con la cultura, la naturaleza, el patrimonio histórico y las innumerables opciones que ofrece el norte de Alemania.

  1. Stade, una antigua villa hanseática
  2. Buxtehude, un pueblo de cuento
  3. Lübeck, cuna y capital de la Hansa
  4. Bremen, tradición y modernidad 
  5. Luneburgo, la “Ciudad de la sal”
  6. Schwerin, uno de los castillos más bonitos de Alemania 
  7. Dónde comer en Hamburgo
  8. Dónde dormir en Hamburgo

Stade, una antigua villa hanseática

Ubicada a unos 45 kilómetros de Hamburgo Stade siguiendo la ribera izquierda del Elba en dirección a su desembocadura, esta antigua villa fue fundada a finales del siglo VIII. Hoy en día, su casco histórico, uno de los más bonitos del norte de Alemania, aún refleja la importancia que Stade mantuvo durante siglos como puerto comercial y miembro de la poderosa Liga Hanseática.

Las iglesias medievales de San Cosme y San Damián (s. XIII-XVII), y la de San Wilhadi (s. XIV), el antiguo puerto hanseático y la plaza del mercado de pescado (Fischmarkt), la vieja casa consistorial (barroca, del XVII), las típicas bodegas de ladrillo rojo y vigas de madera, el histórico Almacén Sueco (Schwedenspeicher), el monasterio y hospicio de San Juan… Pasear por Stade es como sumergirse en antiguo cuento norteuropeo –las visitas guiadas temáticas son una pasada, por cierto–.

Además, esta extraordinaria villa histórica de la fértil región de Altes Land está rodeada de árboles frutales y huertos que en primavera se convierten en todo un espectáculo. Un lugar lleno de encanto, ideal para pasear, montar en bicicleta…, que pone en evidencia las innumerables opciones que ofrecen los alrededores de Hamburgo.

Buxtehude, un pueblo de cuento

Otra de las joyas históricas asociadas a la influyente Hansa es la pintoresca localidad de Buxtehude, que se encuentra a poco más de 30 kilómetros del centro de Hamburgo, también en la Altes Land. Fundada a finales del siglo XII y ya plenamente asentada para principios del XIV, esta villa de la Baja Sajonia, flanqueada por los fértiles campos aluviales de la orilla izquierda del Elba, fue un importante centro comercial durante la Edad Media.

Hoy en día, Buxtehude sigue ofreciendo una fantástica colección de estampas que retratan su rico pasado. Empezando por el Alstadt (el casco histórico), caracterizado por sus típicas casonas de entramado de madera y sus calles empedradas. Todo ello atravesado por el largo y estrecho canal de Fleth, antiguo muelle fluvial en el que aún se escuchan los ecos de aquel boyante pasado comercial. A unos pasos del Fleth se encuentra también el indiscutible punto de referencia de la ciudad: la iglesia protestante de San Petri, cuya imponente torre se eleva unos 75 metros por encima del propio casco histórico de Buxtehude.

Un detalle más que hace de esta localidad un lugar especial es su conexión con el folklore alemán. Porque fue precisamente ahí, en Buxtehude, donde el escritor Wilhelm Schröder ambientó su famosa fábula de “La Liebre y el Erizo”, que más tarde terminarían de popularizar los Hermanos Grimm. No es casualidad que el lugar forme parte de la Ruta Alemana de los Cuentos de Hadas, un itinerario turístico-cultural que conecta más de medio centenar de ciudades ligadas a los relatos más populares de la literatura fantástica alemana, desde Frankfurt hasta la propia Buxtehude.

Lübeck, cuna y capital de la Hansa

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la histórica ciudad de Lübeck es una fascinante colección de monumentos que narran más de mil años de historia. Fundada a mediados del siglo XII en la costa del mar Báltico, a unos 70 km de Hambrugo, Lübeck (o Lubeca, en castellano) fue la “Reina de la Hansa”, cuna y capital de la poderosa federación que conectó a los principales centros comerciales de buena parte del norte de Europa.

En todo caso, el casco histórico de Lübeck es una auténtica maravilla medieval, rodeada por los brazos del río Trave. Tras la imponente Puerta de Holsten o Holstentor se multiplican los típicos edificios de ladrillo rojo, de estilo gótico báltico, y se levantan las siete torres de sus cinco iglesias. El Ayuntamiento, el antiguo Salzspeicher (almacén de sal), la Buddenbrookhaus (antigua residencia de la familia del escritor Thomas Mann) y las distintas plazas y callejuelas también se suman al encantador perfil histórico y arquitectónico de la ciudad.

Por cierto, a la hora de visitar Lübeck no se pueden dejar de probar sus famosos mazapanes, la especialidad más dulce de la ciudad.

Bremen, tradición y modernidad 

El dirección contraria, a poco más de 100 km hacia el suroeste de Hamburgo, la Ciudad Libre Hanseática de Bremen (una de las tres Stadtstaaten [ciudades-estado] de Alemania) es un lugar de visita obligada. Famosa por su relación con el popular cuento de los Hermanos Grimm, “Los músicos de Bremen” (omnipresentes en la ciudad, por cierto), la ciudad es un lugar realmente caleidoscópico, un destino en el que confluyen tradición y modernidad.

Pasear por las calles de Bremen supone encontrarse con joyas históricas como la Catedral de San Pedro y el magnífico conjunto de la Plaza del Mercado (Marktplatz), con el Ayuntamiento y la estatua de Rolando –ambos declarados Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO– como protagonistas, pero también con propuestas muy innovadoras, como el Universum Bremen, un centro dedicado a las ciencias con más de 4.000 m2 de exposiciones interactivas, entre tantas otras.

Y para los más aventureros, los cerca de 150 km de la Ruta Ciclista Hamburgo-Bremen conectan a las dos ciudades hanseáticas más famosas del norte de Alemania a través de antiguas rutas comerciales, pequeños pueblos llenos de historia, carreteras secundarias y tranquilos caminos forestales. ¡Una experiencia fascinante!

Luneburgo, la “Ciudad de la sal” 

También hacia el sur, pero algo más cerca de Hamburgo, la “Ciudad de la sal” invita a revivir, una vez más, el esplendor medieval de la región, casi siempre vinculado a la Liga Hanseática. El “oro blanco” de Luneburgo fue, durante, siglos, uno de los productos estrella del comercio regional orquestado por la rica y poderosa federación.

Callejuelas y antiguas casonas, el histórico edificio del Ayuntamiento, las tres iglesias góticas (San Miguel, San Nicolás y San Juan) y la antigua Torre del Agua son solo algunos de los tesoros de Luneburgo. Una ciudad que, además, tuvo la suerte de salir totalmente indemne de la Segunda Guerra Mundial, conservando, por lo tanto, su auténtico encanto medieval.

Al atardecer, la Stintmarkt, la antigua plaza del marcado y puerto a orillas del río Ilmenau –donde antaño se cargaban los barcos de sal–, rodeada de viejos almacenes reconvertidos en bares y restaurantes, se torna en el animado corazón de la ciudad. Un dato curioso: Luneburgo es la segunda ciudad de Europa (solo por detrás de Madrid) con la mayor densidad de bares por metro cuadrado y número de habitantes.

Schwerin, uno de los castillos más bonitos de Alemania 

Sin duda, uno de los lugares más espectaculares de todos los que se pueden visitar en el entorno de Hamburgo es esta ciudad, capital del estado federado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental.

Ubicado a poco más de 100 km hacia el este de Hamburgo, el lugar está marcado por la historia de los duques y grandes duques de Mecklemburgo, cuya herencia más importante es el impresionante Castillo de Schwerin. Enclavada en una pequeña isla de uno de los siete lagos que rodean la ciudad, esta fastuosa residencia ducal (hoy sede del parlamento regional) está considerada como uno de los castillos más bellos de Alemania, y solo se encuentra a poco más de una hora de viaje desde Hamburgo.

Además de su maravilloso castillo, en Schwerin también se puede disfrutar de un casco histórico más que interesante, conectado a la residencia ducal por unos jardines realmente idílicos. La catedral, el Teatro Estatal de Mecklemburgo, la Plaza del Mercado, el antiguo Ayuntamiento y el extraordinario Museo Estatal de Arte forman parte también, entre otros tesoros, de esta interesante ciudad del norte de Alemania.

Dónde comer en Hamburgo

Tras una gran excursión, nada como una buena comida. Y Hamburgo es una ciudad en la que la gastronomía tiene mucho que decir, con propuestas para todos los gustos y presupuestos.

Para quienes buscan disfrutar de lo mejor de la alta cocina, la moderna HafenCity cuenta con opciones como Stricker’s Kehr Wieder Spitze, con sus impresionantes vistas a la Elbphilharmonie y el propio puerto, o el “triestrellado” The Table, del famoso chef Kevin Fehling. O como VLET in der Speicherstadt ubicado, por supuesto, en el entorno de la histórica Speicherstadt

Y para degustar los platos más “clásicos”, la popular Deichstraße cuenta con lugares como Deichgraf y Gaststätte Zum Brandanfang. En cambios, los sabores más eclécticos de la ciudad se pueden encontrar en el Barrio Portugués (Portugiesenviertel) o en San Pauli. En el primero, hay que probar el mejor pescado en Caramba Especial y Olá Lisboa; en el segundo, junto al Landungsbrücken, hay opciones como los estupendos bocadillos de pescado de Brücke 10 y la típica cervecería alemana BLOCKBRÄU, entre muchas otras. Además, el Fischerhaus, a espaldas del Fischmarkt, es todo un clásico de la zona.

Otra opción más que apetecible es el Restaurante & Vinoteca 1700, ubicado en el hotel Barceló Hamburg . Una propuesta de cocina fusión que combina de manera perfecta la cocina mediterránea y la alemana, acompañada por una cuidada selección de los mejores vinos.

Dónde dormir en Hamburgo

Explorar Hamburgo y sus alrededores supone disfrutar de experiencias extraordinarias, y así debe ser también el lugar elegido para descansar, recuperar fuerzas, dejarse mimar y seguir explorando. Y eso es justo lo que ofrece el hotel Barceló Hamburg . Con sus 193 habitaciones totalmente equipadas, este 4 estrellas de estilo urbano y vanguardista –ubicado en pleno centro de la ciudad– es ideal tanto para viajes de placer como de negocios.