Aunque suene a tópico decir que Bremen es una ciudad de cuento, en esta ocasión, es totalmente literal ya que el relato de los músicos de Bremen que escribieron los hermanos Grimm es de todos conocido. Esta historia en la que intervienen un burro, un perro, un gallo y un gato es una constante cuando se recorre este increíble destino de Alemania del norte. Encontrarás referencias en esculturas, rótulos, ilustraciones…. Y, desde luego, pocos lugares serían tan idóneos como Bremen para situar un cuento infantil. Esta es una de las escapadas que se pueden hacer desde Hamburgo que regala más belleza y ternura.
Si sólo tienes pensado estar un día en Bremen, te sugerimos salir temprano de Hamburgo para aprovechar la jornada al máximo porque hay muchas cosas que ver y no compensa ir con prisas. Visita la Bremer Marktplatz, la Catedral de San Pedro de Bremen, el barrio de Schnoor y el Bürgerpark. Y si viajas con niños, deja tiempo libre para que ellos disfruten del Universum Bremen –donde se sitúan un centro interactivo dedicado a la ciencia–, del jardín botánico, del Museo de Ultramar y del Centro de Actividades de Airbus. En esta ciudad está prohibido el estrés porque todo en ella invita a la ensoñación y al disfrute.
- Bremer Marktplatz
- Catedral de San Pedro de Bremen
- Bürgerpark, el gran parque de Bremen
- Barrio Schnoor
- Río Weser
- Dónde comer en Bremen
Bremer Marktplatz
La histórica plaza del Mercado de Bremen se sitúa en pleno centro histórico de la ciudad y representa el corazón palpitante de la misma. Alrededor de la plaza se encuentran un buen número de edificios singulares, algunos tan magníficos como el Ayuntamiento, frente al que se levanta la escultura de Rolando que simboliza “la libertad”. Ambos han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. En el sureste también se puede admirar la Catedral de San Pedro –de la que te hablaremos a continuación– y el Bürgerschaf, un edificio cuya construcción fue muy controvertida porque parecía demasiado “moderno” respecto al entorno, y que ahora acoge a los representantes de la ciudad-estado de Bremen. Si miras al suroeste, verás un bonito edificio de la Cámara de comercio, de los siglos XV-XVI. Tampoco pasan desapercibidos las residencias de impronta renacentista, con arcadas históricas del siglo XX.
Y una curiosidad más, si ves una alcantarilla con una ranura donde depositar unas monedas, hazlo porque a continuación sonará la melodía de los “músicos de Bremen”.
Catedral de San Pedro de Bremen
La Catedral protestante-luterana de San Pedro tiene una trayectoria de más de 1.200 años y una impronta que recuerda al gótico temprano de la primera mitad del siglo XIII. La localizarás en la Plaza del Mercado (Marktplatz), entre el Ayuntamiento y el Parlamento, y dos impresionantes torres de casi cien metros que milagrosamente quedaron en pie tras los bombardeos de la 2ª Guerra Mundial. Aunque puede parecer un poco macabro, algo que se suele hacer aquí es visitar el sótano para descubrir los secretos de las momias. Si prefieres algo más “normal”, puedes dirigirte al jardín de la Biblia, en el claustro, donde te puedes tomar un café y un trozo de tarta.
Bürgerpark, el gran parque de Bremen
Es el gran pulmón verde de Bremen y uno de los sitios más agradables para pasear y relajarse tras el ajetreo turístico urbano. Este parque, creado en 1866, fue financiado exclusivamente de forma privada con donaciones, como podrás observar en las plaquitas situadas en muchos bancos, puentes y monumentos distribuidos por el espacio. Incluso si estás interesado en colaborar y dejar tu nombre en alguno de ellos, podrás hacerlo. En este bonito rincón se puede hacer casi de todo, desde caminar por sus senderos hasta visitar los recintos que fueron ideados históricamente para acoger animales (son una preciosidad y algunos todavía albergan aves, patos, gamos, etc.). También se puede jugar al minigolf y alquilar una barca para remar en el estanque (se necesita una hora y media aproximadamente parea recorrerlo por completo).
Barrio Schnoor
Este barrio histórico, el más antiguo de la ciudad, es una de las joyas de Bremen. Sus preciosas casas jalonan calles pequeñas y con un trazado desigual, algunas son tan estrechas que podrías tocar ambos lados extendiendo los brazos. Caminar por este vecindario es remontarse a sus orígenes en los siglos XIII y XIV como barrio de pescadores, artesanos y comerciantes. Hoy día entre sus calles encontrarás una bonita arquitectura y numerosos establecimientos convertidos en coquetas cafeterías, tiendas de recuerdos e incluso el Museo Bremer Geschichtenhaus y el Packhaustheater.
Río Weser
En un viaje a Bremen no se puede obviar la presencia del río Weser, que es el responsable directo del pasado comercial de esta ciudad y que actualmente forma parte de su atractivo turístico. Nuestra recomendación es pasear por sus orillas y disfrutar de la imagen marinera y luminosa de este destino. Entre los barcos atracados hay algunos que funcionan como cafeterías o restaurantes, y otros como el Hanse Kogge, que es muy curioso porque se construyó a imitación de una carabela del siglo XIII.
Dónde comer en Bremen
La ciudad de Bremen está muy preparada para el turismo, por lo tanto hallarás numerosos restaurantes donde probar los sabores tradicionales de su cocina. En todos los menús encontrarás platos de pescado del Weser o del Mar del Norte. Entre los mejores restaurantes se encuentran el Fisherman’s Seafood, un local moderno y muy agradable con una completa carta de pescados. Ante la duda, pide aquí un plato combinado con fritura variada y alguna salsa. Otra opción es el Gaststätte Kleiner Olymp, en una casita del barrio de Schoor, donde tienen un poco de todo, recetas alemanas, pescados, ensaladas…
Y, por último, el Schüttinger Gasthausbrauerei, un restaurante tradicional de mesas corridas con platos muy generosos donde tomar una buena cerveza y comida alemana.